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Culturilla Naval: “La Armada en sus tradiciones perdidas”, por Diego Quevedo Carmona, Alférez de Navío ®

Culturilla Naval: “La Armada en sus tradiciones perdidas”, por Diego Quevedo Carmona, Alférez de Navío ®
jueves 28 de octubre de 2021, 10:40h
En la Armada Española, varias son las tradiciones que se han ido perdiendo con el paso de los años, alguna de las cuales las hemos traído a este blog a modo de recordatorio y hoy tratamos de otra que también es historia. Así, hace años, lo que hoy conocemos en España escuetamente como el “Día de la Madre”, que se festeja en España el primer domingo de Mayo, se celebraba el 8 de Diciembre, día en que la iglesia celebra la festividad de la Inmaculada Concepción, y se llamaba “Día de la madre española”.
Culturilla Naval: “La Armada en sus tradiciones perdidas”, por Diego Quevedo Carmona, Alférez de Navío ®

En aquella época, la Armada tenía por costumbre un bonito detalle, que consistía en editar unas cartulinas con la foto de la unidad, encargándose la Segunda Comandancia de cada destino, de echarlas al correo con la suficiente antelación para que en ese día no faltase la correspondiente felicitación a las madres de los marineros que se encontraban en ese momento cumpliendo su servicio militar a bordo.

Esta tradicional costumbre, como tantas otras, desapareció hace ya años de la vida cotidiana, pasando a engrosar la larga lista de cosas que se realizaban y que pasaron a formar parte de esa “Armada que se nos fue” y que solo permanece en el recuero de los que peinamos canas.

Además, es de resaltar el hecho de que a pesar de las penurias económicas de aquellos años, siempre hubiera una asignación para editar y enviar incluso dos tarjetas al domicilio del marinero con tan solo unos días de diferencia, pues si la felicitación a las madres se hacía a primero de Diciembre, a finales, tan solo un par de semanas después, se mandaba la correspondiente felicitación navideña, con la única diferencia a parte del texto que figuraba escrito, de que la primera era la madre la destinataria y la segunda lo era el cabeza de familia.

Aquellas humildes pero harto entrañables cartulinas con la foto de la unidad donde el hijo, según rezaba en ellas, "servía a la Patria", eran guardadas por esas madres receptoras, como algo cariñoso recibido por parte de los mandos de su hijo, pero al paso de los años, como tantas y tantas cosas han terminado, pienso que tristemente-en el contenedor azul de reciclado de papel, aunque como solemos decir cuando nos referimos a estos objetos del pasado, afortunadamente, alguno se salvó para la historia, al menos para dar fe de lo que contamos.

Como recuerdo de aquella época y de aquella costumbre que citamos, acompañamos estas líneas con cartulinas correspondientes a la felicitación a las madres del año 1959 remitida por la Jefatura de la “Escuela de Buzos y Buceadores”, ubicada en esos años en lo que hoy es la Escuela de Submarinos de Cartagena, antes de que tuvieran su centro propio en los terrenos de la Estación Naval de La Algameca, y un par de ellas de 1962 enviadas ambas por los comandantes del “Submarino S-01”, también desde Cartagena, y el de la “Fragata Pizarro” destinada entonces en las posesiones de lo que se conocía como “AOE”, siglas que se correspondían con las de “África Occidental Española”, concretamente desde aguas de Guinea.

Igualmente, la costumbre de usar estas entrañable –las califico así en primera persona del singular- cartulinas, las cuales a veces eran dípticos, se extendía también para otras ocasiones, donde la más normal era como hemos comentado unas líneas más arriba, para felicitar las Navidades, costumbre que se remonta incluso a los primeros años del siglo XX, como da fe un díptico de la Flotilla de Submarinos, de época republicana, la cual lleva en su interior insertada una fotografía original de varios submarinos de la serie C, entonces lo más moderno que teníamos, datada en la Navidad de 1933 y firmada por Luis Huertas de los Ríos, que en esa fecha ostentaba la Segunda Comandancia del “Submarino C1”, personaje que llevaría a ostentar después el mando de dos submarinos (el C-2” y el “General Mola”), e incluso el de la Flotilla, en los años 50, así como otra de la anteriormente citada Fragata usada para felicitar la Navidad de 1965 y desear a los padres de un marinero de nombre Manuel, desde la lejanía del apostadero de Santa Isabel en la isla de Fernando Poo, donde la Armada tenía una base permanente, “Un próspero y feliz año de 1966”.

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