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'La Formación profesional y la educación permanente', por Pedro Cuesta Escudero autor de Por una escuela pública de calidad. Bases para una educación íntegra

"La Formación profesional y la educación permanente", por Pedro Cuesta Escudero autor de Por una escuela pública de calidad. Bases para una educación íntegra

miércoles 29 de noviembre de 2023, 07:52h
'La Formación profesional y la educación permanente', por Pedro Cuesta Escudero autor de Por una escuela pública de calidad. Bases para una educación íntegra

Las demandas que el mundo productivo solicita del sistema escolar se canalizan a través de lo que denominados Formación Profesional. Normalmente son peticiones de habilidades, capacidades y conocimientos que permite adaptarse a situaciones tecnológicas y organizativas cambiantes. Los cambios que se están produciendo en la economía, en las nuevas y renovadas tecnologías y en la sociedad en general, así como la evolución que están teniendo los sectores productivos para dar respuestas a los cambios, hacen que la Formación Profesional necesite adecuarse, estructurarse y organizarse de una manera flexible. Los países más avanzados de la Unión Europea tienen diseñado un modelo de Formación Profesional flexible, descentralizado y adaptado a las necesidades actuales.

La Formación Profesional ha de estar siempre mirando al progreso para establecer medidas que permitan adaptarse a los cambios que se operan en la sociedad y en la producción. La Formación Profesional ha de ser sensible a las necesidades de cada momento y ha de estar continuamente poniéndose al día. Es una formación que ha de apostar por el futuro.

Vías de la Formación Profesional

Pensamos oportuno y acertado que la Formación Profesional se siga canalizan a través de tres vías: Formación profesional reglada, Formación profesional ocupacional y Formación continua. La Formación profesional reglada, integrada dentro del sistema escolar, debe proporcionar una formación de base general, combinada con una formación profesional específica, con el fin de abrir posibilidades individuales de incorporación al mundo del trabajo. Al estar reglada y controlada la hace menos flexible. Se organiza en familias profesionales estructuradas mediante Ciclos formativos de grado medio y de grado superior de uno o dos años académicos de duración.

La Formación profesional ocupacional por la formación para una ocupación concreta y se dirige a los que no han obtenido el Graduado de la ESO, donde se alterna la formación de los alumnos/as con el trabajo real en el oficio real que aprendan. En el Centro Comarcal de Prácticas de Empleo se inscriben las empresas que quieran dar prácticas a esos aprendices, los cuales estarían bajo la supervisión del tutor/a de dicho centro que controlaría que se les enseñe y no se les explote. También estarían los centros de formación ocupacional para que los parados mejoren su capacidad de encontrar trabajo.

Y la Formación continua o permanente es el instrumento imprescindible para una mejor adaptación de trabajadores /as y empresas a las necesidades de una economía y un mercado de trabajo en constante evolución y para elevar el nivel cultural que pueda desembocar en nuevas oportunidades.

Viveros de empresas y nuevos yacimientos de empleo

La Formación Profesional debe consolidarse como una alternativa de formación que armonice las necesidades de las personas, las empresas y la sociedad en general. La transición entre escuela y trabajo ha de constituir un programa clave -a caballo de la política educativa y de la política de ocupación- que haga posible que toda persona que salga del sistema educativo pueda hacerlo con una oportunidad de trabajo. Se trata de establecer un compromiso singularizado que contemple la orientación profesional y un itinerario de inserción. Para asumir este compromiso es indispensable la colaboración entre escuelas de Formación Profesional, las empresas y sus redes y los ayuntamientos o centros comarcales. Al entender que la Formación Profesional no puede ser una oferta sin conexión con la realidad con la que ha de relacionarse, que es la empresa y el entorno productivo, creemos que son las Administraciones locales o comarcales en colaboración con los sectores empresariales y sindicales las que deben coordinar todas las ofertas de Formación Profesional, sean de carácter reglado, ocupacional o continuo. Y es que la economía y el mercado laboral están sometidos a cambios que se producen en el territorio y que tienen repercusión en la Formación Profesional. Los territorios han de ser los motores de la Formación Profesional y de ocupación. En los territorios es donde se producen las ofertas educativas, formativas, laborales, profesionales, que han de ser reguladas, planificadas, organizadas y gestionadas por las Administraciones locales o comarcales con fórmulas organizativas y ritmos diversos y variables, adaptados a la realidad económica, social y administrativa de cada territorio. Por eso, para que haya una estrecha colaboración con el sistema productivo y se potencie la calidad e innovación de los centros educativos y la promoción de los jóvenes, la Formación Profesional se debe planificar en coherencia con la realidad socioeconómica del municipio o región metropolitana. Además hay que implicar a las empresas en los centros educativos para fomentar la mejora continua y la adaptación de los centros de Formación Profesional a los modos de producción. O sea, hay que potenciar un modelo de centro abierto e integrado al entorno, con la participación de los agentes económicos y sociales, y accesible a la recalificación profesional y al reciclaje de la población adulta y trabajadora, capaz de asumir los cambios que se derivan de la especificidad de la función profesional: flexibilidad, organización e infraestructura. Hay que realizar, pues, una vinculación progresiva del sistema de formación y el mundo productivo, de manera que los perfiles formativos se adapten a las necesidades del mercado, permitiendo que los agentes económicos participen en la definición y ejecución del proceso formativo.

El primer problema es identificar correctamente las demandas en permanente evolución para poder precisar cuáles son los elementos básicos en el proceso de formación, porque las habilidades, capacidades y conocimientos se han de ir adaptando a situaciones cambiantes. Hoy son necesarias unas competencias consideradas básicas que antes no lo eran, como las habilidades y conocimientos de las nuevas tecnologías, en nuevas formas de organización del trabajo o en una nueva cultura del trabajo. Para fomentar el desarrollo de muchas comarcas los centros de Formación Profesional han de ir más allá, incluso, de su función formativa para convertirse en centros colaboradores y, si es preciso, promotores de la actividad económica y fomentadores del espíritu emprendedor. Unos centros donde ubicar, por ejemplo, viveros de empresas y nuevos yacimientos de empleo.

Educación permanente

Por otra parte hay que garantizar que la ciudadanía disponga de mecanismos para continuar su formación a lo largo de su vida, promoviendo la mejora de nivel cultural y su capacidad para adaptarse a los cambios y a las nuevas oportunidades. Se debe priorizar la educación de adultos, de manera sistemática o no, pues se ha de tener en cuenta el envejecimiento progreso de la estructura de nuestra población. Es preciso asignar roles significativos a las personas que se encuentran en el segundo o tercer tercio de la vida, porque deben participar activamente en el quehacer de la comunidad para no convertirse en una carga. La reinserción laboral para personas mayores es posible y necesaria, mediante la educación continuada. Se trata de mantener abierto un proceso de capacitación permanente que les permita acceder a nuevas oportunidades de trabajo y también de realización personal y de calidad de vida. La educación de adultos no solo ha de ser para combatir el analfabetismo y para cimentar una cultura básica, sino también como capacitación para el trabajo profesional y para la formación humana integral. La secuencia temporal aprendizaje-trabajo-jubilación que enmarcaba rígidamente la vida de las personas se está rompiendo y no es nada extraña la idea de seguir aprendiendo toda la vida, haciendo compatible formación y trabajo y más allá educación y jubilación.

Por otra parte las Administraciones educativas deben dedicar especial atención a la formación permanente del profesorado de la Formación Profesional, con objeto de facilitar su adaptación a las exigencias de los cambios producidos en los respectivos sectores del conocimiento.

Se vislumbran cambios positivos

Afortunadamente la nueva ley, la LOMLOE, trae modificaciones que afectarán a la Formación Profesional de diferentes formas. Decimos que afectarán porque, aunque esta ley se aprobó en 2021, su puesta en marcha se inicia este curso, 2023-24. Se busca un mejor reconocimiento social de este nivel de la formación. El objetivo es el de igualar a España con el resto de países de su entorno. Tengamos en cuenta que las tasas de estudiantes que optan por la Formación Profesional son superiores en número y calidad en otras naciones de la Unión Europea. Una de dos, o tenemos un exceso de estudiantes universitarios, o no se da un valor adecuado a esta enseñanza. Una de las propuestas de la nueva ley es fomentar el aprendizaje por proyectos, que consiste en que los alumnos/as lleven a cabo un proyecto por sí solos de principio a fin. Es una de las metodologías activas, las cuales permiten desarrollar mejor diferentes habilidades y capacidades. Dos buenos ejemplos son la responsabilidad y el trabajo en equipo. Se trata de que los alumnos/as sean el centro de la formación, siempre con una supervisión adecuada y dentro de un marco pensado para cada etapa. Se potencia el aprendizaje por competencias frente al memorismo. Por tanto, ahora gana en peso que los alumnos/as adquieran habilidades que les sirvan a lo largo de su vida. Se simplifican las asignaturas para que no sean tan rígidas. De esta forma, se podrán adaptar los itinerarios formativos a la realidad imperante, algo importante en una Formación Profesional. Se tiene en cuenta que las necesidades del mercado laboral cambian con frecuencia, por lo que es importante dar una respuesta rápida. Al fin y al cabo, se pone en juego la empleabilidad de los estudiantes.

A la vez que muchas personas no encuentran empleo, el sistema empresarial no logra cubrir algunas de sus ofertas de empleo y las vacantes son especialmente elevadas en niveles intermedios de cualificación –vinculados a la Formación Profesional– y, más en concreto, en aquellas actividades directamente relacionadas con la modernización del sistema económico exigida por el cambio tecnológico y la nueva economía verde y azul. Se impone la nueva economía azul y es que nuestro futuro depende en gran medida de la gestión sostenible de todo lo que nos ofrece el mar, de ahí el nombre de economía azul. España es una península con un perímetro costero muy importante donde, a excepción de Madrid, se asienta la mayoría de la población. El ciclo del agua es el motor de vida del Planeta. El agua nos llega a través de la evaporación oceánica y la lluvia que forman parte de los complejos sistemas climáticos de la Tierra. Los océanos, además, transportan la energía que recibimos del sol por todo el planeta y son la vía de conexión natural para todos los ecosistemas terrestres. Y los océanos son, también, grandes sumideros de carbono: una de cada tres toneladas de dióxido de carbono. Según la ONU, los ecosistemas marinos mantienen la salud del planeta y sostienen el bienestar social a través de los siguientes servicios ecosistémicos: La vida que contienen genera la mitad del oxígeno que respiramos y absorbe el 26 % de las emisiones de dióxido de carbono de origen humano. Las dinámicas oceánicas determinan en gran medida los patrones climáticos globales y contribuyen a regular el transporte de calor en el planeta. La pesca no solo es una actividad económica, sino que es uno de los escudos frente a la inseguridad alimentaria en los países de ingresos más bajos. Los ecosistemas costeros son las barreras más efectivas de las poblaciones costeras frente a la subida del nivel del mar y el impacto de las tormentas. Los océanos son, además, fuente de cultura y un elemento de identidad poderoso para la mayoría de los pueblos del planeta. El principio fundamental de la economía azul es emplear un sistema de trabajo lo más parecido a la naturaleza. La economía azul está orientada a suplir las necesidades básicas y la sobreproducción. Otra ventaja clara es la desaparición de los residuos reduciendo la contaminación ambiental. La economía azul favorece la creatividad y la innovación inspiradas en la naturaleza. Crea beneficios no solo económicos, sino sociales y ecológicos. Además de ser más inclusiva. Genera nuevas oportunidades de empleo y ayuda en el desarrollo de las sociedades creando una conciencia ecológica. Tal y como sucede en la naturaleza, se busca lo mejor para todos los involucrados en el sistema. Aprovecha al máximo todos los recursos disponibles y les da una vida útil larga, lo que garantiza consumidores más felices.

O sea, la LOMLOE es la ley educativa que más potencia la Formación Profesional de todas las promulgadas hasta ahora. La LOMLOE trae una amplia variedad de cambios que afectan a la Formación Profesional. Como hemos dicho, se apuesta por la formación basada en proyectos, la cual ayudará a que los alumnos se desarrollen con una mayor facilidad. Pero no conocemos su porvenir, porque la oposición en cuanto suba al Poder lo más posible es que la derogue, como ha venido haciendo con todas las leyes de la Educación.

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