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“Cuando lo insignificante se convierte en relevante”, por Ramón Rodríguez Casaubón

“Cuando lo insignificante se convierte en relevante”, por Ramón Rodríguez Casaubón

viernes 13 de septiembre de 2024, 08:44h

La verdad se encuentra siempre oculta en las pequeñas cosas o dicho de otra forma, disfrutemos de la sencillez, y no de la simplicidad, como paso previo y absolutamente necesario para llegar a la felicidad. El otro ingrediente fundamental para lograr este objetivo es vivir cada instante y tomarse cada día como el comienzo de una aventura apasionante.

La poesía en demasiadas ocasiones, casi siempre, es la expresión de un alma rota que se busca a sí misma. Una palabra, una imagen, un sonido, un suspiro, pueden ser poesía. La grandeza de las pequeñas cosas. El alma humana pesa aproximadamente 21 gramos, yo peso 90 kilos. La majestuosidad de lo etéreo convertido en esencia de la humanidad. Para concluir un insignificante poema que para muchos se torna relevante:

"Regreso"

Regreso a lo más profundo de mi ser

salón de espejos rotos

cristales en el suelo

que reflejan el dolor

y la sed

Regreso a ese momento

en el que todo se convirtió en ayer

en el que así lo quisiste

y así lo hiciste

Jamás criticaré tu libertad

para actuar

incluso cuando ella me lleve

a los parajes oscuros de la depresión

debo ser consecuente y buscar solución

Regreso de nuevo a esa infancia

llena de carencias

en la que unos tenis eran un tesoro

en la que tenía por ducha un barreño

en la que era feliz en mi inocencia

incapaz de descubrir tu presencia

¡engaño!

Regreso a ese lugar donde pervive el olvido

y tiene prisionero al amor

a ese mundo de ensoñación

donde aún me dices ¡te quiero!

a esos versos

que son mi sustento

último refugio del alma desgarrada

por el afilado filo de la traición

Regreso a lo más profundo de mi ser

y continuo sin poder comprender

como la belleza de la rosa

transmutó en horrible pesadilla

y como de su fragancia

no quedó ni su sombra ni su voz

Soy yo siempre quien se arrodilla

y no me avergüenzo de ello

ni recrimino a nadie por tener

que hacerlo

y si fuese menester

volvería a repetirlo

¡Destino no sé qué tienes contra mí!

O tal vez no comprendo

de qué forma me ayudas

lo que sí entiendo

es que regreso a lo más profundo de mi ser

para intentar recomponerme

sin hacer daño a nadie

si exceptuamos al hombre que soy

Y ya lejos de ti

os veo a vosotros

quizás sea tarde para decir

¡Gracias por lo que recibí

y por lo que me depare el porvenir!

Regreso a lo más profundo de mi ser

a ese lugar donde pervive el olvido

junto a ese niño que te mira

te mira

fijamente a los ojos

y ya no te encuentra

Y como colofón recordar a Soul Etspes: “El puñal de la traición tiene el filo tan afilado como oxidado quedando su ponzoña para siempre alojada en la memoria mientras que las heridas del alma jamás consiguen cicatrizar”.

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