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EL SEGUNDO PODER, sección realizada por Tomás Guillén, Periodista

Felipe Julián Hernández: “La Prensa está legitimada para controlar al poder ejecutivo, especialmente cuando un grupo con mayoría absoluta gobierna con arrogancia”

Reyes paredes
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domingo 25 de octubre de 2020, 10:43h
Felipe Julián Hernández: “La Prensa está legitimada para controlar al poder ejecutivo, especialmente cuando un grupo con mayoría absoluta gobierna con arrogancia”
El Periodista Felipe Julián Hernández Lorca nació en Molina de Segura en 1945. Licenciado y Doctor en Periodismo, ha sido profesor de la Facultad de Comunicación y Documentación de la Universidad de Murcia, hasta su jubilación en 2015. Se inició en la profesión en el diario Línea, en 1964 y continuó en distintas secciones hasta el cierre del diario murciano en 1983. Ha sido Director de Comunicación del CEBAS-CSIC (1984-2015) y Presidente de la Asociación de la Prensa de Murcia (1997-2006). También,Director de la edición gratuita del semanario Hoja del Lunes (1990) y editor y director del Anuario Región de Murcia (1992-2005) Es autor de una docena de libros y capítulos de libro, de los que destacan "La Transición política en Murcia. Crónica del proceso autonómico" y "La prensa en su papel".
Felipe Julián Hernández: “La Prensa está legitimada para controlar al poder ejecutivo, especialmente cuando un grupo con mayoría absoluta gobierna con arrogancia”

“El periodismo gratuito fue un error”; “el periodismo ha dejado de ser el viejo oficio; vocacional, pero sin una formación específica”; “En el ámbito de la comunicación institucional, un deber de transparencia, la comunicación tiene, con frecuencia, un componente de propaganda”; “Los elementos de una buena noticia son la proximidad, la actualidad y la tempestividad, pero también la “notoriedad” del personaje de que se trate”; “Todo está en la Red, esa es la trascendencia del nuevo medio, que añade la ‘instantaneidad’; “El periodismo, sin apellidos, sirve a la verdad, pero con frecuencia es un “oficio cruel”; “El periodismo es una profesión que requiere pasión y un especial olfato para distinguir lo interesante”; “La Prensa ‘no es un poder, es un contrapoder’, según la definió Giscard d´Estagne;

P.- Quizás si hubiese sido este oficio más corporativista.... nos habría ido mejor?

R.- El mejor momento del periodismo en España fue la Transición; después de la censura, plena libertad de expresión y fundación masiva de nuevos medios en todos los soportes. La creación de los Grupos multimedia que, si bien eliminaron voces independientes, especialmente en el periodismo local, han sido garantía de una empresa especializada y sólida. También, la modernización de la Prensa, con la introducción de las nuevas tecnologías en el proceso de edición y el aumento considerable de la publicidad y venta de ejemplares, ofreció a la Prensa su mejor etapa; téngase en cuenta que la independencia política de un medio está en estrecha relación con su independencia económica.

P.- ¿Pero, por qué tan mal estamos?

R.- El periodismo gratuito fue un error; no tuvo en cuenta los elevados costes de producción, y la empresa informativa pretendió compensarlos únicamente con los ingresos por publicidad; en esto, se produjo la profunda crisis económica de 2008, aún no superada. Para entonces, el sector de la comunicación, confiado en los nuevos soportes digitales, había perdido su tradicional forma de financiación, sin encontrar una fórmula alternativa. La información a coste cero, es imposible. Asistimos ahora al descenso vertiginoso de las ediciones en papel, tradicional buque insignia de los Grupos de comunicación, que incluso para mantener sus ediciones digitales piden a sus lectores, para mantener su independencia, la aportación de unos euros (cinco como máximo) al mes.

P.- Imprescindible tener que pasar por Facultad o Escuela dedicada al periodismo

R.- Muy conveniente, porque el periodismo ha dejado de ser el viejo oficio; vocacional, pero sin una formación específica. Desde que en 1973 se crearan las Facultades de Comunicación, Periodista es una profesión: no es auxiliar o dependiente de cualquier otra. Nuestro trabajo tiene el reconocimiento de ser una actividad de interés social, cuenta con una formación específica, universitaria, y obtiene (o debería obtener) una remuneración adecuada a su función.

P.- De aldea mundial a aldea empresarial

R.- La denominada aldea global, que ha sido posible por la herramienta de las nuevas tecnologías, y en especial de Internet, en el ámbito de la Comunicación, ofrece una opción de visibilidad mundial de ida y vuelta; vemos y nos ven. Es un elemento de proximidad muy útil, especialmente para los negocios. No hay fronteras; vemos el mundo y sus acontecimientos en tiempo real. Pero también lo transitamos físicamente, a través de los viajes. Pero ese valor ha creado también una función de interdependencia; un acontecimiento negativo de carácter económico influye en el conjunto, principalmente en las Bolsas y otros indicadores.

P.- ¿Se informa más por deber de informar que por informar como se debiera?

R.- En el ámbito de la comunicación institucional, un deber de transparencia, la comunicación tiene, con frecuencia, un componente de propaganda. En un capítulo de libro, titulado “Estrategias de comunicación para una imagen institucional” he abordado la exigencia social de la transparencia, y los mecanismos profesionales y técnicos para la organización, en el interior de las instituciones o como un servicio externo, de la estructura y la dinámica que requiere “dejarse ver”, como notoriedad de marca; un intangible muy valioso.

P.- Hemos hecho una cultura del poderoso, que parece ser es lo único que interesa

R.-Se ha acusado frecuentemente al periodismo de estar al servicio del orden establecido, con una expresión cruel: “perro guardián del sistema”. Con frecuencia estamos más cerca del emisor que del receptor. Los elementos de una buena noticia (nuevo, curioso, interesante) son la proximidad (el acontecimiento, mejor cuanto más cerca al lector, de ahí el interés de la prensa zonal) la actualidad (mejor hoy que ayer) y la tempestividad, pero también la “notoriedad” del personaje de que se trate; de ahí que primemos a los ciudadanos mejor posicionados, a quienes incrementamos su visibilidad. El periodismo, entonces, no sería democrático, sino que prima a los de siempre.

P.- Con la creación de las redes sociales ha perdido fuerza el verdadero periodismo o el periodismo clásico

R.-Todo está en la Red, esa es la trascendencia del nuevo medio, que añade la “instantaneidad” (una característica de la radio) en la información; para mí las redes sociales, en especial Facebook, ha sido la oportunidad de hacer un medio de información, con la suma de las informaciones de interés recogida de distintos medios; a la manera de “Diario de diarios”, me permite hacer una oferta informativa de lo que para mí es relevante, a modo de agenda setting o agenda temática.

P.- El periodismo tal y como lo conocemos terminará desapareciendo por mucho que se quiera transformar

R.- El periodismo no, pero sí variarán (ya lo están haciendo, a un ritmo acelerado) los medios informativos convencionales y los soportes; el papel, aunque aún es el medio más influyente en los Grupos multimedia, ya está siendo un recurso testimonial. De hecho, ofrecen lo que ya han anticipado en la edición digital. Los lectores de prensa van con retraso, ven la información del día anterior.

P.- ¿El periodista actual es un héroe o un villano?

R.- Depende de sus principios morales y deontológicos, y con frecuencia de la línea editorial del medio para el que trabaja. El periodismo, sin apellidos, sirve a la verdad, pero con frecuencia es un “oficio cruel”, como lo definió el fundador y director del diario romano La Repubblica, Eugenio Scalfari, porque debe descubrir a los personajes “al desnudo”, más allá de la apariencia, Pero, también, como dijo Woodward, del caso Watergate, “el periodismo no es un mesianismo”; es una profesión que requiere pasión y un especial olfato para distinguir lo interesante; es un hábito de selección conforme a la agenda temática; lo que se publica es la propuesta de un medio determinado de lo que se debe tener por relevante en un momento dado; todo lo demás no ha pasado. Un periodista debe estar en consonancia con la línea editorial de su medio, aunque en caso de discrepancia disponemos de la Cláusula de Conciencia.

P.- A veces se trata de popularizar más al entrevistador que obtener información del entrevistado, que es a lo que hemos venido…

R.- Aunque reconozco la importancia de la entrevista en el periodismo, no ha sido un género informativo que me haya interesado especialmente. En mis cincuenta años de profesión, apenas he realizado una decena de entrevistas en el formato convencional; he preferido, si acaso, la entrevista “perfil”, es decir me he documentado sobre un personaje y he escrito un informe sobre su personalidad y trayectoria. No he tenido especial interés en preguntar –con frecuencia termina siendo un interrogatorio- sino en indagar. La entrevista, en realidad, la hace el personaje; el interés depende de la información novedosa que aporte.

P.- ¿Por qué crees que hemos llegado al Segundo Poder, después del económico?

R.- La Prensa “no es un poder, es un contrapoder”, según la definió Valéry Giscard d´Estagne, ex Presidente de la República francesa. La Prensa está legitimada para controlar al poder ejecutivo -al servicio del lector-, especialmente en los tramos de legislatura en que un grupo con mayoría absoluta gobierna con arrogancia, aplicando el “rodillo” a la oposición y sin respetar la obligada separación de poderes. La finalidad de un editor, en la empresa informativa, es “influir en los que influyen”, según una definición clásica. El “segundo poder” lo es por su capacidad de orientar, por su respuesta a la demanda creciente de información y, especialmente, por su credibilidad. Sin embargo, la influencia de los medios de masas está muy repartida, porque las audiencias hoy, por la diversidad de medios y sus, afortunadamente, distintas líneas editoriales, están muy fragmentadas. La clasificación es sencilla: prensa especializada y prensa generalista, y de esta, prensa “propoder” y prensa “contrapoder”. Y no hay más.

P.- ¿Pero la sociedad está preparada o ha aprendido a discernir entre la información y la desinformación, sin control?

R.- El peligro actual, que favorece la falta de control de los nuevos medios, son las noticias falsas; de ahí que la función del periodista siga siendo esencial para filtrar y editar solo lo relevante y con características de veracidad; una información documentada y contrastada.

P.- ¿O te encasillas o nunca podrás subsistir como un verdadero profesional?

R.- El éxito profesional está en la firma; hay que recomendar a los nuevos periodistas que cultiven su identidad; especialmente en el género artículo (muy demandado, que marca la diferenciación entre medios) porque el lector se deja aconsejar y valora la “interpretación” de la noticia, más que la opinión personal: interpretación es la explicación experta de los hechos, la versión fiable de un profesional al que avalan sus conocimientos demostrados y la honestidad de su trayectoria; en definitiva, su credibilidad.

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