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Avances en ingeniería genética permiten la resurrección de especies desaparecidas como el Mamut que podría volver a la vida en 2028
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Avances en ingeniería genética permiten la resurrección de especies desaparecidas como el Mamut que podría volver a la vida en 2028

martes 09 de enero de 2024, 09:44h
Colossal Biosciences, es una compañía de biotecnología que ha mostrado su intención de traer de nuevo a la vida animales extintos.

El viejo sueño de "resucitar" especies extinguidas ha tomado impulso gracias a la aparición de nuevas herramientas genéticas. Según se puede leer en su sitio web, Colossal Biosciences tiene como objetivo ver al mamut lanudo tronar sobre la tundra una vez más mediante la manipulación del ADN de la especie extinguida.

La ciencia del presente y del futuro es la ingeniería genética. Descubrir los más íntimos secretos de la compleja biología humana representa un avance en siglos cada minuto, pero esa información puede llegar a ser tan invaluable como peligrosa. En malas manos, la información sobre el código genético podría significar riesgos inimaginables.

Hoy en día, parece posible devolverle la vida a seres vivos de especies desaparecidas, un concepto que ha existido por más de dos décadas y que, lejos de ser una utopía, está al alcance de la ciencia.

Por primera vez, el 30 de julio de 2003, científicos españoles y franceses lograron obtener un clon del bucardo (Capra pyrenaica pyrenaica), una especie extinta de cabra montés salvaje. En 2000, esta especie se había extinguido, pero gracias a la conservación de células congeladas del último ejemplar, fue posible llevar a cabo la clonación. Sin embargo, lamentablemente, la cría murió pocos minutos después de nacer debido a una malformación en sus pulmones. Este logro marcó la primera vez que se recuperó a un animal extinto.

Es bastante difícil conseguir contar con el ADN de esa especie desaparecida. Los científicos pueden insertar características del animal extinto en el material genético de animales con los que comparten gran parte del código genético, mediante el uso de herramientas de edición de ADN como la tecnología CRISPR, que obtuvo el Nobel de Química 2020. En el caso del mamut lanudo, los científicos pueden insertar características resistentes al frío en las secuencias de ADN del elefante asiático, con el que comparte el 99.6 % de su código genético, mediante el ADN recuperado de los mamuts encontrados en el Ártico.

Se necesita un lugar para el desarrollo de un embrión viable, una vez que se logra crear uno. El útero de una hembra elefante es el lugar necesario. Se ha determinado que una elefanta africana es más adecuada para la gestación del embrión que una elefanta asiática. Esto se debe a que el tamaño del elefante africano es similar al del mamut.

En la práctica, el primer mamut resucitado no será completamente un mamut. Una parte de su código genético provendrá de elefantes asiáticos, lo cual podría tener un impacto significativo en el nuevo animal. Por otro lado, su gestación no estará a cargo de una mamá mamut, ya que esto es imposible. En su lugar, será una mamá elefanta africana quien se encargue de llevar a término la gestación. Además, debido a que es un animal "híbrido", resulta muy difícil predecir cómo será su comportamiento y cómo se relacionará con el ecosistema. Esto genera incertidumbre acerca de su viabilidad.

Es posible que en 2028, veamos la luz por primera vez en casi 4.000 años a un mamut, para luego reintroducirlo en su hábitat natural, la tundra ártica.

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