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Fernando Martínez en lucha desigual ante Susana Díaz y su aparato
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Fernando Martínez en lucha desigual ante Susana Díaz y su aparato

La Presidenta de la Junta moviliza a sus delegados en Almería y altos cargos dependientes de San Telmo, para descabezar de la Secretaría General de Almería al "pedrista" Fernando Martínez.

Es sin duda una lucha desigual la que hoy entabla el ex-alcalde y actual Secretario General de los socialistas en la capital almeriense, Fernando Martínez, contra el senador y portavoz municipal del PSOE, Juan Carlos Perez Navas. Un enfrentamiento no distinto al que Pedro Sánchez mantuvo con Susana Díaz con el apoyo de los "barones" en las pasadas primarias, en las que estos se encargaron de llamar a capítulo a sus cargos dependientes para volcar la balanza a favor de la presidenta andaluza.

Lo que entonces sucediera, no es distinto de lo que sucede en Almería. También aquí se ha dado y parece convertirse en norma allí donde Susana Díaz tiene intereses. Esta vez no son los barones, pero sí los delegados provinciales de la Junta, junto a los cargos directivos de la misma y los colocados y recolocados a dedo por la presidenta en las empresas públicas dependientes de la institución autonómica, los que se encargan de hacer de manera soslayada el trabajo sucio a Susana, llamando, asesorando, aconsejando y hasta imponiendo a los trabajadores afiliados al PSOE, a qué o quién deben votar.

El candidato de Susana, claro está, no es Fernando Martínez, sino Juan Carlos Pérez Navas.

El candidato impuesto por San Telmo y al que ninguna de las dos corrientes provinciales traga por considerarlo ambas, un trepa y un traidor, a pesar de que una de esas corrientes, la de Sánchez Teruel deba estarle agradecido, ya que por méritos propios nunca hubiera repetido como secretario provincial, es quién en estos momentos tiene las de ganar. No obstante queda jugar el partido.

Como dijimos ayer, la maniobra en las pasadas primarias donde Pérez Navas fue uno de los candidatos, una maniobra orquestada por Susana Díaz a espaldas de José Luis Sánchez Teruel, al entender la secretaria regional del PSOE que por si solo, Teruel no ganaría, como así fue, buscó frenar el avance sanchista. Y aunque lo consiguió en principio renovando a Sánchez Teruel en la secretaría de la provincia, los apoyos a Pedro Sánchez son cada día mayores.

Así la situación que se comenzará a dirimir hoy, a las siete de la tarde, en un centrico hotel de Almería empieza con el marcador a favor del candidato susanista en uno de los muchos amaños que suelen ser habituales en la manera de entender la política de la presidenta andaluza y donde el aparato, colocando toda la carne en el asador, vía colocaciones y clientelismo político pretende volcar la balanza a su favor.

Ni que decir tiene que gran parte de los afiliados socialistas de la capital son cargos y trabajadores dependientes de alguno de los organismos que gobierna la Junta donde los delegados, lejos de mantener su imparcialidad se han volcado con las órdenes que han llegado desde Sevilla. De ahí que de entrada, Pérez Navas cuente con una considerable ventaja. Sin embargo la votación no será a mano alzada, obligando a los votantes a significarse y por tanto a ser señalados y represaliados laboralmente, algo que aunque siempre se argumenta que no se da, se da.

Recordemos como en las pasadas primarias a la Secretaría General del PSOE, un defenestrado Pedro Sánchez cuando parecía estar acabado por estar todo el pescado vendido, resurgió de sus cenizas. Aquello marcó un antes y un después. Si Pedro resucitó fue por obra y gracia de la militancia de base contraria al clientelismo político y cansada de las imposiciones por parte de la baronía socialista hasta entonces dueña y señora de unas siglas centenarias.

Hoy aventurarse al resultado bien pudiera calificarse de suicidio, más si cabe cuando es una lucha a todas luces desigual como lo fue la de Sansón con Goliat, y aunque es muy posible que en esta lotería que se juega hoy, gran parte de los boletos premiados ya tengan como dueño a Pérez Navas, tal vez no resulten suficientes para detener a una militancia cansada de padrinos, o mejor dicho...de madrina.

Gabriel Sánchez.

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