En este segundo episodio de los conflictos que no ha sabido resolver el director del CEIP Francisco Saiz Sanz, bien por incapacidad, ineptitud o mala fé, os detallo y os cuento la historia de M. Carmen B.C., una maestra socialmente maltratada, humillada, vejada y vulnerada, que hace año y medio tuvo la mala fortuna de cruzarse, en el ejercicio de su pasión que es la educación de niños TEA (niños con autismo muy afectados), con un par de familias muy especiales. Una de ellas con afán de protagonismo en redes sociales abriéndose camino en el mundo de los influencers y otro, agente de la autoridad, con presuntos problemas de salud mental con largos periodos de baja médica por esos motivos, quienes arrastran en una breve historia escolar de sus hijos, una serie de traslados de centros por desavenencias en todos ellos.
En este cruce de caminos y de no aceptación de la realidad de los hijos que tienen, se creyeron en el derecho de meter grabadoras en el aula y tras un par de días de grabaciones y otros dos meses pensando hasta dónde podían hacer llegar sus intereses, deciden denunciar a esta maestra por todo lo que se les va pasando en sus delicadas cabezas: maltratos físicos, maltratos psicológicos, vejaciones a menores, etc. Todo esto sin un solo parte de lesiones, ni una sola visita al pediatra para que les haga un reconocimiento, ni una sola valoración psicológica pediátrica, ni nada parecido.
Pero como toda buena historia de terror siempre hay cooperantes necesarios y ahí nos encontramos que, a pesar de que no haya pruebas físicas reales, uno de los papás, agente de la autoridad, en incapacidad temporal, ve en sus compañeros de trabajo un hilo de sentido para darle lenguaje a unos audios que cualquier otra persona no hubiese sido capaz de transcribir, más allá de los sonidos propios en una clase de niños con autismo. Tal es así, que la jueza archiva la causa incapaz de oír nada esclarecedor en esos audios.
Lo que podría ser un mal sueño, en el que nadie está libre de caer, pero que, gracias a Dios, la justicia habla y aparentemente todo queda resuelto; no acaba ahí, pues una mamá en su afán de protagonismo y aceptación social decide hacer un vídeo que se hace viral con casi un millón de visualizaciones a través de diferentes medios, haciendo un daño incalculable al CEIP Francisco Saiz Sanz, de Aguadulce (Almería) y especialmente a Doña Mari Carmen B.C que se ve envuelta en una continua persecución injustificada y que por consiguiente lleva a lo nunca esperado:
SUSPENDIDA
Efectivamente, nadie podía imaginar que tras el archivo de la causa con tan graves acusaciones por parte del poder judicial, que la Administración tome como válido el video de la “mamá influencer” (M.C.M) ocasionando la SUSPENSIÓN de la maestra.
Todo es un sinsentido, los argumentos de una influecer, en grave crisis de aceptación del hijo que tiene, un agente de la autoridad en incapacidad temporal, presuntamente por la misma situación, otros tres padres arrastrados por el viento del ruido, una consejera de educación asustada por el murmullo en la redes sociales, una inspectora instructora cuyo máximo mérito es sacar un 2,7 en su examen de oposición, un inspector de educación abrumado sin entender que está pasando sobre sus competencias y un director de centro con un buen historial de expedientes negativos, asustado por si le mueven de la silla, dando la espalda a sus compañeros y extralimitándose en sus funciones.
Sin duda un cóctel muy dañino para la protagonista de esta historia.
Desde estas líneas queremos mostrar el apoyo a todas las maestras y maestros que desde su vocación hacen de su pasión su trabajo. Y sin duda, puedo asegurar que no hay que estar muy bien de las facultades mentales si crees que los maestros y maestras maltratan a tus hijos.