Ha sido el jurado popular quien ha declarado culpable de asesinato a Marcos Mirás, el parricida de Oza. Lo considera autor de la muerte, con una pala metálica, de su hijo de 11 años, en una pista forestal de Oza Cesuras, en mayo del año pasado, el Día de la Madre.
El Jurado le condena, por unanimidad, por lesiones psíquicas a la madre del pequeño, teniendo en cuenta así la agravante de violencia de género planteada por la Fiscalía y las acusaciones.
Los miembros del jurado subrayan asimismo que el menor no tenía capacidad de defensa y que Mirás tenía las "capacidades cognitivas inalteradas". La acusación particular ha mostrado su satisfacción ante el fallo del jurado.
Durante el juicio en la Audiencia de A Coruña, la fiscalía, que ha pedido que sea condenado a prisión permanente revisable, ha defendido que el móvil del crimen que conmocionó a la ciudad de A Coruña donde residía el pequeño fue el el ánimo de venganza hacia su exmujer. En su declaración, el acusado alegó ante el tribunal que no recuerda “nada de lo sucedido”
“Yo en estado normal no mato a mi hijo”, se defendio el parricida que argumentó que el día que mató a su hijo sufrió una enajenación mental. “Me miró con odio y algo se estimuló dentro de mí”, argumentó.
La madre del pequeño asegura que "el niño iba intranquilo a ver a su padre, porque decía que siempre estaba enfadado". Tanto la fiscalía como la acusación particular y popular, ejercida por la Asociación Clara Campoamor y la Xunta, piden prisión permanente revisable para el procesado por un delito de asesinato. A ello, se suman penas que oscilan entre uno y cinco años de cárcel por un delito de lesiones psíquicas a la madre, además de una indemnización de hasta 180.000 euros. La defensa de Marcos Miras pedía la absolución del presunto parricida alegando que padece siete enfermedades psíquicas o, en caso de condena, su ingreso en un centro psiquiátrico por eximente completa o una rebaja de la pena con la atenuante de su estado mental