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Esparta, la máquina de guerra de la Antigua Grecia
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Esparta, la máquina de guerra de la Antigua Grecia

jueves 26 de diciembre de 2019, 11:30h
Esparta, la máquina de guerra de la Antigua Grecia
Los espartanos fueron los guerreros por excelencia, criados desde la infancia para soportar terribles sufrimientos y dificultades. De ahí que espartano signifique austero, sobrio, firme, severo. La personalidad espartana se resume en los antiguos relatos de la Batalla de las Termópilas
Esparta, la máquina de guerra de la Antigua Grecia
Esparta, la máquina de guerra de la Antigua Grecia

En el año 480 a.C., los persas marcharon con la intención de invadir Grecia y el rey espartano Leónidas, con 300 espartanos, se enfrentó a ellos en el estrecho paso de las Termópilas.

Leónidas murió después de que los arqueros persas cumplieran la orden de "oscurecer el cielo con flechas".

Aunque no lograron detener a los persas, lucharon valerosamente y dieron sus vidas retrasando el avance de los enemigos durante toda una semana, ganando así un tiempo precioso para sus compañeros griegos.

Esa batalla ejemplifica mucho de lo que admiramos de los espartanos. Su lealtad a una causa más grande que ellos mismos. Su devoción por la libertad y la preservación de su patria.

Cuando los persas exigieron que los espartanos dejaran las armas, Leónidas famosamente respondió:"¡Ven y tómalas!".Y cuando las flechas de los arqueros persas taparon la luz del sol, Leónidas bromeó diciendo: "¡Excelente, ahora lucharemos en la sombra!"

De admirad es la constancia de los espartanos para lograr una gran forma física, dureza y resistencia.

En la actualidad, le dan su nombre a un tipo de carrera de obstáculos particularmente extrema, que desafía a las personas a lograr su mejor rendimiento atlético y físico frente a enormes dificultade

Las mujeres espartanas eran tan duras y fuertes como los hombres.

Las fuentes antiguas cuentan que se ejercitaban, que recibían educación y que podían poseer propiedades por derecho propio. Todo eso era negado a las mujeres de otras partes de Grecia.

Sin embargo, creo que hay algunos aspectos en los que debemos pensar antes de aceptar a los espartanos como el ícono perfecto de nuestros valores modernos.

Por un lado, pueden ser usados como figuras insignes de los xenófobos.

La historia de la batalla de las Termópilas puede ser manipulada para esos fines.

El ejemplo más pernicioso de ese uso ocurrió en la Alemania de la década de 1930, cuando llegaron a representar la ascendencia de la raza maestra aria y esencialmente legitimaron el antisemitismo y otras formas extremas de xenofobia.

Otra cuestión es si hoy realmente queremos revivir el paradigma espartano de la masculinidad.

La emoción era anatema. El individuo no era nada. El Estado lo era todo.

A medida que nos vamos dando cuenta de la necesidad de alentar a las personas a expresar en lugar de negar sus emociones y mostrar la angustia que pueden estar sintiendo, tal vez el ideal espartano de la masculinidad no sea el que realmente queremos.

No es casualidad que los espartanos hayan inspirado el sistema escolar público británico del siglo XIX y principios del XX, un sistema en el que los ideales de disciplina, aguante y austeridad eran primordiales.

Incluso la dureza de las mujeres espartanas es sospechosa.

Las fuentes antiguas nos dicen que entrenaban sus cuerpos, no por su beneficio, sino en función de producir hijos fuertes, por lo que incluso el atletismo por el que son famosos servía en última instancia a la máquina de guerra espartana.

Y la triste alegría con la que veían a sus hijos morir en la batalla es hoy desagradable.

El autor Plutarca dice que las mujeres espartanas le decían a sus hombres que se iban a la guerra:

"Vuelve con tu escudo o en tu escudo".

Los espartanos muertos eran llevados a casa sobre sus escudos; solo un cobarde soltaría su escudo y huiría.

Evocar Esparta es a menudo una forma de tratar de recuperar valores que se creen perdidos o a punto de desaparecer.

Valores anticuados de resiliencia y abnegación, que algunos en la sociedad moderna sienten que hemos desestimado.

Sin embargo, los historiadores de la antigua Esparta han desafiado durante mucho tiempo la veracidad histórica del antiguo estereotipo de los espartanos.

Durante décadas, han estado tratando de presentar una Esparta alternativa con una cultura más rica. Arte, música y una gama de valores mucho más compleja que la que tradicionalmente se les ha atribuido.

Sin embargo, no hay señales de que esto suceda. Somos demasiado adictos al estereotipo espartano, aunque sea inexacto, como para abandonarlo en favor de una realidad más matizada.

Fuentes: Emma Aston, experta en estudios clásicos y catedrática de la Universidad de Reading, Reino Unido y la BBC

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