Son solo especulaciones, pero desde Moncloa barajan la hipótesis de que el expresidente de la Generalitat decida volver para, aun siendo detenido, forzar su designación parlamentaria como president de la Generalitad.
Por ello el Ministerio del Interior ha incrementado la vigilancia y control en carreteras y aeropuertos. Hay orden de detenerle para ponerlo a disposición de la justicia.
En Madrid solo se contempla la posibilidad de que Puigdemont pueda ser investido si vuelve, pero si lo hace, irá a prisión y será posiblemente excarcelado por el instructor Llarena solo y exclusivamente para el debate que termine con su designación, como presidente de la Generalitat.
Pero si recuerdan, Llarena, no permitió la excarcelación de Junqueras, Forn y Sànchez. La diferencia está en que Puigdemont sería el candidato a la presidencia del Govern.
Rajoy sabe que Puigdemont está muerto politicamente de seguir en Bruselas y en ello está toda vez que ayer anunció que no permitira la designación presidencial telemática y que de empeñarse el parlament en este supuesto seguirá en vigor el artículo 155.
Esta tesis de la impsibilidad de la designación si no es de forma presencial del candidato viene avalada por los letrados de la cámara. Para cambiarlo se tendría que forzar el reglamento de la Cámara contraviniendo el dictamen de sus letrados y de los servicios jurídicos del Estado, que aunque no es vinculante, parece ser un aviso a navegantes. Queda por ver quien da el paso y se lo salta y también comprobar si el Gobierno es capaz de dar continuidad al 155.
Lo que parece claro es que la permanencia de Puigdemont en Bruselas le es perjudicial hasta el punto de no ser investido, quedando Junqueras en mejor posición para la designación. Esto es aqlgo que se baraja en ERC.
Si (
No(
