Fue un empleado del asilo que prefiere mantenerse en el anonimato el que realizó una escapada al puticlub, donde para su sorpresa se encontró con el grupo de ancianos. Al verlos dice: “no podía creer lo que veían mis ojos, yo fui solo a tomar una cerveza con unos amigos, pero a ellos parecían conocerlos todas las chicas, los saludaban y trataban con total familiaridad”.
De inmediato avisó a sus superiores que acudieron en su búsqueda “además de recoger a los ancianos, investigamos y encontramos un túnel que comunicaba una de las habitaciones con el exterior del asilo, parece que a nuestros huéspedes les sobra vitalidad, y no solo por irse de putas si no por haber excavado con cucharillas del café su vía de escape, es impresionante”.