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¡Basta ya! de generar conflictos en VEIASA-ITV, por Juan Saborido Gago
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¡Basta ya! de generar conflictos en VEIASA-ITV, por Juan Saborido Gago

¡Basta ya! de generar conflictos en VEIASA-ITV, por Juan Saborido Gago

En mi último escrito me atrevía a exponer mis pensamientos y sentimientos ante una realidad personal, que me parece realmente aberrante e injusta, quise ser prudente, pero he de deciros que tengo sangre en las venas y hay actitudes que, para mí no son aceptables, en la que VEIASA-ITV como empresa ha entrado en este último tramo del año en curso.

Voy a intentar dar forma a este pensamiento, quiero aclarar que no poseo toda la información, sólo los hechos ilustran una realidad, lo que hay detrás de estos hechos lo desconozco, pero ellos mismos dan a entender y revelan una forma concreta de la realidad, y mientras no se demuestre lo contrario es lo que hay.

En primer lugar.

Definir en qué consiste una relación laboral, esta consta de tres elementos esenciales que son: por un lado, el trabajo, por otro el asalariado y finalmente el producto resultado del proceso productivo. En este caso las relaciones laborales se dan entre dos personas, por un lado, el trabajador, que es quien aporta el trabajo y, por otro lado, el empleador, empresario, empresa, persona física o jurídica, etc. que es quien aporta el capital y también el proceso productivo.

En segundo lugar.

Definir en qué consiste un servicio público, generalmente es el conjunto de actividades y subsidios permitidos, reservados o exigidos a las administraciones públicas por la legislación en cada Estado y que su finalidad es responder y favorecer la realización efectiva del desarrollo personal, económico, la igualdad y el bienestar social.

En tercer lugar.

Definir y encuadrar a las ITVs, se trata de una función pública soberana, ya que es una actividad que no se puede englobar como una actividad de producción ni que pueda estar sometida a las reglas del mercado como si se tratase de venta de bienes. De hecho, VEIASA en su objetivo social lo recoge “la empresa encargada de la gestión y explotación del servicio público de la Inspección Técnica de Vehículos en la comunidad autónoma de Andalucía”

Hechos

Clarificados estos aspectos tengo que decir, que este año que está a punto de finalizar, trae para mis muchos aspectos para la reflexión y de ahí poder sacar conclusiones. Esta empresa, desde que yo entré se identifica como una empresa de servicio, es decir, un servicio que realizamos a los ciudadanos, tanto en el tema vial de seguridad de los vehículos como en el campo de metrología, control de los equipos con los que se realizan transacciones comerciales. Dicha labor se concedía al pasar las competencias de Industria a la Administración de la Comunidad Autónoma de Andalucía al amparo del Estatuto de Autonomía. La prestación de este servicio nada tiene que ver con un sistema productivo, por tanto, tengo que aclarar y poner el énfasis en este punto, no estamos fabricando coches, ni construyendo casas o piezas, a eso se le llama producción.

Dicho esto, desde hace un tiempo para acá parece ser que la dirección ha tomado este servicio como una producción, donde se emplea una pequeña formula: menos tiempo de inspección, menos inversión, más coches igual más producción-más réditos económicos. Esto va en detrimento de todo el esfuerzo que se realizó desde su puesta en marcha, la empresa fue creciendo y ganando en calidad de servicio y modelo técnico, esto le creó una fama a nivel nacional como modelo de gestión, pero todo esto se ha ido al garete, cosa que no se lo tenemos que achacar a la pandemia, que como a todos los sectores les está influyendo y que la mayoría de ellas lo están aprovechando para hacer limpiezas de personal, de la que no se libra la nuestra.

La decadencia de este servicio tiene sus causas en la formula anteriormente expuesta y como es lógico viene de alguna cabeza pensante, esta forma de llevar adelante este servicio es la más decimonónica forma de copiar “los viejos esquemas” que se implantaron en la España de su expansión económica y que hoy se desea imponer como válidos para una realidad que nada tiene que ver con la anterior. Como es lógico pensar, esto se está realizando a “golpe de ordeno y mando” ejecutándose acciones, cuando menos inoportunas, que crean fricciones, desconfianza, miedos y una tensión que en nada ayuda a mejorar, sino que empeora aún más las relaciones laborales y, por tanto, todo esto se refleja repercutiendo en un servicio displicente y falto de calidad.

REFLEXIÓN.

Todo esto me llevar a sacar, al menos dos conclusiones:

No se deben generar conflictos.

Dice el refrán popular <el que siembra viento, cosecha tempestades> por eso no es bueno crear conflictos ya que los problemas vienen sin que se les llame, pero parece ser que, en este año, los conflictos surgen como una mala yerba y parece que no han venido solos, sino que alguien los ha ido creando. Tengo entendido que la labor del técnico en Resolución de Conflictos es, como su palabra indica, resolver conflictos no crearlos y actualmente se están promocionando los conflictos.

Un buen jardinero si quiere hacer crecer un árbol o una planta, sabe que ramas cortar, para que este crezca saludable y con fuerza, pero si corta sin ton ni son terminará matando la planta.

En el libro del Tao Te King escrito por Lao Tse en el 600 a.C. hace referencia a través de poesías a que se produzca una transformación en un estilo de comportamiento de vida, entre otras cosas, pero hay una que me llama poderosamente la atención es la número 75 y dice así:

¿Por qué se muere el pueblo de hambre?

Porque los de arriba les gravan con exceso.

Por ello se está muriendo.

¿Por qué el pueblo es difícil de gobernar?

Porque los de arriba intervienen demasiado y sirven a sus intereses personales.

Por ello es difícil gobernar.

¿Por qué el pueblo se toma la muerte a la ligera?

Porque los de arriba llevan una vida lujuriosa.

Por ello se toma la muerte a la ligera.

¡El pueblo no tiene sencillamente de qué vivir!

¡Saben cosas mejores que hacer que valorar una vida así!

La indiferencia.

Por último, observo que se está generando una gran indiferencia. Esta acepción “indiferencia” se encuentra asociada a la insensibilidad, al desapego a la frialdad, todas estas son características contrarias a nuestra condición de seres sociales que nos relacionamos unos con otros, no somos números en un papel. También tienen la connotación de aquellas personas que, por miedo, o por no verse “señalados” no se implican en nada ni por nadie, aunque le esté afectando personalmente. Por tanto, no se debe tener una actitud indiferente, sobre todo cuando se está pisoteando los derechos de otras personas sino también cuando lo están haciendo contigo mismo. La dignidad de un ser humano es algo importante y entiendo por Derecho Humano a los atributos que toda persona posee por ser humano, como la dignidad, la libertad, la cultura, el trabajo o la igualdad y estos han de ser protegidos.

Cuando alguien actúa de forma dictatorial e impositora va creando un mal, que se va materializado a través de amenazas veladas, un miedo que se expande de boca en boca, que induce a que las personas se vayan volviendo indiferentes, desconfiadas y se vaya pensando “como a mí no me toca”, hasta que te toca y esto le ha ocurrido este año a algunas personas de la dirección.

En este sentido quiero transcribir la vivencia de un escritor judío llamado Elic Wiesel sobreviviente del holocausto:

“Lo contrario del amor no es el odio, es la indiferencia. Lo contrario de la belleza no es la fealdad, es la indiferencia. Lo contrario de la fe no es la herejía, es la indiferencia. Y lo contrario de la vida no es la muerte, sino la indiferencia entre la vida y la muerte”

¿QUÉ HACER?

Estoy convencido, y la vida me dará la razón, que nada hay imposible en este mundo, a excepción de la muerte física. En un pequeño libro titulado ¡INDIGNADOS! su autor Stépnane Hessel, hace un alegato de una forma concienzuda, desde su propia experiencia, sobre la aptitud de los indiferentes, que la cataloga como la peor de las actitudes que un ser humano puede tener. No basta con caer en la cuenta de los hecho, no basta con protestar y no hacer nada, no basta con decir <no estoy de acuerdo>, tenemos que ser activos y existen infinidad de medios para decir ¡basta ya! y se comienza por uno mismo.

LA DENUNCIA.

Estamos en tiempos de grandes cambios y por ello hay que sacar a la luz todas las suciedades que se ocultan “bajo la alfombra” es necesario y prioritario para restablecer el equilibrio. Ya que si no se hace, el esfuerzo realizado durante tantos años no se puede ver echados por tierra de forma impune, por eso ánimo a no quedarnos indiferentes, ni <mirar para otro lado> cuando detectemos anomalías. Un encargado, un jefe, un director, un compañero, por más conocimiento que posea, no es un ser superior, no es alguien a quien se le tenga que temer, por más poder que ostente, o piense que ostente, es sólo una persona que en la mayoría de las ocasiones se cree superior, pero que detrás sólo existe como un ser humano asustado, tan asustado como tú.

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