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La coordinadora del “Manifiesto 28F” apoya las manifestaciones en defensa de la sanidad pública

La coordinadora del “Manifiesto 28F” apoya las manifestaciones en defensa de la sanidad pública
sábado 25 de marzo de 2023, 13:22h

La coordinadora del “Manifiesto 28F” apoyamos las manifestaciones en defensa de la sanidad pública que ha convocado la coordinadora de mareas blancas en muchas ciudades andaluzas

La coordinadora del “Manifiesto 28F” apoya las manifestaciones en defensa de la sanidad pública


El sistema público de salud en España, universal y gratuito, es una conquista social de una importancia decisiva. Es lo que permite hacer efectivo el derecho a la salud, pero también es un mecanismo determinante para hacer que la sociedad sea menos desigual.

No podemos consentir que el gobierno del PP en la Junta de Andalucía deteriore la sanidad pública andaluza, con una financiación insuficiente al mismo tiempo que incentiva la privatización y externalización de los servicios sanitarios, lo que está provocando demoras asistenciales y largas listas de espera.

La orden de 23 de febrero de 2023 que ha aprobado el Gobierno de Moreno Bonilla, por la que se actualiza la tarifación de convenios y conciertos, es un verdadero escándalo y un atentado contra el sistema público de salud.

Por ello, nos adherimos al MANIFESTO MOVILIZACIONES ANDALUZAS 25 MARZO 2023 de la coordinadora de mareas blancas andaluzas y animamos a toda la ciudadanía a salir masivamente este sábado 25 de marzo para defender una sanidad pública, universal y de calidad.

MANIFIESTO 28F: IMPULSANDO LA UNIDAD DE LA IZQUIERDA ANDALUZA

El referéndum del 28F de 1980 fue el gran triunfo del Pueblo Andaluz que, tras las movilizaciones históricas del 4 de diciembre de 1977 y 1979, desplegó una imparable marea social que venció́ , en aquel momento, todos los obstáculos que las fuerzas reaccionarias y centralistas imponen para impedir que, como nacionalidad histórica, Andalucita alcance el máximo nivel de autogobierno en el
conjunto de los pueblos de España.

Hoy, los efectos de la globalización y su crisis (aceleración de la emergencia climática, de la crisis ecológica y del régimen patriarcal, remilitarización de las relaciones internacionales, inflación generalizada, aumento de la desigualdad, amenaza autoritaria de regímenes y partidos neofascistas), configuran un escenario de amenazas reales que nos sitúan ante una disyuntiva tan crucial como la que aconteció́ a comienzo de los ochenta del pasado siglo.

Andalucía padece con especial dureza esta crisis por la situación de dependencia económica. Seguimos sufriendo la desigualdad estructural, tal como reflejan todos los indicadores socioeconómicos respecto a la media española y europea, con una tasa de paro y una de riesgo de pobreza y exclusión social que se mantienen con un diferencial de seis o más puntos porcentuales, porque a pesar de la conquista de la Autonomía, nuestro desarrollo económico es subalterno y vulnerable, basado en servicios de escaso valor añadido y en el extractivismo que, lejos de promover una nueva industria y la innovación, está deteriorando nuestro patrimonio natural y sociocultural. Los efectos del cambio climático son ya una realidad en nuestra tierra, donde sufrimos la pérdida de biodiversidad, el calor sofocante con largos veranos
climáticos, el aumento y la gravedad de los incendios forestales o la escasez de agua.

El gobierno del PP en la Junta de Andalucía representa una involución que, lejos de dar respuesta a estos problemas, está provocando una regresión, sin políticas a favor de la sostenibilidad, de la justicia social y del desarrollo de nuestro autogobierno, con un programa caduco de neoliberalismo centrado en la privatización de los servicios públicos a los que, día a día, deteriora para abrir la puerta a la gestión privada de servicios públicos, y a la financiación con dinero público de empresas privadas de la enseñanza, la sanidad y otros servicios.

Todo ello, mientras, baja los impuestos a los grandes patrimonios. No engaña su disfraz de moderación ni su falso andalucismo que son la máscara que oculta los intereses reales de las oligarquías tradicionales y de los grandes actores económicos transnacionales que minan nuestros recursos y riquezas naturales. Moreno Bonilla habla de revolución verde mientras impulsa la agricultura y ganadería intensivas, y facilita que el territorio andaluz caiga en manos de fondos de inversión y grandes corporaciones energéticas; actúa sin conciencia frente a la emergencia climática pretendiendo legalizar los pozos ilegales que secan aun más

Doñana; potencia el consumo de los recursos hídricos; elimina las garantías medioambientales o acelera el urbanismo salvaje, mientras mira para otro lado frente a la despoblación rural o frente a los más de
trescientos mil demandantes de vivienda pública.

Frente al fracasado proyecto de la derecha, manifestamos la necesidad de un nuevo tiempo para Andalucía. Un tiempo de alternativas en el que nuestro pueblo lidere el cambio de época que se vislumbra, construyendo otro modelo de desarrollo económico, social y ecológico, basado en las potencialidades y riqueza material e inmaterial de nuestra tierra, garantizando la calidad de vida de las personas, de modo que se satisfagan las necesidades de vivienda digna, empleo decente, la mejora de los servicios públicos, sanitarios, educativos y sociales, el respeto al medioambiente, del medio rural y la atención prioritaria a las personas agricultoras, ganaderas y pescadoras, la defensa de la paz y los derechos y libertades de mujeres, del colectivo LGTBI+, del Pueblo gitano y de las diferentes culturas que conviven en Andalucía.

Un nuevo proyecto de país sustentado en la justicia social y climática, en la participación ciudadana y la transparencia; que incorpore la agenda feminista y el valor de la sororidad; que cuide nuestras ciudades y pueblos, del campo y del entorno natural; que sea solidario con las personas que sufren y luche contra toda forma de discriminación; que mejore la vertebración interior de nuestra Comunidad con medios de transportes públicos sostenibles, proteja a las comarcas vaciadas de Andalucía y sea un lugar de encuentro con África y el Mediterráneo, creando empleo de calidad mediante una economía que potencie la industria verde, las energías renovables, la movilidad sostenible, el autoconsumo energético, la formación, la innovación y la rehabilitación de edificios y defienda la relevancia de la cultura para la construcción de un mundo mejor.

Reivindicamos el andalucismo para la profundización en la democracia, el desarrollo de muestro Estatuto de Autonomía, la cooperación territorial, la igualdad y la sostenibilidad y un nuevo impulso federalista en la Unión Europea, el Estado, las Comunidades Autónomas y los Municipios. Necesitamos gobiernos progresistas en todas las escalas para llevar a cabo un cambio estructural a través de acuerdos y programas compartidos.

Un ejemplo es el gobierno de coalición que, en estas circunstancias tan excepcionales y a pesar de no tener mayoría parlamentaria, ha conseguido desplegar, en todos los frentes, innumerables medidas a favor de las clases populares y medias, al tiempo que ha descentralizado importantes organismos y ha avanzado en el diálogo con los soberanistas catalanes. En el plano económico se están obteniendo buenos resultados, liderando las políticas progresistas en la UE – que ha ido asumiendo las posiciones del gobierno de España – a pesar de la oposición cerril de los defensores del ordoliberalismo y de la oposición destructiva y negacionista de la derecha.

Desde Andalucía, y desde una perspectiva andalucista, federalista y de izquierdas, consideramos necesario participar con perfil propio en la construcción de un nuevo proyecto de país. Para ello hoy más que nunca es necesario impulsar la unidad de la izquierda y la consolidación del proyecto SUMAR, que representa un avance de la izquierda transformadora hacia posiciones plenamente democráticas, configurando una mayoría social que sea la garantía para que haya una década de gobiernos progresistas.

En nuestra tierra, la coalición «Por Andalucía», a pesar de todas las dificultades, ha supuesto un salto cualitativo valorado muy positivamente por las personas, asociaciones y partidos de la izquierda andaluza que reclamábamos la confluencia y la unidad y que defendemos la necesidad de un sujeto político andaluz, expresión de un andalucismo democrático, no chovinista ni excluyente, que sume, multiplique y construya un bloque histórico de forma transversal y flexible, articulando las diferencias y lo que tenemos en común desde una Andalucía libre de tutelas.

Es un objetivo la construcción de ese sujeto político andaluz, a través de un proceso en el que la confluencia andaluza de la izquierda es imprescindible, pero no suficiente. Se trata de ir más allá de meros acuerdos electorales, tiene que existir un movimiento social que abra vías de participación a la ciudadanía, que sea expresión de una Andalucía con mayúsculas, integradora de la Andalucía rural y urbana, litoral y de interior, un sujeto político que sea un instrumento útil para corregir las desigualdades internas y externas de nuestra comunidad, y que sea correlato de una nueva mayoría social.

En estos momentos, el gran reto está en las próximas elecciones municipales, una cita histórica en la que las organizaciones y los partidos progresistas andaluces tenemos que ser capaces de ofrecer una expectativa real de unidad, participación y cambio, sumando y desplegando conjuntamente un proyecto en común, que ilusione y sea creíble. Es imprescindible que seamos capaces de sacar de la apatía y la desafección política a miles y miles de andaluces y andaluzas.

Los ayuntamientos tuvieron un protagonismo decisivo en la victoria del 28F de 1980, ya que fueron los que pusieron en marcha, tras las primeras elecciones municipales democráticas, la iniciativa autonómica por la vía del 151. Hoy, de nuevo, los municipios pueden constituirse en el sujeto necesario ante el reto de transformar nuestros pueblos y ciudades durante la próxima legislatura.

Como en el 28F de 1980, se hace necesario movilizar a una mayoría social para conformar gobiernos municipales de progreso que puedan crear empleo, combatir el cambio climático, eliminar la pobreza, gestionar servicios públicos de calidad, avanzar en la conquista de la plena igualdad de género o potenciar la cultura, a través de la unidad de la izquierda y la participación ciudadana como motores del cambio.

Por todo ello hacemos un llamamiento a todas las personas, movimientos sociales y fuerzas políticas comprometidos con el cambio progresista en Andalucía para firmar este manifiesto y participar en los diferentes encuentros que celebraremos próximamente en la perspectiva de construir juntas un nuevo proyecto de país.

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