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LA DESMANTELACIÓN DE METROLOGÍA EN VEIASA (II PARTE) por Juan Saborido Gago que fue trabajador de VEIASA-METROLOGIA San Fernando
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LA DESMANTELACIÓN DE METROLOGÍA EN VEIASA (II PARTE) por Juan Saborido Gago que fue trabajador de VEIASA-METROLOGIA San Fernando

LA DESMANTELACIÓN DE METROLOGÍA EN VEIASA (II PARTE) por Juan Saborido Gago que fue trabajador de VEIASA-METROLOGIA San Fernando

Aunque he tenido que partir de la historia de la que muchos hemos formado parte y sustenta los orígenes de VEIASA para poder entender este artículo, sería un lamentable error no fijarnos en los hechos actuales, ya que, no existe un efecto sin una causa, esta es una de las leyes reguladoras de la vida, además de inamovible.

En nuestro mundo, muchas cosas se someten a leyes, normas, a formas, que componen un ropaje que cubre los cuerpos y estructuras tanto de gobiernos, instituciones, partidos, empresas, etc. por lo que, los ciudadanos nos formamos una imagen concreta y que para nada tiene que ver con la realidad. Solo los hechos, sobre todo de los que padecen sus consecuencias presentan la verdadera realidad que se esconde.

En esta segunda parte, intentare presentar los ropajes con los que VEIASA se disfraza (El lobo disfrazado de oveja)

“La vida no es un pasillo recto y fácil por el que viajamos libres sin obstáculos, sino un laberinto de pasajes en el que debemos hallar nuestro camino y confundirnos, una y otra vez atrapados en un callejón sin salida” (Archibal Josep Cronin. Novelista, medico británico autor de “La ciudadela” y “Las llaves del Reino”)

En más de una ocasión, algunas personas nos conducen por senderos que no tienen salida, y denotan una falta absoluta de inteligencia o de una maldad inusitada.

DEFINIR LEALTAD

Hay que decir de ella, que es un valor, un valor difícil de mantener dado la infinidad de intereses que actualmente inciden en la vida de las personas, de los grupos, de las instituciones de todo tipo. Si ahondamos en su acepción, la RAE dice que es: fidelidad, nobleza, riqueza, amistad, honradez. También: devoción, adhesión, cumplimiento, observancia de aquello que exigen las leyes y las del honor.

Por otro lado, existen unas las Leyes que regulan las Sociedades de Capital, inciden en este valor llamándolo Deber de Lealtad y aunque está muy especificado y centrado en el desempeño de sus administradores dice así Los administradores deberán desempeñar el cargo con la lealtad de un fiel representante, obrando de buena fe y en el mejor interés de la sociedad.” Mi cuestión surge cuando además de los intereses de la sociedad, se encuentra el fin por el cual VEIASA fue creada en 1990, y que no cumple con su deber, dada su mala gestión o tal vez por inanición. ¿Qué se está primando? ¿Sus administradores obran de buena fe? Veámoslo.

¿VEIASA TIENE UN INTERES PÚBLICO?

Es curioso que siendo VEIASA una empresa pública, en la que una de sus atribuciones principales sea el control metrológico legal, es decir un fin prioritario, asignado por la administración Andaluza, para el buen uso de aquellos equipos con los que se realizan transacciones económicas como son, los contadores de luz, de agua, de gas, las balanzas de los comercios, los surtidores de combustibles, los taxímetros, los cinemómetros (radares), etc., allá tergiversado su prioridad, al menos así lo expresa, cuando está poniendo su objetivo en rentabilizar el servicio o su deseo sea desprenderse de esta responsabilidad, en interés del mantenimiento de la propia sociedad empresarial; esto no ocurre así, al menos por ahora, en la inspecciones técnicas de vehículos ya que esta le redunda en innumerables beneficios.

Me pregunto ¿Qué ocurriría si las ITVs estuviesen en manos privadas, como ocurre en otras autonomías? ¿Cuál ha de ser el deber para con la sociedad y sus ciudadanos? ¿Es su deber velar por el fin que se creó? o ¿Sólo es importante los resultados económicos? Entonces ¿No se tratará de una empresa que realiza un servicio de interés público? ¿Es sólo una careta carnavalera? Estas y otras preguntas me asaltaban cuando era empleado de ella, y aún hoy día estando fuera de ella me surgen otras mucho más controvertidas y peligrosas.

POSIBLES CAUSAS

Siendo un neófito, y empleando sólo los hechos como argumento, sobre todo aquellos que conocí y que sufrí en mi persona, puedo deducir algunas causas que a mi modo de ver son ostensiblemente claras.

La primera, una mala gestión en el campo de la metrología, sobre todo desde que este servicio se convirtió en un terreno abonado para el mejor postor, sin tener en cuenta la calidad del servicio y sin saber quién debe controlar a los verificadores.

Otra de sus causas fue cuando, la atención del servicio a los clientes, realizados por aquel entonces directamente por los propios inspectores, pasó a ser gestionado por técnicos centralizados y sentados en despachos, que no conocían personalmente a los clientes, se llegó a deteriorar las relaciones, además de retrasos imperdonables, lo que propicio un campo abierto a la competencia, (Como está ocurriendo con la atención en los centros primarios del SAS o de los hospitales, donde los retrasos son inadmisibles e injustificable y los mandamases de turno utilizan para justificar la privatización)

La segunda, fue la sustitución de directores. Personas elegidas a dedo, con un desconocimiento absoluto en los campos de la mecánica de la automoción, como del amplísimo campo de la metrología. Con ello se produce de forma lógica la sustitución de mandos intermedios, primándose el interés del que manda y buscando sujetos afines que respalden su “gestión” y no les cree contrariedades.

La tercera, para mí la más difícil de expresar es la labor de los sindicatos CCOO, UGT y CSIF, que se han convertido en ejecutores de los intereses de la dirección en vez de defensores de los trabajadores.

Para esto existe una palabra que define ese modo de actuar y es de “mamporrero”. En la antigüedad era un oficio que gozaba de prestigio sobre todo en el mundo equino, de hecho, la Yeguada militar tenía ese cargo. En la actualidad, este término se refiere “a todas aquellas personas que se encargan de hacer el trabajo sucio a otro y que le ayudan a cumplir con sus más íntimos menesteres”. Ante tal indefensión ¿qué le queda a los trabajadores y trabajadoras?

Por eso, el fin de este artículo es presentar desde mi punto de vista algo que está ocurriendo en esta empresa que fue la joya de la corona de la Junta de Andalucía, en su tiempo. Curiosamente aquellos que alardean de patriotismo, últimamente creyéndose garantes de la verdad y el progreso, siembran la discordia y el odio como modo de operar.

CUAL ES EL RESULTADO DE ESTOS HECHOS.

Estos sucesivos “golpes reiterados” producen en los empleados/as una serie efectos: primeramente, surge la desconfianza, hacia una dirección errática, en sus objetivos y que no mantiene un contacto con su personal. Segundo, se pierde todo interés en aquello que se hace, cada uno se vuelve individualista, por lo que se va “a salir como mejor se pueda”. Tercero, cuando a los empleados/as pierden el interés, desde arriba se les presiona para que den más de sí, sabiendo que lo que a los jefes les interesa es “el número” más que “la calidad del servicio”, el resultado es lo que es, estrés, desinterés.

¿HAY ALGUNA POSIBILIDAD DE SALIR DE ESTE POZO?

En este sentido el escritor checo Iván Klima expresa: “No es posible asegurar el futuro. Sólo es posible perder el presente.”

Por tanto, según lo veo, casi todo depende de la actitud de los empleados/as y del sindicato CGT, somos conscientes de los retos y dificultades, las presiones, coacciones y miedos, pero unidos con mujeres y hombres con principios y como única lealtad los trabajadores/as pueden dar un cambio y recuperar la ilusión perdida, además de generar la esperanza y fuerza colectiva, para desde lo público cambiar dentro de la Empresa VEIASA para cambiar fuera también. Termino con este relato para que nos demos cuenta de que siempre estamos a punto de conseguir las cosas si continuamos.

“Mi meta estaba a 1000 Km. Un poco lejos, en efecto. Así que partí de donde estaba, definí el rumbo y empecé a andar. Ocurrió que cuando estaba justo en la mitad, cuando ya llevaba recorrido 500 km, me desanimé. Me sentía cansado y no veía el final.

A sí que, decidí regresar al punto de partida de mi viaje, volviendo sobre mis pasos. Cuando llegué me sentía cansado y sobre todo desanimado, porque todo el esfuerzo que realicé había sido en vano.

Me paré por un momento a pensar, cosa que no había hecho antes, sobre todo cuando decidí volverme… ¡Y me di cuenta que era un completo imbécil! Porque había andado 1000 km y estaba donde el principio, si los hubiera andado hasta el final me habría llevado a la consecución de mi objetivo.” ¡¡¡Siempre vale la pena luchar!!!.

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