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MARÍA LUISA LEIRA, REGISTRADORA DE LA PROPIEDAD Y AMIGA , por Sonia Mª Saavedra de Santiago

MARÍA LUISA LEIRA, REGISTRADORA DE LA PROPIEDAD Y AMIGA , por Sonia Mª Saavedra de Santiago

martes 17 de octubre de 2023, 09:15h

El domingo pasado recibí un mensaje de mi amiga Sara. Su prima María Luisa había fallecido a la hora de comer. Precisamente a esa hora yo estaba reunida con los hermanos de mi marido, que habían venido a visitarnos para celebrar nuestros veinticinco años de casados.

Para celebrar este tiempo recorrido desde un 26 de septiembre de 1998, programamos celebrar una misa de acción de Gracias en la que pudimos hacer nuestras propias peticiones a la hora de hacer la oración de los fieles. En esa oración pedimos por la iglesia, por los dirigentes políticos, por nuestras familias, por quienes nos han acompañado estos años enriqueciendo nuestro matrimonio y por quienes estaban solos, necesitados o enfermos.
Precisamente en esa petición llevaba en el fondo de mi alma a mi amiga María Luisa, a quién tuve el privilegio de poder visitar el pasado veintinueve de septiembre en el hospital "Santa Lucía" de Cartagena.

Mª Luisa, cuando fui a verla, estaba acurrucada en la cama, con un respirador que le impedía hablar y que apenas dejaba su rostro visible; pero sé que, detrás de ese aparatoso instrumento, me miró con su acostumbrada simpatía y me habló agradablemente con sus ojos, al tiempo que me estrechaba la mano con un cariño inmenso, el mismo cariño que siempre había manifestado por mí y por quienes la rodeaban.

María Luisa era inteligente, generosa, simpática; adoraba el teatro, los conciertos de música clásica, el cine, el ballet, las buenas conversaciones, pasear por su ciudad natal y disfrutar de su casa y su trabajo como Registradora de la Propiedad. No digo esto por decirlo sino porque María Luisa fue en España la primera mujer en aprobar las oposiciones a Registrador de la Propiedad tras la promulgación de la Ley de 22 de julio de 1961 sobre Derechos Políticos, Profesionales y de Trabajo de la Mujer, una ley que abrió definitivamente el acceso de las mujeres a la profesión registral tras las vicisitudes históricas, sociales e ideológicas habidas desde 1924, año en que, al amparo de nuestra Primera Ley Hipotecaria de 8 de febrero de 1861, una mujer solicitó pertenecer al cuerpo de registradores de la propiedad.

En el camino al acceso de las mujeres a esta profesión han quedado nombres para la Historia del Derecho como los de Beatriz Blesa Rodríguez ( que ejerció en Murcia y a quien Mª Luisa siempre dedicó palabras de agradecimiento) María de los Ángeles Torcida Fuente, Carmen Bono Huerta y Cecilia Puente Ojea (que fueron las primeras mujeres que, en la promoción de 1941, entraron a formar parte del Cuerpo de Aspirantes) o los de Ana Viola Sauret, Carmen Gomà Roger y Teresa Guerreira Marcos que fueron, en 1946, las últimas mujeres en poder presentarse y aprobar las oposiciones antes de que el legislador impusiera la exigencia de ser varón para acceder al Cuerpo.

Sería ya en 1964, cuando con Mª Luisa Leira se inició, al amparo de la mencionada ley de 1961, un camino imparable para la mujer dentro del cuerpo de Registradores de la Propiedad, un camino en el que, desde 1990 empiezan a verse más mujeres que hombre en muchas de sus convocatorias.

Con estas palabras no quiero dejar de enviar todo mi afecto a la familia que deja, en especial a su prima Sara, a quien Mª Luisa me presentó a principios de los años 90 y con la que mantengo una hermosa amistad forjada gracias a esa Registradora de la Propiedad de aspecto imponente que, ataviada con trajes de chaqueta impecables y tacones altos, siempre tenía palabras de agrado para quienes tuvimos la suerte de ser sus amigos.

Revista Registradores de España Nº 82

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