Quiero advertir que no soy ningún intruso en la profesión de historiador. Toda mi vida de docente la he dedicado a la enseñanza de la Historia a unos alumnos/as que me recuerdan, ahora que estoy jubilado, con cariño. Gracias al Plan Maluquer pude estudiar en la Universidad de Barcelona al hacer compatible mi trabajo como maestro de Primaria con las clases en la Universidad. A Maluquer, Gual, Martínez Shaw, Seco Serrano y Alcolea Gil debo mi pasión por la prehistoria, la época medieval, la edad moderna, la historia de la España contemporánea, la historia del arte y que había otra historia distinta a la oficial franquista. Aún hay quien asegura que con los Reyes Católicos se consiguió la unidad nacional de España. Pero no es cierto, solo se consiguió la unidad dinástica de los reinos españoles, menos del de Portugal, pues cada reino continuó con su propio gobierno, sus leyes, sus aduanas… y los aragoneses, catalanes, valencianos, mallorquines eran y se les consideraban extranjeros en el reino de Castilla- León, al igual que los castellanos, andaluces, portugueses, gallegos…, eran extranjeros en la Corona de Aragón. Hemos de esperar al Real Decreto del rey Felipe V de 7 de julio de 1723 para que se anulen las leyes de extranjería de Castilla a todos los naturales de lo que conocemos por España, donde queda excluido Portugal.
Recuerdo que cuando daba clases Martínez Shaw solían acudir alumnos/as de otras facultades simplemente para escucharle verdades históricas negadas en las escuelas franquistas.. Con D. Carlos Seco Serrano llegué a tener una franca amistad dirigiéndome mi tesis doctoral. Pero reconozco que soy puñetero, pues no tuve en cuenta su ideología conservadora y que Maura era su político favorito y, máxime, cuando estaba a punto de ingresar en la Real Academia de la Historia. Pero pensaba que la profesionalidad debía estar por encima de las ideologías. El roce con D. Carlos surgió al introducir en la tesis el caso de la joven Adelaida de Uboa, una rica heredera bilbaína. Esta joven había ingresado en el convento de las Adoratrices Esclavas del Corazón de Jesús, pero su madre había entablado pleito para obligar al convento a que se la devolviera alegando que era menor de edad. La cuestión que se debatía es donde residía la prioridad, si en el Derecho Canónico o en el Derecho Civil. Maura, que procedía de las filas liberales, defiende al convento, a los derechos de la Iglesia, mientras que Salmerón era el defensor de los derechos de la madre, los del Estado. Pero resulta que este juicio acaparó de una manera apasionada la opinión nacional debido al estreno de Electra, obra de Galdós, justo ocho días antes que el Tribunal Supremo diera su veredicto. Electra es un drama que narra un caso similar al que se ventila en el Tribunal. Y la misma noche del estreno, el 30-1-1901, desató ruidosas manifestaciones anticlericales, provocando luchas callejeras. El teatro era un medio muy apropiado para electrizar a la juventud “progre”. Y Maura pasó a ser el defensor a ultranza de los derechos de la Iglesia, por lo que las masas católicas lo auparon como su líder indiscutible.
Con D. Carlos Martínez Shaw no tuve ningún roce, al contrario le sustituí en una de sus clases, que mereció el aplauso de D. Carlos. Pero le reprocho que no contestara a las erróneas afirmaciones que vertió la historiadora norteamericana Carla Rahn Philips en la conferencia que dio en el Congreso de Valladolid, que él presidía, para conmemorar el Quinientos aniversario de la firma de las Capitulaciones entre Magallanes y Faleiro y el rey Carlos I. (No cito esas afirmaciones erróneas por no ser motivo de esta carta)
El origen de Cristóbal Colom ha hecho correr ríos de tinta, pero en los medios de la Real Academia de la Historia, a la que pertenecen, entre otros, Consuelo Varela y Martínez Shaw, siempre se le ha considerado genovés. Dicen que los medios de comunicación están dedicando mucho espacio a los aficionados que sostienen absurdas teorías sobre el origen de Colom sin conseguir la opinión de los historiadores profesionales. Pues yo les recabo, no la opinión, sino las razones que aducen para sostener que el Almirante de la Mar Océano nació en Génova. Yo no discuto, ni me interesa, si Cristóforo Colombo nació o no en Génova. Pero este personaje nada tiene que ver con el descubridor de América. No se trata de averiguar si los documentos presentados sobre Cristóforo Colombo son verdaderos o falsos que, al fin y al cabo, no me concierne, sino si el tal Cristóforo Colombo fue o no el descubridor. Ningún documento oficial del reino de Castilla dice que Colom fuera genovés. No es el caso de otros personajes en el reino de Castilla, como los florentinos Berardi o Américo Vespuccio, por ejemplo, que, al ser naturalizados como castellanos, en la carta de naturalización viene citado su lugar de nacimiento. “Don Fernando e doña Ysabel (…) Por cuanto vos Juanoto Berardi, florentín, estante en este nuestros reynos, nos hesistes relación por vuestra petición diciendo: que vos soys natural de la cibdad de Florencia, e a diez años e más tiempo que estays en nuestros reynos e quereys venir a morar en ellos e ser nuestro natural dellos; e nos suplicastes e pedistes por merçed que vos hiziesemos natural destos nuestros reynos, para que pudiesedes gozar de todas las gracias, franquezas, libertades, esençiones, preeminencias e perrogativas de que gozan e pueden gozar los otros nuestros súbditos e naturales…”
El genovés Cristóforo Colombo no pudo ser el Cristóbal Colom que descubrió América. El tabernero o cardador de lana que dejó Génova con más de 20 años, difícilmente podría conocer el arte de navegar y poseer la cultura científica y humanística que demostró Colom. Mientras que para “los académicos” el genovés Cristóforo Colombo no se había movido de Génova hasta la edad de 20 años, el marinero, cosmógrafo, corsario y mercader Cristóbal Colom ya navegaba desde la niñez, como él mismo afirma en una carta que envía a los Reyes Católicos en 1501: “De edad muy pequeña entré en la mar navegando y he continuado hasta hoy (…) Todo lo que hoy se navega lo he navegado”. En aquella época los marinos necesitaban toda una vida para formarse; entraban de grumetes y aprendían oralmente las lecciones de los viejos marinos y observando directamente los misterios del mar y del firmamento en el curso de los años. El almirante Nelson, por ejemplo, comenzó como grumete a la edad de 11 años. Para contar con los conocimientos de navegación que tenía Cristóbal Colom era necesario que hubiera navegado muchos años como marino, cosa que el Colombo genovés no había hecho, quien había realizado algunas navegaciones, pero con fines comerciales de compra y venta de productos, y en ese tipo de viajes no se aprende astronomía ni la utilización de la brújula y de las cartas de marear, que era uso exclusivo de los que dirigían las naves (capitanes y pilotos) Colom ya sabía manejar desde muy joven los instrumentos náuticos como la brújula, el astrolabio, las cartas de marear, etc. Cristóbal Colom escribió profusamente sobre temas náuticos, como podemos observar en sus diarios de viajes o en las cartas que envía a los reyes. Colom utilizó un vocabulario naval en castellano, como vergas, mesana, codaste, barlovento, cuadernas, puntal, estribo…, que para un profano son inconcebibles.
Se hace muy difícil de explicar que un tabernero genovés - como explica la teoría genovesa-, hijo de un tejedor de lana, supiera escribir con una caligrafía impecable la lengua castellana, como vemos en las cartas y escritos de Colom. Según Gabriel Roura, archivero de la catedral de Girona y especialista en escritura medieval, al hacer un análisis grafológico de las cartas de Cristóbal Colom dice: “…, quien escribió estas cartas es un hombre con una alta educación que utiliza la letra gótica cursiva catalana con gran precisión”.
Hernando Colom,- el hijo bastardo de Cristóbal Colom, pero que había sido legitimado como consecuencia de su designación, junto con su hermano Diego, como paje del príncipe D. Juan y, después de la reina Isabel,- marchó a Italia para averiguar los orígenes de su padre, porque se rumoreaba que era ligur. Regresó sin encontrar ningún indicio familiar. Y se puso a indagar por las tierras de la Corona de Aragón, pero el 13 de junio de 1523 el emperador Carlos, por razones de Estado, le prohíbe tajantemente que siga con dicha búsqueda.
Una prueba irrecusable de la dualidad de personas es el hecho que Cristóforo Colombo, en 1472, en acta notarial, aparece en Savona ante el notario Tomás de Zosco, reconociendo junto con su padre Doménico una deuda de 140 libras, mientras en aquel mismísimo tiempo, Colom, el descubridor de América, al servicio de Renato de Anjou, actuaba de corsario con sus dos tíos en las aguas del Mediterráneo.
El hecho de que no haya llegado a nosotros una referencia escrita indicando explícitamente de dónde era Cristóbal Colom, no quiere decir que él nunca lo hubiera comentado. No obstante hemos de comprender que su pasado corsario contra los intereses de Juan II, padre de Fernando el Católico, no era para ir vanagloriándose de ello en la corte de los Reyes Católicos. Colom había actuado como corsario del duque de Anjou y después corsario del rey de Francia, el que había peleado a favor de la Beltraneja. Si los Reyes Católicos hubieran sabido de sus luchas en contra de sus intereses no solamente no le hubieran atendido, sino que con toda seguridad lo hubieran procesado y ejecutado.
El origen humilde que se le atribuye hace difícil entender que, en una época en el que el analfabetismo entre las clases humildes era la regla, Colom tuviera unos conocimientos científicos, humanísticos y de idiomas que aún en nuestros días serían excepcionales. Era mucho más culto de lo que se suele admitir y se le puede considerar como un verdadero humanista. Sorprende la cultura literaria que tenía para ser solo un hombre de mar y no de iglesia.
Lo lógico es que la lengua de Colom fuera el italiano, si como dicen nació y vivió hasta los veinte años en Génova. Hemos de tener en cuenta que la lengua literaria que se desarrolló por Italia fue la que perfeccionaron los poetas toscanos, especialmente Dante, Petrarca y Bocaccio que en siglo XIV la convirtieron en la lengua que se extiende por toda la península itálica. Los primeros documentos escritos en esa lengua datan de los siglos VII y VIII, muy anteriores a las primeras apariciones escritas del gallego, catalán, francés o castellano. Una de las pruebas más contundentes de que Colom no conocía la lengua italiana es la carta que dirigió el 22 de diciembre de 1504 a micer Juan Luis de Génova; en vez de escribirle en italiano (o toscano), como sería natural, ya que Juan Luis no conocía el castellano, Colom redactó la carta en castellano y se la envió al embajador Nicolás Odérigo - quien por su cargo y larga estancia en la corte de los Reyes Católicos hablaba y escribía la lengua castellana- y le suplica que sirva de intérprete de la correspondencia que le adjunta de Juan Luis. Pasa lo mismo cuando Colom escribe al banco de San Giorgio, que lo hace en castellano, a pesar que los del banco no sabían ni leer ni escribir esa lengua.
Viviendo en Portugal y antes de establecerse en Castilla Colom ya dominaba la lengua castellana, como se aprecia en los escritos hechos al margen de los libros que consultaba en Lisboa. Por ejemplo, en el margen del libro Imago mundi leemos: “La Tierra es redonda y esférica”, “El agua y la tierra forman juntos un cuerpo redondo”, “La distancia entre España y la India por tierra es muy larga”, “La distancia entre España y la India por mar es muy corta”, “El eclipse de luna se debe a la sombra que proyecta la Tierra”. También, de 1481, viviendo aún en Portugal, hay una larga apostilla en castellano de Colom en los márgenes de la obra escrita en latín Rerum ubique gestaron de Eneas Silvio (el futuro papa Pio II) Cuando se apuntan reflexiones íntimas se hace en la lengua habitual, como son las anotaciones en el margen de los libros, tan usual en Colom, y lo hace en castellano o en latín.
Consuelo Varela en su obra Cristóbal Colón. Textos y documentos completos defiende que los ascendientes de Colom eran judíos catalanes huidos en las persecuciones, justificando así su habla castellana. No es lógico que los judíos catalanes que huyeron del Call de Barcelona cuando los progroms de 1391 hablaran castellano. Hablarían catalán.
Si Colom como dicen era genovés, ¿por qué ofreció su proyecto de viaje a Portugal, a Inglaterra, a Francia y a Castilla y no lo brindó a la República de Génova, que es la que contaba con las flotas más importantes de la época? Si Colom hubiera tenido alguna relación con Génova, especialmente de familia, sus hechos hubieran sido conocidos y comentados en dicha ciudad. ¿Por qué Colom no hizo nada por su padre que, según la tesis genovesa, murió a la edad de 81 años en la miseria y cargado de deudas? Bien conocida es, sin embargo, la preocupación de Colom por sus hermanos Bartolomé y Diego, hasta el punto de ser acusado de nepotismo.
En la felicitación que, a través de los embajadores genoveses Francesco Marchesi y Giovanni Antonio Grimaldi, hace la Señoría de Génova a los Reyes Católicos en mayo de 1493 de vuelta del primer viaje de Colom, no existe alusión alguna al Colombo genovés. Uberto Fogliatta en su libro Della República de Génova no menciona a Colombo en la lista de los capitanes de mar genoveses famosos.
Coincidiendo en el siglo XIX el proceso de unificación de Italia con el resurgimiento de la enorme popularidad de Cristóbal Colom y, ante la necesidad de héroes que cimienten la nueva nación, los investigadores italianos sitúan a Colom en la cabecera de sus mitos patrios y realizan un trabajo verdaderamente monumental al rebuscar en todos los archivos de la península itálica los documentos relacionados con este personaje, sus padres y demás familiares y allegados, compilando abundante documentación –la Reccolta Colombina- sobre su nacimiento en Génova, que publican para explicar al mundo que Italia tuvo un papel importante en el descubrimiento de América, pues un italiano, Américo Vespucio dio nombre al Nuevo Mundo y otro, Cristóforo Colombo, fue su descubridor. Como varias ciudades italianas (Savona, Pradello, Nervi, Cugureo, Bugiasco) empiezan a disputar la cuna de Colom, Génova reclama sus derechos identificando a Cristóforo Colombo con Cristóbal Colom y la Academia de Ciencias, Literatura y Bellas Artes de Génova encarga 14 volúmenes entre 1892 y 1896 para apuntalar la nacionalidad genovesa del Almirante. Y Cristóforo Colombo es tomado como el misionero del progreso, que plantó el primero en el Nuevo Mundo la cruz, símbolo inmortal de civilización de los pueblos. Y Cristóforo Colombo queda muy bien documentado. Pero no queda demostrado que Cristóforo Colombo sea el descubridor de América.
Los que defienden a capa y espada que Colom nació en Génova de una familia humilde y, sin embargo, se casó con una aristócrata emparentada con la familia real de Braganza y, sin ningún mérito, se introduce en la Corte de los Reyes Católicos consiguiendo, antes de realizar el viaje descubridor, grandes privilegios y prerrogativas como Almirante de la Mar Océano, Virrey y Gobernador general de las tierras descubiertas y el título de Don, reservado a los miembros de la familia real y de la alta aristocracia, conviene refrescarles las características del Antiguo Régimen. Como saben mejor que yo la sociedad en el Antiguo Régimen era estamental, o sea, grupos sociales cerrados y de desigualdad jurídica. La posición social se heredaba, es decir, el ancien régimen prestaba nula atención a la movilidad social. Los estamentos o estados eran agrupaciones sociales de personas que tenía similar función en la sociedad. El primer estamento lo componía el clero, el segundo la aristocracia y el tercero la burguesía adinerada, los artesanos y los campesinos propietarios. Pero la mayoría de la población, clases inferiores inarticuladas, los menestrales, los soldados, los jornaleros, los obreros, los criados, los mendigos y los esclavos configuraban lo que ha venido a llamarse cuarto estado. El 1º y 2º estamentos eran los privilegiados, porque tenían un estatuto jurídico especial. Eran los únicos que tenían acceso a los altos cargos del Ejército, del Estado y de la Iglesia.
¿Cómo es que siendo extranjero en Castilla se le conceden a Cristóbal Colom esos altos cargos y dignidades cuando los Reyes Católicos habían ratificado en 1476 las leyes dadas en 1377, 1379, 1401 y 1473 por sus antecesores de que para obtener prebendas, dignidades y beneficios del reino de Castilla, sólo los podían obtener los naturales de Castilla? Cuando en 1486 el papa Inocencio III propone al valenciano Rodrigo de Borja (el futuro papa Alejandro VI) el arzobispado de Sevilla, los Reyes Católicos rechazan ese nombramiento porque era inadmisible que un extranjero dirigiera tan importante archidiócesis del reino de Castilla. Isabel la Católica fue inflexible, no quería que personas no naturales de Castilla ocuparan altos cargos en ella. Y eso que los Reyes Católicos estaban muy agradecidos a Rodrigo Borja porque había favorecido la causa de Isabel como heredera de Castilla frente a Juana la Beltraneja, había conseguido la bula que legitimaba el matrimonio de los primos Isabel y Fernando y fue decisiva su intervención en la guerra civil de Castilla al hacer que los nobles rebeldes reconocieran la causa isabelina. Y cuando fue nombrado Papa tituló a Isabel y Fernando de Reyes Católicos. Si Isabel y Fernando nombraron a Cristóbal Colom, Almirante de la Mar Océano, Virrey y Gobernador de las tierras descubiertas y le conceden el título de Don es porque lo consideran de su misma familia, de la Casa real de Trastámara.
Si Cristóbal Colom no necesitó naturalizarse para obtener los altos cargos que se le dieron, su hermano menor Diego Colom, hubo de conseguir la carta de naturaleza o nacionalidad castellana para obtener un obispado en el reino de Castilla. La única explicación es que a Cristóbal no se le considera extranjero en Castilla por ser de la misma familia de los Reyes Católicos, de la Casa de Trastámara, hijo de D. Carlos, Príncipe de Viana, el hermanastro mayor de Fernando el Católico.
En el artículo del ABC Cristóbal Colón, “envidiado extranjero” de Consuelo Varela (investigadora de Estudios Hispano-Americanos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas) reafirma la genovesidad de Colom “Hasta muy entrado el siglo XIX- leemos en dicho artículo- no se discutió la genovesidad de Colón. Sólo a partir de entonces comenzaron a oírse voces disidentes que trataran de adjudicar otro origen al almirante por un patriotismo mal entendido. Estas teorías, a mi juicio, carecen de toda validez histórica. Veamos. Todos sus contemporáneos coinciden, con machacona insistencia, en que era genovés (…) Esta unanimidad recibe pleno respaldo en las fuentes manuscritas. En el Archivo Municipal de Génova se guardan documentos que sitúan en esta ciudad a un Cristóforo Colombo que declaró ser mayor de diecinueve años en 1470 y tener 27 años en 1479. De su adolescencia en Génova dan fe otras seis escrituras, en las que aparece ejerciendo en Savona el oficio de lanero o tejedor con su padre”.
Dª Consuelo dice que “no se trata de un personaje homónimo, porque lo demuestra el hecho de que en 1500 los españoles, murmurando en Santo Domingo contra el gobierno de los hermanos Colón, les echasen en cara que eran de “baja clase” e hijos de un “tejedor de seda”. Lo que omite de este importante documento, publicado por ella, es que Diego estaba bajo las órdenes de un “muslim”. Y musulmanes en Génova no había. Además, no es descartable que Diego Colom, hermano de madre del Almirante, arruinado por el acoso del gobernador de Mallorca a causa de que sus tíos y sus hermanos fueran corsarios contra los intereses de la Corona de Aragón (El mismo Cristóbal Colom nos habla de esta actuación de corsario cuando dice que: “A mi acaeció que el Rey Reynel me envió a Túnez para apresar la galeaza Fernandina. Estando navegando sobre la isla de San Pedro, en Cerdeña, recibí aviso de que la galeaza estaba escoltada por dos naos y una carraca. Mi tripulación se alteró por la noticia y se negó a seguir viaje proponiendo volver a Marsella a voluntad, accedía a la demanda. Pero cambié el cebo de la aguja y di la vela al anochecer. Al salir el sol al otro día, estábamos en el cabo de Cartagena y mi tripulación creyó que íbamos a Marsella”), se viera obligado a emigrar a Valencia y se colocara en un taller de seda. Y al pasar por Valencia su hermano Cristóbal para comunicar a las reyes en Barcelona la noticia del descubrimiento se sumó en la comitiva. Y por eso lo vemos en el segundo viaje.
En este artículo Consuelo Varela habla que Colom fundó en 1498 su mayorazgo donde de forma explícita habla de su origen “Siendo yo nacido en Génova”.
La Institución del mayorazgo de 22 de febrero de 1498 es un documento totalmente falso y aparece por primera vez en escena el 13 de Mayo de 1579 cuando es entregado al secretario del tribunal Francisco de Balmaseda que ya lo describe así: “de Recibo del Dr. Hurtado, abogado de esta corte, una escritura en papel simple, que suena a ser testamento don Cristóbal Colón”. Cristóbal Colom desde Granada el 24 de mayo de 1501, en una carta al Padre Gorricio, escribe: «Reberendo y muy deboto padre: Mucho he de menester un traslado abtorizado de escrivano público de una provisión que alá está, porque pueda yo hazer Mayorazgo, y querria que fuese en pergamino». No puede ser que el Mayorazgo se haga el 22 de febrero de 1498 y Colom el 24 de mayo de 1501 solicita pergamino para hacer el Mayorazgo. Además en su último testamento que hizo en Valladolid el 19 de mayo de 1506, ante el notario Pedro de Hinojedo, el Almirante manifiesta: “Cuando partí de España el año de mil quinientos e dos yo fize una ordenanza e Mayorazgo de mis bienes, e de lo que entonces me pareció que cumplía a mi ánima e al servicio de Dios eterno, e honra mía e de mis sucesores: la cual escriptura dexé en el monasterio de las Cuevas de Sevilla a Fray don Gaspar con otras mis escrituras e mis privilegios e cartas que tengo del Rey e de la Reina, Nuestros Señores. La cual ordenanza apruebo e confirmo por esta”. Si hubiera hecho el Mayorazgo en 1498 no tiene sentido que en 1502 vuelva a hacer otro Mayorazgo. Por otra parte en el testamento de 1506 no dijo nada de Génova, y es raro que si era de Génova en sus últimas voluntades no haya puesto nada de su supuesto origen. Habría que preguntarse que si lo consideraba importante en 1498 ¿por qué no lo fue en 1506? No se cumplió lo de dejar una pensión a una persona de su linaje en Génova. Si tanto interés hubiera tenido, lo tendría que haber puesto en el testamento de 1506. Además en esta Institución de Mayorazgo, en la que aparece que Colom cita a Génova como ciudad «de donde salió y en donde nació», no figura el apellido Colombo. Es el apellido Colón el que se repite y recalca al mandar que la persona que herede el Mayorazgo sea hombre del «linaje verdadero» de «Colón». Este documento dice: “hacer su Almirante en el dicho mar Océano, alende de una raya que marcaron sobre las islas de Cabo Verde y aquellas de las Azores, cien leguas que pase de polo a polo, que dende allí adelante al poniente fuese su almirante”. Hemos de tener en cuenta que tras el Tratado de Tordesillas, que se firmó el 7 de junio de 1494 (cuatro años antes de la escritura de este título) la línea de demarcación de 100 leguas que se había establecido con las Bulas alejandrinas, se traslada a 370 al oeste de las islas de Cabo Verde. Este error no lo podía efectuar Colom de ninguna de las maneras, pues era un asunto que le competía. Además, se comete el desliz de llamar al Almirante de Castilla don Enrique, cuando en realidad se llamaba don Fabrique Henriquez “[...]e me hicieron su Almirante en la mar con todas las preheminençias que tiene el Almirante don Enrique en el Almirantazgo de Castilla”. Y vemos que quienes redactaron este documento cometieron errores garrafales “E ansí le suplico al Rey e a la Reina, Nuestros Señores, y al Príncipe D. Juan, su primogénito, Nuestro Señor, y a quien sucediere por los servicios que yo les he hecho, e por ser justo e le plega y no consientan ni consienta se deforme este mi compromiso de mayorazgo y testamento…”. Se menciona al príncipe D. Juan para velar por el cumplimiento del mayorazgo cuando el príncipe había muerto en Salamanca el 4 de octubre de 1497, cuatro meses antes de la supuesta redacción de este manuscrito. Y Colom que tenía de pajes del príncipe a sus hijos, perfectamente sabía que había muerto. Este documento está firmado por Fernando Álvarez de Toledo, cuando hacía cuatro años que no actuaba de secretario. Este personaje había ocupado dicho cargo de 1493 a 1497, pero en este año fue cesado.
Este documento no fue encontrado en el convento de las Cuevas con los otros papeles que el Consejo de las Indias hizo sacar en 1580 para agregarlos al expediente. Y es raro que Hernando Colón y Bartolomé de las Casas, los primeros biógrafos de Cristóbal Colom y que tenían acceso a toda la documentación de Colom, incluida la que se guardaba en el Monasterio de las Cuevas, no hicieran ni la más mínima alusión de este documento, que es tan importante para los herederos.
Que Cristóbal Colom fuera oriundo de Génova no está ni fundamentado ni firmemente establecido.