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CRONICAS DEL CONFINAMIENTO: DOS MESES DE VAIVENES, por Beatriz Rodríguez, periodista

CRONICAS DEL CONFINAMIENTO: DOS MESES DE VAIVENES, por Beatriz Rodríguez, periodista
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viernes 15 de mayo de 2020, 10:46h
CRONICAS DEL CONFINAMIENTO: DOS MESES DE VAIVENES, por Beatriz Rodríguez, periodista
Hoy es San Isidro y vamos terminando una semana en la que como manda la tradición, nos ha acompañado la lluvia. Patrón de Madrid y esposo de Santa María de la Cabeza con motivo de esta festividad se entrega esta mañana la Medalla de Oro de la ciudad a los ciudadanos de Madrid. Sí, a los ciudadanos por su comportamiento ejemplar, a los de a pie y a todos los sanitarios que se han dejado la piel. Mal que les pese a políticos como Rafael Simancas y algunos compañeros que se atreven a culpar a Madrid de este desastre y que critican a su presidenta por vivir en un apartamento por el que paga 2.400 euros de su bolsillo. Me gustaría saber quién paga el de Carmen Calvo.

Y hemos pasado ya los dos meses de confinamiento y toca hacer balance. Comenzamos un encierro un tanto asombrados y desbordados por la rapidez con la que se extendía el número de contagiados. Lo hicimos con cierta alegría saturando las redes con aperitivos on-line, haciendo deporte con esos monitores que nunca te regañan desde la tableta y con ese modelo “confinamiento” que nos hizo parecernos a Bridget Jones en sus peores momentos.

Sin embargo la realidad nos ha puesto en nuestro sitio, más de 27.000 fallecidos, 50.000 sanitarios contagiados y un 5% de personas con anticuerpos, eso si nos fiamos de las cifras oficiales. La mayoría no lo hemos pasado y somos susceptibles de contagiarnos si no cumplimos con las mínimas medidas de distanciamiento social e higiene.

Mientras tanto los aplausos se van transformando en caceroladas para protestar contra la gestión del Gobierno porque donde dije digo, digo Diego. Seguimos sin normas claras, con cambios constantes y con un Estado de Alarma que les sirve para hacer y deshacer a su antojo mientras el país se desmorona. Nuestra economía hace aguas y no veo clara la forma de salir de esta crisis. Ha vuelto a subir el número de fallecidos mientras países como Corea, Alemania o la propia China vuelve a sufrir rebrotes de la enfermedad. Aquí apenas se habla ya de las pruebas masivas y queremos reactivar una economía con tantas restricciones que resulta imposible para autónomos y el pequeño comercio. Amparados por ese Estado de Alarma no nos permiten ni protestar ni manifestarnos ni lucir una bandera española, la de nuestro país, un país que si no fuera por su gente, algunos convertirían en la Venezuela europea. Y para paliar esta situación desesperada de muchas familias, la Iglesia con la generosidad de todos como siempre con las puertas abiertas. Las colas crecen ante las parroquias para llevarse algo para comer, los comedores sociales no dan abasto y Cáritas, la Cruz Roja y el Banco de Alimentos nunca habían tenido tanto trabajo. Y así estamos mal que nos pese, esa es la realidad actual, la que no nos quieren enseñar en los informativos que llenan de aburridas declaraciones contradictorias y a veces sin sentido.

Y así parece que vamos a seguir, lo que nos obliga a todos a hablar alto y claro, a hacernos oír y a intentar buscar una salida hacia adelante cabal y coherente. España está llena de buena gente y al menos hoy nos encomendaremos a San Isidro labrador a ver si algunos recuperan la cordura.

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