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"Polonia ¿un ejemplo para España?" por Juan Carlos Martín, Licenciado en Derecho

'Polonia ¿un ejemplo para España?' por Juan Carlos Martín, Licenciado en Derecho
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lunes 31 de agosto de 2020, 09:13h
'Polonia ¿un ejemplo para España?' por Juan Carlos Martín, Licenciado en Derecho
En unos días dará comienzo el curso escolar, marcado por la convivencia con la pandemia en la que estamos inmersos, de efectos perversos en España, que es el país que más sufre en la UE y de lo que unos pocos, atados a sus propios intereses y escondiendo de paso sus vergüenzas, nos quieren hacer responsables a los ciudadanos que, en su inmensa mayoría somos bastante responsables seguimos fielmente las instrucciones.

Pero no voy a entrar en la polémica de si el curso escolar va a ser presencial, semipresencial o como quiera que las autoridades de Educación y Sanidad determinen, sino en el estado de gran incertidumbre, con un amargo sabor de desgobierno que todo ello deja traslucir y en general el estado actual de las cosas en España.

Con el inicio del curso llegará la propuesta de moción de censura al Gobierno de la Nación. La Constitución española exige que ésta sea “positiva”, es decir hay que presentar un candidato para que el Congreso le dé el visto bueno y forme Gobierno. No tiene que ser siquiera un político en activo, pero tiene que llevar un programa que, de momento, convenza a sus señorías, nada más.

De salir adelante, podríamos encontrarnos en breve ante un nuevo proceso electoral (o al menos eso vienen diciendo los promotores de la moción). Pensando en ese escenario de una nueva llamada a elecciones generales, quisiera traer a colación un país europeo que conozco, digamos que bien, y que podría inspirar en alguna medida, lo que muchos desean para España.

Ya no hablo de su organización política, que tiene un adecuado nivel de descentralización en un país, eso sí, en los que todos enarbolan la bandera de la nación, sean del signo político que sean. Me voy a referir a la parte de ayudas sociales para atacar de base los problemas reales del país y que le dieron en 2015 las llaves del poder (tanto en la Presidencia de la República como en el Gobierno de la Nación) a un partido de corte nacionalista de derechas, denominado “Ley y Justicia” (Pis, en sus siglas en polaco), que ha revalidado en el Gobierno en 2019 y en la Presidencia de la República, en 2020.

En 2015 se puso fin a un ciclo de ocho años en el poder de “Plataforma Cívica (PO, por sus siglas en polaco), partido de centro-derecha. El éxito del Pis se atribuyó a haber atraído el voto joven desencantado por la desigual distribución de la llamada sociedad del bienestar de los últimos años y anunciando una generosa política de apoyo a la familia y a la natalidad, que ha cumplido.

Sus proyectos emblemáticos fueron, entre otros:

a. Una subvención de 500 PLN (aproximadamente 120 euros mensuales) por cada hijo a partir del segundo (las familias más vulnerables (monoparentales, con hijo discapacitado…) reciben la asignación incluso si tienen un solo hijo hasta que cumplan 18 años.

b. El aumento del mínimo imponible en el impuesto de la renta.

c. El lanzamiento de un programa de vivienda barata.

En 2019 el plan del Gobierno para subvencionar a las familias con dos hijos o más se extendió a todas las familias con niños menores de 18 años, independientemente de los ingresos familiares; conscientes de que este programa ha sido una de las claves de su éxito desde su llegada al poder en 2015. Polonia actualmente gasta el 2,7% de su PIB en ayudas estatales para familias y niños, una de las cifras más alta de la Unión Europea.

El PiS ha convertido sus políticos sociales en el pilar fundamental de su ideario de “reformar Polonia” y en principal atractivo electoral. Las propuestas sociales del PiS también incluyen beneficios sociales para jubilados, la eliminación del impuesto sobre la renta básica para otros ciudadanos del 19 al 17% y el aumento del umbral de gastos deducibles en el impuesto.

El PiS, que es un partido del que bien podría decirse que su lema es TODO PARA POLONIA, está siendo muy atacado en la UE, tanto por haberse negado a acoger refugiados en la crisis de Siria, como por estar práctica y absolutamente cerrado a la llegada de inmigrantes de otro sitio que no sean a los que tradicionalmente reciben: Ucrania y Vietnam, principalmente, y respecto de los cuales los polacos suelen considerar que se integran adecuadamente en su sociedad.

En lo que se refiere a la protección de la natalidad, además de los 500zl, el PiS se ha negado a ampliar los supuestos del aborto, como le demandaba la UE y ha tenido que soportar hasta cuatro procedimientos de infracción del derecho de la UE (sobre la base de reformas judiciales, especialmente sobre la reforma del Tribunal Constitucional), cuando el origen del problema fue deshacer una maniobra montada por el partido perdedor de las elecciones de 2015 (PO) a escasas fechas de su descalabro electoral. Es curioso que una de las respuestas del gobierno polaco fuera que no había hecho nada que no hubiera hecho antes, por ejemplo, ESPAÑA. En Polonia esto se achaca a una oculta razón, el haberse negado el actual gobierno a seguir la agenda “progre” de Bruselas.

Polonia es hoy un país seguro, con sus problemas, claro, y sus desigualdades, pero donde la mano dura del verdadero hombre fuerte de Polonia y Presidente del PiS, Kaczynski, está consiguiendo cotas de estabilidad económica y de seguridad (impresiona ver la ausencia de inmigrantes “conflictivos”) en un país en el que el catolicismo, en general, de sus gentes llama la atención.

Creo que merece la pena estudiar el caso polaco e intentar para España unas ayudas sociales (hijos/vivienda) similares; eso sí, dirigidas solo a los españoles, incluso exigiendo arraigo demostrado, como nacionalidad española y residencia en el país inmediatamente anterior por un determinado tiempo, cuyo importe vendría a sustituir, entre otros, al ingreso mínimo vital,, de forma que se garanticen ingresos mínimos, aportando a la sociedad trabajos en su beneficio) y a ayudas a una inmigración que no pretende integrarse en nuestra sociedad, sino aprovecharse de ella y, por supuesto, reducción de ayudas a ONGs de dudosa efectividad, dado que prácticamente todas, menos las vinculadas a la Iglesia Católica y a algunas asociaciones vecinales, han estado y están “desapareciendo en combate” durante la pandemia.

En definitiva, un programa de gobierno de un partido que lo dé todo por España y por los problemas reales de los españoles.

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