Pablo Casado, presidente y candidato del PP a la presidencia del Gobierno, no ha descartado que la ultraderecha entre en un futuro Ejecutivo, algo que sin que lo dijera se daba por hecho ya que a quien le da la mano no es un estraño sino un hermano que como Rómulo y Remo han mamado de las mismas tetas, las de José María Aznar.
Así lo ha confesado en una entrevista en el programa Es La Mañana de Federico de EsRadio, ¿donde mejor?.
Frases como: “Vox y Ciudadanos van a tener la influencia que quieran tener, para entrar en el Gobierno o para decidir la investidura o la legislatura” o “entre bomberos no nos pisamos la manguera”, dejan patente que entre los de Abascal y los suyos, no hay diferencia ideológica y que tan solo los diferencia unas siglas. Dicho de otro modo son el mismo perro con distinto collar.
En una acertada reflexión de Àngels Barceló sobre las declaraciones de Pablo Casado en las que se abre a la posibilidad de incluir a Vox en un posible gobierno tras las elecciones del domingo, titulada: "Caretas fuera" desgrana como Casado no tenía problemas para pactar con la ultraderecha, y pone el ejemplo de Andalucía, dice además que la derecha tradicional y la ultraderecha se confunden. Sin duda los ciudadanos ya no saben donde terminan unos y empiezan otros. ¿No será que son los mismos?
De hecho, según Barceló "la derecha no se enfrentó desde el principio a la extrema derecha, es más, copió su discurso y ahora ya se confunden unos con otros, tanto que la oferta de un puesto en el gobierno del lider popular es como reconocer de antemano la derrota del PP y por consiguiente la de Pablo Casado".
"Voten, lo que quieran, a quien quieran, pero voten para avanzar, nunca para retroceder" dice acertadamente la periodista de la Cadena Ser