Vuelvo al momento en que os dije sí y recuerdo que sólo bastó una prueba para confirmar que estabais hechas a mi medida. Os llevé entonces a casa, y, a partir de ese momento, vuestra piel suave y rugosa se adaptó confortablemente a cada uno de mis pasos, manteniéndome firme a lo largo de los años. Segura, sin dolor, con un toque de distinción entre gamas de marrones y cremalleras sesgadas, me habéis proporcionado la alegría y la satisfacción de caminar durante horas con un donaire que me permitía avanzar derecha, sin cansancio y con rotundidad.
Mis botas marrones de caña alta y estrecha, de cuña de goma dura y cremalleras cruzadas, mi soporte en el camino, mis queridas compañeras. Hoy no tengo sitio en el armario para acumular recuerdos, pero os dejo estas palabras por el tiempo compartido. Nunca me fijé en vuestra marca y, hoy, cuando ya toca el adiós, veo que sois el adjetivo de Hispania. Buena marca la de España.
Sonia Mª Saavedra de Santiago
Si (
No(
