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 Editorial : La cruz y el mausoleo de no me llames Paco llámame Narciso
 Editorial : La cruz y el mausoleo de no me llames Paco llámame Narciso

Editorial : La cruz y el mausoleo de no me llames Paco llámame Narciso

El giro reaccionario que vive nuestra sociedad con la crispación, histeria, intimidación y persecución del discrepante, tiene un aprendiz aventajado, en el Narciso de Albox.

Ya no se sabe si el Narciso de Albox ha pasado a un nuevo estadio, la esquizofrenia política, la bipolaridad o la recuperación del nacionalcatolicismo.

A prisa y corriendo otro Paco, Paco Torrecillas, ante la prohibición legal de inaugurar tras la convocatoria de Elecciones Generales, anda desesperado con esas irrazonables fantasías de éxito y deseos de poder, para legar a Albox su Mausoleo/Convento y la Cruz como alegoría del sufrimiento de todos los vecinos por su ego, traducido en “tiranía”.

No le basta a Torrecillas con poner su nombre en relieve al Pabellón del Instituto “Martin García Ramos” que ahora, en ese deseo irrefrenable de notoriedad, no puede soportar que se hable más del Valle de los Caídos que de él, por lo que, el Narciso, sin acuerdo ninguno del Ayuntamiento, sin presupuesto aprobado, en una zona deprimida que necesita ayudas de todo tipo (rehabilitación de viviendas, desempleo, comida, servicios y limpieza), junto a la indigna apropiación electoralista de los sentimientos religiosos de carácter personal, viene a colocar en el Barrio Alto una enorme Cruz para mayor loa, aires de grandeza y necesidad de admiraciones del autócrata de la Villa.

Este ególatra arrogante y prepotente no podía aceptar ni permitir no inaugurar su Mausoleo ni abrazar al Obispo con la ocasión.

La obra del Mausoleo/Convento como denuncian partidos y organizaciones sociales Albojenses es el mayor ejemplo de presunta vulneración de derechos colectivos y de empleo ingente del erario público no presupuestado.

Los vecinos deben saber, apuntan las organizaciones democráticas Albojenses, que las obras del convento se están financiando con ingresos extraordinarios, (no hay Presupuesto actualizado, sino prorrogado) de la Tasa de la Basura y de la gestión recaudatoria del nuevo servicio tras la salida de Diputación, y ello, en un edificio que no es de los Albojenses y que finalmente se tendrá que devolver a la Iglesia como consecuencia del Convenio firmado.

La justicia seguro que al final actuara y el responsable de tanta tropelía lo pagara, esta es la percepción general en Albox.

Pero hoy, la Seguridad del edificio para los futuros empleados públicos y los ciudadanos que transiten por las instalaciones, tras las obras, sigue siendo la mayor preocupación colectiva; Que el Colegio de Arquitectos envíe dos escritos denunciando los procedimientos y la carencia de los estudios de seguridad debe alarmar a cualquiera; Que se realicen unas obras de esta magnitud donde se ha empleado un millón de euros saltándose todos los procedimientos de contratación y sin proyecto integral no garantiza la seguridad para nadie.

El ego y el narcisismo del “villano” (RAE. Vecino o habitador del estado llano en una villa o aldea) no tiene límites y lo pagan los Albojenses.

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