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"La Coronación de la Madre de Dios en el retablo de Sant Martí Sarroca", por Pedro Cuesta Escudero autor de El retaule de Sant Martí Sarroca

'La Coronación de la Madre de Dios en el retablo de Sant Martí Sarroca', por Pedro Cuesta Escudero autor de El retaule de Sant Martí Sarroca
sábado 22 de julio de 2023, 10:23h
'La Coronación de la Madre de Dios en el retablo de Sant Martí Sarroca', por Pedro Cuesta Escudero autor de El retaule de Sant Martí Sarroca

La Coronación de la Madre de Dios es una secuencia más del ciclo de su vida. Pero también es la culminación, la síntesis de todos sus gozos. No hay nada más excelso que la unión con Dios, que se manifiesta en la Coronación.

El tema no responde estrictamente a ningún relato evangélico, ni canónico, ni apócrifo. Las fuentes iconográficas se atribuyen al relato de San Melitón, obispo de Sardes (ciudad de Asia Menor) en el siglo II que se divulgó en el Occidente cristiano en el siglo VI por Gregorio de Tours, y más tarde, en el siglo XIII, por Jacobo de la Voragine en su Leyenda dorada. El relato narra cómo María se durmió profundamente (no murió porque, según los teólogos, la muerte es el castigo que Dios impuso a Adán y Eva por haber pecado y, a través de ellos, a toda la humanidad; pero la Madre de Dios no participó de este pecado, es inmaculada, por lo que no había de recibir el castigo de la muerte ) y los ángeles la subieron a los cielos en cuerpo y alma (Asunción) y allí fue coronada reina del Cielo. El fervor que ocasionó este pasaje en los devotos fue muy grande y durante toda la Baja Edad Media, los muros de los conventos, los libros de las horas, las vidrieras…se cubrieron con la imagen de María sentada en el trono, a la derecha de Cristo y en presencia de los ángeles, recibiendo la corona bajo la luz del Espíritu Santo.

El tema de la Coronación es un motivo propio del arte de Occidente, que no debe nada a los modelos bizantinos. La evolución de esta iconografía se puede resumir de la siguiente manera:

1º La Madre de Dios, ya coronada, está sentada a la derecha de Jesucristo que la bendice.

2º La Madre de Dios es coronada por un ángel.

3º La Madre de Dios es coronada por Cristo. En los siglos XIII y XIV la Virgen María está sentada y en siglo XV la vemos arrodillada delante de su Hijo.

4º La Madre de Dios es coronada por Dios Padre. Esta fórmula se ve especialmente en la pintura del quatrocento italiano.

5º La Madre de Dios es coronada por la Santísima Trinidad. Este modelo aparece en España, Italia y Francia desde mediados del siglo XV. Es especialmente tratado por El Greco, Velázquez, Murillo…

Vemos como en cada etapa va aumentado la dignidad de María. Este crecimiento iconográfico es una confirmación impresionante del culto a la Madre de Dios, la Virgen María.

En el retablo de Sant Martí Sarroca la majestuosidad de la Coronación tiene como telón de fondo un trono dorado, el respaldo del cual no es sino la transcripción de unos ventanales góticos que se abren al espacio celeste. Sentados en este trono se recortan las figuras de María y de Cristo, quien alarga el brazo derecho para poner la corona sobre la cabeza de su Madre, al tiempo que con su mano izquierda sostiene una esfera celeste con la cruz clavada. La Madre de Dios, representada como una mujer joven y muy bella, inclina ligeramente la cabeza, las manos juntas y una actitud reservada. El trono aparece custodiado por seis ángeles de pequeño tamaño, queriendo indicar lejanía, que flotan en los inmensos vacíos del espacio.

El conjunto, por su sobriedad e intensidad, tiene un aire eminentemente trecentista, con las dos grandes figuras, hieráticas y solemnes, recortadas sobre el oro del trono. Domina el carmín del manto de Jesús y el brocado azul del de María.

Secuencias muy parecidas a esta Coronación del retablo de Sant Martí Sarroca las vemos representadas en el Retablo del Santo Sepulcro de Zaragoza, al de Sixena, al del Sant Esperit de Manresa, al retablo de Abella de la Conca, al de Vilamur, al de Rubió, al de la Mare de Deu de l’Escala de Banyoles. El Cristo de la Coronación de la Virgen del retablo de Cabrera de la iglesia de Santa María de Manresa es casi idéntico al de Sant Martí Sarroca, no solo en la postura, sino también en su gesto y en su cara.

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