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El Machu Lanú.

El Machu Lanú.
viernes 08 de septiembre de 2017, 18:24h
Un ser mitológico que muchos aseguran haber visto

Ayer un amigo, Julían Sendin "julianin", me mandó esta imagen que hoy me viene al pelo para hacerles participes de la mitología hurdana.

Se trata de una misteriosa criatura mitológica con cuerpo de macho cabrío, voz humana cavernosa y rostro humano provisto de cuernos, de complexión corpulenta y que camina de forma bípeda. Antes de aparecer suele levantarse un ligero vendaval. Uno de los hurdanos que supuestamente tuvo encuentros con él fue el “Ti' Usebiu” pocos años antes de morir según cuenta Felix Barroso, estudioso de la mitología hurdana, sin embargo no es el único que asegura haberlo visto.

Aparte de esta visión siniestra del personaje, también está la festiva. El Machu lanú como disfraz, que figura como uno de los personajes del carnaval hurdano.

Pero de entre todos los pueblos o aldeas de las Hurdes es en Aceitunilla, un pueblo de las Hurdes altas, donde aparece. Sobre el estraño ser se cuentan mil y una historias a cual más fantástica que de ustedes depende que la crean o no.

Una de esas historias de la que es protagonista el Macho Lanú, la misteriosa figura en la que muchos vecinos han creído reconocer al mismísimo Lucifer, es la de un testigo que dice haberlo visto. Su nombre es José Azabal quién se encontró con este misterioso ser en el año 1960. Azabal explica que se dirigía a faenar junto a otros hurdanos al pueblo vecino del Cerezal. Al aproximarse el cementerio que está en las afueras de su pueblo, y en una pronunciada bajada, descubrió una persona bastante alta que se encontraba allí parada bajo un árbol.

" No tenía cara, nariz, ni ojos y poseía unos brazos estrechos como los de un niño. Era como una sombra de gran tamaño y cuerpo muy fino. Parecía llevar unas botas blancas, algo semejantes a pezuñas"

Contó que al verlo , se aproximó a él y al ver lo que era salió corriendo despavorido llegando extenuado al cercano pueblo. A día siguiente realizó el mismo camino acompañado de un perro de caza y una escopeta pero no halló rastro de la misteriosa presencia. José aseguró que aquello era “el mismo Lucifer”.

Unos años después en el mismo lugar, dos hermanos agricultores del pueblo de Cerezal llamados Justo y Florentino Crespo vieron al mismo ser ataviado con lo que parecía ser unos brillantes zapatos. La esquelética figura empezó a girarse al camino y al igual que ya lo hiciera José, los dos hermanos echaron a correr y no pararon hasta estar a las mismas puertas del pueblo de Cerezal.

Otro que dice haberlo visto es Jesús Crespo Crespo, natural de La Fragosa, una aldea perteneciente a Nuñomoral que cuenta que una madrugada de verano estaba regando el huerto cuando oyó una voz muy ronca, al volverse vio una figura muy alta, que lo miraba desde unas peñas cercanas al camino que lleva a Martilandrán. El hombre ni que decir tiene huyó despavorido.

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