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Al loro no le gusta el chocolate.
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Al loro no le gusta el chocolate.

lunes 16 de octubre de 2017, 12:35h
Por Loli Castaño
Qué sea Morón el lugar estratégico elegido por la base americana, para repartir sus bendiciones yankis a quien estuviese necesitado de un correctivo paternal, no tiene nada que ver con ser el lugar de acogida del sevillano Fernando Villalón, allá por el año 1884. Poeta, que no historiador, Con su "Diligencia de Carmona" y otros poemas,
fue uno de los precursores de la visión romántica de los bandoleros, ayudando a fomentar con ello la tolerancia que se tiene en este país a cuánto amigo de afanar lo que se le pone a mano. "Los siete niños de Écija" que parece ser, que no fueron siete, si no muchísimos más, le dieron a este pueblo perteneciente a la provincia de Sevilla una fama, de ser el lugar de origen de más bandoleros por metro cuadrado, récord, que afortunadamente para ellos, el resto del país, se ha dedicado a batir, aportando personajes, que con su granito de arena, lo han convertido en profesión electoralista.
Cuando en la Biblia se relata el episodio dónde dice qué los justos heredarán la tierra, no especifica que clase de justos, si los que viven tratando de mejorar su vida, sin meterse con nadie, o los que han sabido crear leyes que los conviertan en justos, claro, que tampoco específicó que tipo de tierra es el que nos toca en posesión, si un reseco desierto lleno de lagartos...o un islote dónde proclamar a los cuatro vientos que somos los reyes del mundo. El caso es, que ésta controversia, nos ha dejado un vacío legal y divino, en el que hay que arreglarse con los medios rústicos que se tienen al alcance, o sea, armarse hasta los dientes, que somos hermanos, pero no primos,, esperemos que no haya que pagar derechos de sucesión encima, que ya se sabe, que quién hizo la ley, hizo la trampa.
Ahora nos preguntamos...Donde trasladamos la sede social los españoles, que no tenemos un duro, ni tenemos preparación suficiente, ni edad adecuada, ni somos guapos, ni tenemos afinidad por el bien ajeno... y estamos atados a unas condiciones de trabajo injustas, a un salario cada vez más bajo y compitiendo con unas ofertas más bajas aún. África viene, Europa se va. La transhumancia para llegar a unos pastos donde se paga cara cada brizna.
Después de prohibir emocionantes y sencillas diversiónes, como son, tirar cabras por campanarios, que es de salvajes dicen, arrancarle cabezas a los patos, que es poco elegante y últimamente ese sano arte tan nacional, como es matar a un toro en una plaza de arena, que está empezando a ser mal visto por los radicales prohíbe to, con lo bonito que es ver agonizar a un animal hasta que se queda seco. Cualquier día, se declaran las cucarachas de interés nacional, se les da una cartera gubernamental Y la empresa que fabrica esos cacharritos ahuyenta bichos, se va a la quiebra.
Ponerle el cascabel al gato, es difícil, pero no imposible, solo se necesitan ratones suficientes.
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