La orden del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para congelar la ayuda exterior del país, que se gestiona principalmente a través de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), ha sido bloqueada temporalmente por un juez federal.
Una orden ha sido emitida por el juez del Distrito de Columbia, Amir Ali, en respuesta a una demanda interpuesta por dos organizaciones de salud que reciben financiamiento del gobierno de EE. UU. para sus programas internacionales. La decisión judicial establece que, por el momento, el Gobierno no tiene la autoridad para suspender o cancelar la ayuda exterior previamente aprobada antes de la toma de posesión de Trump.
A finales de enero, una directiva fue emitida por el secretario de Estado, Marco Rubio, en cumplimiento de la orden dada por Trump. Esta directiva detuvo toda la asistencia exterior, salvo el apoyo destinado a Israel y Egipto, y restringió el envío de alimentos únicamente a situaciones de emergencia extrema.
El pánico se desató en organizaciones humanitarias a nivel mundial que dependen de los contratos con Estados Unidos para su funcionamiento tras la decisión. De acuerdo con la ONU, el país norteamericano es, con gran diferencia, el mayor proveedor de asistencia exterior, habiendo invertido alrededor de 72.000 millones de dólares en 2023, lo que equivale al 40% de la ayuda humanitaria a nivel global.