Una simple lectura de estas afirmaciones conducen directamente a concluir que los inmigrantes extranjeros residentes en Lorca, el 20% de los 94.000 que conforman el censo lorquino, son los culpables de toda esta situación que ha obligado al segundo confinamiento en seis meses en modalidad flexibilización grado 1.
Bien. Dicho lo anterior y atendiendo a la afirmación vertida por Villegas, se hace preciso tomar medidas más contundentes para atajar el maldito coronavirus. No basta acudir a los puntos COVI para someterse a las pruebas establecidas al efecto. Hay que ir un poco más allá aunque sean decisiones no precisamente fáciles cuando se trata de evitar más contagios y consecuentemente el aumento de muertes.
Como dicen los futboleros, cortito y al pié. Aunque políticamente suponga un soponcio enfrentarse a la cruel realidad, quiero decir a la enfermedad y a los empresarios, lo ideal sería que la autoridad sanitaria ordenase acudir directamente a los recintos laborales agrarios donde trabajan los inmigrantes y realizar in situ las pruebas COVI. Así cesarían las especulaciones y podríamos comprobar directamente el grado de culpabilidad achacado por Villegas a los inmigrantes establecidos en Lorca.