Desgraciadamente, y muy a mi pesar, ni cañita, ni tacones ni risas ni bailoteo. Y me viene a la cabeza esa canción de Gabinete Caligari que dice “bares, qué lugares, tan gratos para conversar…no hay como el calor del en un bar”. Pues me temo que no va a poder ser y me alegro de que al menos las bodegas y empresas cerveceras no se vayan a pique.
Lo digo porque no veo ningún síntoma de planificación en la supuesta desescalada para el sector de la hostelería. La Ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, que para tener 22 ministerios se ha quedado con una buena colección de carteras, ha comparecido poco. Palabrería barata y vacía pero medidas concretas ninguna. En Italia bares y restaurantes reabren el 18 de Mayo y en España se habla de la reapertura sin haber hecho pruebas masivas, ni tomar medidas efectivas para controlar un posible rebrote. Empresarios hoteleros como Kike Sarasola o Antonio Catalán comentaban, días atrás, que ya tenían sus hoteles preparados para recuperar el turismo nacional. Ellos ya han invertido en sus propias medidas pero y el transporte… ¿aeropuertos, estaciones, taxis? Se habla de un protocolo sanitario único pero poco más.
Y me acuerdo de Rafa, de Pablo, de Almudena y de Curro, que es lo mismo que acordarme de La Catedral, El Batel, La Marquesita y La Bocana de Palos y de cada uno de los arriesgados emprendedores españoles que con mucho esfuerzo y riesgo ha montado su negocio. Amigos con bares y restaurantes en la Región de Murcia y que, además de estar más de un mes cerrados, van a tener que gastarse los cuartos para acondicionar sus locales, mamparas, menos mesas y equipos de protección para su personal. Para eso hace falta organización, tiempo, dinero y ayudas. Tienen que reinventarse como ha hecho José Carlos, un empresario de la reprografía de Archena que ahora fabrica mamparas para comercios y precisamente bares.
Está claro que, acostumbrados como nos tienen a la falta de información, a las rectificaciones y a las metidas de pata continuas acabaremos como quinceañeros con la litrona y el altavoz en la calle, con la única intención de disfrutar de un sábado con amigos. Y es que a los españoles nos gusta la calle, el sol y el levantamiento de vidrio en barra fija (también hay quien lo hace con agua con gas).
Como diría el recientemente fallecido, Marcos Mundestock, integrante de Les Luthiers “el que es capaz de sonreír cuando todo le está saliendo mal es porque ya tiene pensado a quien echarle la culpa”.
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A favor (
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