Las diferentes asociaciones se volcaron en la visibilidad del colectivo, mientras que a su vez representantes políticos de las diferentes derechas retiraban banderas, banderolas y cualquier cosa que pudiera entenderse como enaltecimiento del Orgullo, así como otros hechos que podrían denotar cierta discriminación a todo lo que huela a movimiento LGTBiQ+. Me viene a la cabeza en la ciudad como hecho más significativo la retirada de la lista de concejales a alguien que discretamente nunca negó su homosexualidad. Cierto es que lo incluyeron en una lista en el pueblo de al lado. Y sin querer defender a Carlos, y que él sabrá por qué pertenece a ese partido, espero que al menos le hagan Diputado Provincial. Porque ese es el modus operandi de las mafias, quitarte de enmedio y darte una patadita cobrando más para callarte.
Y sin querer desviar el contenido de este artículo que me ha costado tanto escribir, ya que cuando escribo trato de ponerme en la piel de aquellos a los que menciono… es doloroso simplemente el hecho de imaginarse lo que pueden sentir los que son discriminados en este caso por tener otra orientación sexual.
Este dolor ha ido “in crescendo” a medida que iba estudiando datos del Ministerio de Interior. Los delitos por odio y homofobia representan la segunda causa de agresiones en España. Pero el desgarro iba a mayores cuando me he tropezado con las estadísticas sobre violencia o bullying en los institutos, donde los datos de 2020, 2021 y 2022 han aumentado casi exponencialmente (41%, 49%, y más de 51% respectivamente), y si los datos son escalofriantes mucho más lo son si indagamos en las principales causas de suicidio de estos jovenes que han sufrido acoso.
Pocos son los protocolos que se están tomando en los centros educativos, y menor aún la inversión pública en concienciación. Porque puede ser cierto que cada vez haya más visibilidad a este colectivo, pero en respeto y tolerancia aún nos queda mucho camino por recorrer, más aún cuando haya representantes públicos que inviertan esfuerzo en cegar el movimiento retirando banderas, retirando ayudas.
La concienciación va más allá de Santiago Abascal diciendo que de niño tenía un amigo gay, o de un Partido Popular almeriense escondiendo a un concejal bastante decente (o al menos por encima de la media de su partido) en el pueblo de al lado.
Como me gusta acabar los artículos mostrando la parte positiva si la hubiera, os diré que podemos estar contentos porque los movimientos asociativos LGTBIQ+ en Andalucía son muy fuertes, muy organizados y con muchas ganas de luchar, y son referencia nacional junto a canarios y valencianos.
Asociaciones como Almería con Orgullo son un ejemplo por ese aire fresco al colectivo. Sin olvidarnos de los que fueron un referente décadas atrás, como la Asociación Colega más veteranos y últimamente más en la retaguardia, al cobijo de las subvenciones de nuestro Ayuntamiento.
Y todos ellos muy necesarios en la lucha por la visibilización del colectivo y contra la LGTBIfobia.
Si (
No(
