En el primer aniversario de los atentados de Cataluña han primado las polémicas.
Un acto oficial el organizado por el Ayuntamiento de Barcelona, con más pena que gloria. Una conmemoración que no ha sido para recordar a las víctimas sino para que los políticos se tiren los trastos a la cabeza dejando en un segundo plano a las 16 víctimas fallecidas hace un año. El homenaje a los fallecidos ha vertebrado una jornada marcada por la escalada de enfrentamientos y de protestas de los sectores separatistas olvidándose de lo verdaderamente importante la conmemoración del ataque terrorista.
La presencia del Rey Felipe VI en el acto oficial organizado por el Ayuntamiento de Barcelona lno ha sido del agrado del Govern de Cataluña. El propio president catalán, Quim Torra, rechazó invitarle y aseguró que no era el “rey de los catalanes”, mientras que los sectores soberanistas anunciaron su intención de boicotear la presencia del monarca.
El independentismo ha aprovechado para reivindicar la libertad de los presos encarcelados por la organización del referéndum ilegal del 1-O. Esta tarde el president Torra se reunirá con el ex conseller de Interior Joaquim Forn. en la prisión hasta la que acudirá después a una concentración convocada por las entidades soberanistas ANC y Òmnium y con los Comités de Defensa de la República (CDR) para pedir su libertad.
El homenaje a las víctimas estuvo presidido por gran un lazo amarillo colocado en el atril por donde iban pasando los dirigentes soberanistas. Detrás de este símbolo desfiló la plana mayor del Govern de Cataluña: el vicepresidente Pere Aragonès y los consejeros Miquel Buch, Damià Calvet y Ester Capella.
Pero la polémica estaba servida desde que el president de la Generalitat, en una entrevista radiofónica, calificara de “amigos y compañeros” a los Comités de Defensa de la República (CDR), que convocaron una marcha paralela en protesta por la presencia de Felipe VI. Así, la madrugada ya se presentaba ajetreada. A última hora de este jueves, los servicios policiales detectaban el traslado de una pancarta de grandes dimensiones en la que se podía leer :“El Rey no es bienvenido en el país catalán”. Entre los portadores, había dirigentes de las organizaciones independentistas ANC y Òmnium, aunque el cartel iba sin firmar, para hacerse pasar por un movimiento ciudadano.
Por su parte la alcaldesa de Barcelona queriendo quitar hierro se ha centrado en las víctimas dejando a los políticos en un segundo plano, algo que no ha hecho el president que ha aprovechado más que para recordar a las víctimas para homenajear a los responsables de la seguridad en los atentados de hace un año, reivindicando al ex Mayor Josep Lluís Trapero, acusado de sedición por la inoperancia de los Mossos d’Esquadra, y al “injustamente encarcelado”ex conseller de Interior Joaquin Forn, en prisión acusado de rebelión, malversación y prevaricación.
Quim Torra se negó a invitar al rey "por no ser el rey de los catalanes”. Organizaciones, como la CUP las entidades soberanistas ANC y Òmnium, anunciaron que no irían al acto en protesta por la presencia del monarca, pero Torra sí acudió a la cita y hasta saludó al Rey aunque se movió rápidamente porque según ha declarado “no quería estar al lado del Rey” al que por cierto ha increpado Laura Masvidal,la esposa de Joaquin Forn, encarcelado acusado de rebelión.
Ha sido el President quien se la ha presentado diciendo: “Aquí está la mujer de Forn, su marido está en prisión”.
Otro que no ha dessaprovechado el momento ha sido Puigdemont, desde fuera de España claro está que ha asegurado que “la policía no tenía esta información y la debería haber tenido por una mera y simple razón de eficacia política y respeto al derecho a la seguridad; si no tenemos las herramientas adecuadas -la información es una herramienta imprescindible- no podemos prestar el servicio debido a la seguridad”.
Los únicos que han puesto cordura han sido los familiares de las víctimas que han pedido a la clase política que respete el luto y se limite a sumarse al recuerdo de lo que ocurrió el año pasado en la Ciudad Condal, en uno de los atentados más sangrientos llevados a cabo por islamistas que habían sido radicalizados por el misterioso imán de Ripoll Abdelbaki Es Satty y la Asociación “Amics de la Rambla”, que agrupa a vecinos y comerciantes de esta popular vía barcelonesa, ha llamado a la participación en los actos en memoria de las víctimas de los atentados del 17-A y ha pedido que no se utilice la conmemoración “para reivindicar otros intereses personales o políticos”.
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