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"El neoliberalismo y nuevas formas de esclavitud" (II PARTE), por Juan Saborido

'El neoliberalismo y nuevas formas de esclavitud' (II PARTE), por Juan Saborido

“Creo que cualquier bandera entorpece. Lo que tenemos que tener es una bandera de justicia, de bondad, de educación, de cultura, de sensibilidad, de filantropía, otro sustantivo maravilloso de los griegos, el amor a los otros” (Emilio Lledó)

miércoles 26 de enero de 2022, 09:56h
'El neoliberalismo y nuevas formas de esclavitud' (II PARTE), por Juan Saborido

Después de esbozar, de dónde proviene este sistema, quiero exponer no sólo las nuevas formas de esclavitud, sino las posibles consecuencias que conlleva este “estilo de vida” que de un modo u otro hemos aceptado, en aras de no perder nuestro espacio de confort, que nos han posibilitado.

'El neoliberalismo y nuevas formas de esclavitud' (II PARTE), por Juan Saborido

Las nuevas formas de esclavitud.

Este es el calificativo correcto para el nuevo Establishment (grupo de poder) porque sigue existiendo, ya he esbozado algunas formas de proceder, voy a intentar ser más preciso. Este sofisticado método de explotación es utilizado de diversa manera según la situación donde se encuentran las personas, pero que nos quede bien claro, que en general es un modelo de manipulación y se “llama manipulación de masas”, esta se realiza en todos los ámbitos de nuestra vida. Ya las conquistas no se realizan guerreando (sólo se utiliza como señal de aviso mostrando que “soy más fuerte que tu”) pero expondré dos de estos casos.

Desde la vida laboral

Todos sabemos que aún sigue coleando la famosa “reforma laboral” en ella se intenta “enmendar” los desmanes del anterior régimen de gobierno PP, ahora, empujado por Europa se le ha exigido a este gobierno que la modifique, con la amenaza de no dar el dinero que necesitamos. Pero existe un hándicap en todo esto, y es que el sector empresarial, al menos en nuestro país, trae consigo el modelo “cortijero” de la España franquista, y si no se lo creen prueben a leer el libro escrito por el juez Baltasar Garzón “El Fango cuarenta años de corrupción en España”, desgrana y ahonda en este problema endémico que arrastramos en todas las estructuras (hasta la casa real), y que por mucho que se le quiera lavar la cara, todo lo que se firma se lo pasa por el famoso “arco del triunfo”, voy a exponer algunos ejemplos típicos:

Las jornadas laborales a pesar de encontrarse reguladas en la legislación laboral, así como en los diversos convenios colectivos, en la gran mayoría no se cumplen; se sobrepasan en las horas estipuladas utilizando diversos subterfugios, expondré algunos como botones de muestra:

  • A los contratos en prácticas de los recién llegados se les hace trabajar más de lo debido.
  • A los contratos de formación no remunerados, se les hace que desempeñen las mismas funciones y al mismo ritmo que un trabajador cualificado, bajo el caramelo de un hipotético contrato.
  • Sobrepasar las obligaciones reguladas en el contrato con responsabilidades que no le corresponden, llamada actualmente “flexibilidad”, por lo que se duplica el cargo y le conlleva tener que ampliar su horario.
  • Los consabidos “logros de objetivos” antiguamente llamados “destajos”, que como comprenderán son marcados y modificados por la empresa; mientras más se cumplen más se amplían.

Y que decir sobre los “contratos basura” las administraciones no pueden negar que existan, porque es una consecuencia irremediable, mientras exista una bolsa de desempleados endémica: contratos por horas, en el que se incluyen todo, indemnización vacaciones y despido, y que realizan más horas de lo debido por un salario por debajo del pactado.

Presentaré, por último, la joya de la corona, el teletrabajo, aprovechando esta pandemia y siendo algo que se vio como una salida, se ha convertido en el futuro laboral de millones de personas, donde no existe un control del tiempo, ni de lo que se ha jactado en defender los sindicatos la “conciliación familiar”. Conlleva además el tener el teléfono siempre disponible o atender el correo para cualquier servicio y en cualquier momento, sin que esto le produzca un costo a la empresa, eso sí, repercutiendo al ya desvencijado salario del trabajador o trabajadora.

Desde la vida social.

Desde el punto de vista de la vida social, las personas siguen siendo esclavizadas, cuando no aborregadas, no sólo en su trabajo como sustento vital, sino también en su entorno personal, vaciándolas de contenido, aunque creamos que tenemos muchos accesos a los campos que queramos.

Quiero traer aquí un simple hecho sobre el poder de influencia y manipulación; aquí en España, sin descartar el régimen opresor franquista, los de mi edad recordaran cuando aún no había televisión y era el privilegio de unos pocos, se comenzó a emitir la primera señal de televisión a partir del 28 de octubre de 1956, esto provocó un gran cambio en las familias españolas. Recordemos, que el centro de la vida familiar se producía en entorno a la mesa, a la hora de comer, todo esto se modificó, este centro pasó a ser la televisión sentados en el sofá viendo anonadados, las imágenes que se sucedían, como por arte de magia, sin apenas comunicarnos unos con otros. Esta herramienta ha sido y es fundamental para manipular a la población e inducirla, para crear un estado de opinión o para convencerla de algo, (no tenemos más que observar el miedo que tenemos actualmente). El bombardeo continuo y exhaustivo crea una opinión y una forma de ser. A esto se le llama “control de las masas”, aquí en España en los años de la dictadura se empleó a fondo, utilizando el futbol y los toros, y lo realizó el único canal que existía, figúrense ahora que hay infinidad de ellos y más con la televisión digital.

Posteriormente se produjo un salto cuantitativo y cualitativo, el otro medio aún más poderoso, por su fuerza de expansión y penetración, es internet. Alcanzamos el culmen de la comunicación global y acceso a todos los medios posible con sólo pulsar una tecla, eso sí, aquello que el sistema deja “desvelar”. Este se vio potenciado por otra herramienta aún más golosa, versátil y al alcance de todos, el teléfono móvil, todos sin excepción lo tenemos, hasta en aquellos países en lo que las personas se mueren de hambre, y con el que se tiene las mismas posibilidades que un ordenador, ¡carai! es un ordenador. Ha sido tal su aceptación que no nos separamos de este aparato, se camina con él por las calles, por el campo, por la playa y hasta nos vamos a dormir con él. ¡No es un gran logro! Tanto es así que el uso excesivo es catalogado, actualmente como una enfermedad de adicción.

¿Cómo podemos llamar a esto?

Literalmente es una cadena de dominio, más fuerte y poderosa que las de metal, porque actúa sobre el pensamiento, y es capaz de modificar los sentimientos, nos tienen totalmente subyugados y además no podemos vivir sin esta cadena; conozco a personas que han ido a dar una conferencia y lo llevaban todo en el móvil, lo perdieron y les ha dado un ataque al corazón. No somos conscientes de que estas cadenas no sólo atan, sino que nos impide vivir la vida plenamente y nos encontramos totalmente impotentes. ¿Cómo lograron que esto entrase en nuestras vidas? Pues como un buen pastel, o una buena comida, ¡apetitosa! ¡versátil!, se han empleado bien a fondo para ensalzar sus virtudes, y para ello se han gastado (y se siguen gastando) lo que no podemos figurarnos para hacerla más potente y más deseada. Es verdad que es una herramienta útil, todas las herramientas que el ser humano a producido, en principio, han sido para el bien, pero según se utilicen y según en que manos caigan pueden hacer mucho daño.

¿Cuáles son las consecuencias a corto y medio plazo?

Las de corto plazo, ya las estamos viviendo: los contratos basura, la precariedad laboral, la inseguridad, la salida de trabajadores y trabajadoras hacia otros países, el endeudamiento, la corrupción, etc. Pero hay algo que todos sin excepción podemos constatar es el terrible miedo que se tiene a perder el puesto de trabajo, a perder el confort.

Para entender las consecuencias a medio plazo tendría que hablar de uno de los sistemas en los que actualmente el capital ha volcado, en este último siglo, todo su interés la globalización. Esta nueva posibilidad de ampliar el mercado y con ello la deslocalización productiva; detrás de esa economía globalizada hay todo un estudio para lograr (que ya lo han conseguido) el aislamiento de los trabajadores y trabajadoras con respectos a sus compañeros de grupo social, con lo que consiguen una doble finalidad: que exista una menor conflictividad laboral, con la consiguiente indefensión, ya que los sindicatos se encuentran “aliados del sistema” porque forman parte del mismo sistema, y al mismo tiempo, esta desunión se traduce en la merma de la calidad de todos los trabajadores y trabajadoras, con la consecutiva pérdida de poder adquisitivo que traducido significa “mano de obra más barata” (esclavos laborales).

A todo esto, hay que añadirle que el sistema ha encontrado otra herramienta de oro, Internet, siendo no sólo una herramienta de producción y expansión rápida, sino que además es una herramienta de control la más potente que existe en economía, como ya he expuesto. Sus consecuencias se están evidenciando poco a poco, por denuncias que aparecen una y otra vez, como es la destrucción de nuestro habitad de vida común. La descentralización y globalización del capitalismo, divide y destruye; mientras en unos pocos (países ricos) mantienen un nivel de vida alto, otros son desbalijados literalmente de sus recursos. Nada más que tenemos que ver en los diferentes medios de comunicación las desigualdades que no hacen más que crecer, acompañadas de un brutal aumento de la explotación laboral.

Exponer las consecuencias a largo plazo, por mi parte sería temerario, pero puedo imaginar, como una consecuencia lógica, que si este monstruo se le sigue alimentando llegara el momento que el sistema no pueda ser controlado, ni siquiera por aquellos que lo dirigen.

En mi artículo anterior hablaba del “trabajador quemado” como el resultado de la presión a la que se ve sometido tanto los trabajadores como las trabajadoras por este modelo neoliberal.

Pero hay una consecuencia aún más profunda y traumática, cuyos signos van apareciendo; en el libro “Así habló Zaratustra”, el filósofo alemán Friedrich Nietzsche considerado uno de los filósofos más importante de occidente, nos habla del último hombre, que puede darnos una pista hacia dónde caminamos, a modo de predicción. El último hombre es un ser despreciable incapaz de generar su propio sistema de valores, estos hombres pequeños, demasiados pequeños en su debilidad se someten a la esclavitud, resignados e inmersos en el más recalcitrante alineamiento y conformismo, sin revelarse contra los valores que se les imponen, ante lo cual, no tienen un propio sentido de la vida, y se deja envenenar por aquellos otros que desprecian la vida: “¿qué es el amor? ¿qué es la creación? ¿qué es el anhelo? ¿qué son las estrellas? -pregunta el último hombre y parpadea”. Al final de una larga, pero tremendamente aburrida vida, le resultara insoportable, esta es una percepción que se comienza a detectar en los ambientes en los que nos movemos; parece que el filósofo Nietzsche, puso de actualidad con su obra, adelantándose al tiempo, el vacío que llena a las personas en un sistema anodino y estresante.

Querido lector os dejo que, si podéis, reflexionéis un poco, esto no produce ningún daño: ¿Esto es lo que nos depara? ¿Hay salidas? ¿Qué podemos hacer? ¿Cuántas personas hay dispuestas? ¿Estoy dispuesto, dispuesta a trabajar por una realidad distinta?, las repuestas a estas y otras cuestiones están en nuestro tejado, si al menos llegamos a planteárnoslas existe posibilidades, pero si ni siquiera me interesa, ¡estamos perdidos!

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