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“DIME QUE HACES Y TE DIRE QUIEN ERES”, por Juan Saborido Gago fue trabajador de VEIASA

“DIME QUE HACES Y TE DIRE QUIEN ERES”, por Juan Saborido Gago fue trabajador de VEIASA

"Un hombre inteligente y orgulloso de su inteligencia se parece a un condenado que se sintiera orgulloso de tener una celda grande." (Simone Weil)

domingo 24 de septiembre de 2023, 09:43h
“DIME QUE HACES Y TE DIRE QUIEN ERES”, por Juan Saborido Gago fue trabajador de VEIASA

Deseo comenzar este articulo trayendo a colación, a varias personas que por su experiencia y saber serán la base de este artículo. Comenzaré por la filósofa, activista y mística francesa Simone Weil. En su obra “La persona y lo sagrado” dice así: Hay alianza natural entre la verdad y la desgracia, porque una y otra son suplicantes mudos, eternamente condenados a permanecer sin voz ante nosotros.

Del mismo modo que un vagabundo, acusado ante el tribunal por haber cogido una zanahoria de un campo, está plantado ante el juez que, cómodamente sentado, desgrana elegantemente preguntas, comentarios y bromas, mientras que el otro consigue apenas balbucear, así también está plantada la verdad ante una inteligencia ocupada en establecer elegantemente opiniones.”

Una sociedad que vive ante la injusticia y la indiferencia es un mundo que se encuentra sumergido en la mentira. En su obra “Reflexiones sobre las causas de la libertad y de la opresión social” Simone Weil expone:

“Podemos preguntarnos si existe un ámbito de la vida pública o privada en que las fuentes mismas de la actividad y de la esperanza no estén envenenadas por las condiciones en las que vivimos. El trabajo ya no se realiza con la conciencia orgullosa de ser útil, sino con el sentimiento humillante y angustioso de poseer un privilegio otorgado por un golpe de suerte pasajero, en pocas palabras, de poseer un puesto de trabajo, un privilegio del cual se excluye a muchos seres humanos por el hecho mismo de que uno goza de él.” (p. 57)

Se dice, desde el punto de vista jurídico, que no se puede juzgar a una persona, o a una institución, si no se conocen los hechos, ya que estos hechos, señalan el modo de operar y la intención que hay tras ellos.

Existe otra persona, muy denostada en su tiempo, que por cierto termino muy mal, me refiero al hombre llamado Jesús de Nazaret que, ante los falsos profetas, dijo esto a sus coetáneos “Cuídense de los falsos profetas: se presentan ante ustedes con piel de oveja, pero por dentro son lobos feroces. Ustedes los reconocerán por sus frutos” (Mt 7, 15-16) Para mí, es un texto atemporal aplicable a muchos aspectos de nuestra vida, sobre todo a la actual ornada de políticos. También dijo “No juzguen y no serán juzgados”. Por tanto, me limitaré a presentar hechos porque a través de los hechos ustedes conocerán quienes son.

En el día de hoy, he podido leer en el diario digital Nuevodiario.es una información realmente sorprendente y a la vez alarmante sobre las nuevas formas de controlar a los trabajadores/as de la empresa pública VEIASA. En la que, se muestra el pliego de prescripciones de un servicio de investigación privada de seguimiento a sus empleados/as.

Si estos métodos son “la forma de afrontar, el liderazgo de las estrategias y objetivos corporativos marcados en su Plan estratégico de la compañía, en consonancia con las líneas y políticas marcadas desde la Consejería de Industria, Energía y Minas” (extracto de la presentación del Señor Alfonso Lucio Villegas Cámara el 03/07/2023). Los trabajadores y trabajadoras de esta gran empresa, que también fue la mia, tienen un gran problema.

El señor Alfonso Lucio Villegas Cámara, cuya presentación curricular, en principio no hace prever que sea un desaprensivo, aunque sea el fundador de una empresa llamada CAIN Asesores, entre otras. Me parece realmente que da pie a la duda sobre su solvencia, cuando actúa, por acción u omision sobre sus propios trabajadores de ese modo.

“Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas.” (Mario Benedetti)

A raíz de esto, me surgen una gran cantidad de preguntas que expondré, y que desconozco sus posibles respuestas, como ¿Conoce realmente la empresa que dirige? No me refiero en cuanto a papeles, documentos, informes, y estadísticas, que supongo estará muy puesto, sino más bien al conjunto de sus empleados/as, es decir su capital humano. ¿Ha visitados sus diversos centros? ¿Conoce las condiciones en que trabajan? ¿Conoce de primera mano el papel que desempeñan cada uno de sus empleados/as y sobre todo en las condiciones como la desarrollan? Porque si no los conoce este señor, será una lumbrera, pero como gestor deja mucho que desear. O es que tal vez, por ser una empresa Pública y no privada, los trabajadores no cuentan y son sólo unos números resultados de cuentas, o tal vez sólo son para obtener réditos que les pueda ofrecer a los políticos de turno, y si las conoce el señor Villegas, la pregunta seria ¿la solución es convertir en potenciales delincuentes a todos los trabajadores/as y colocarles un detective en sus traseros en una causa general que nunca se ha dado en VEIASA?, o debería pensar en resolver los pequeños y grandes problemas de los empleados/as y sobre todo abordar el tenso y grave problema del clima y ambiente laboral, que por cierto es generado desde RRHH.

El refranero popular es, por ello sabio, ya que la sabiduría no la aporta solo el estudio, sino una dilatada experiencia en la vida, basada en hechos que los sustentan. De ahí el titulo de este articulo cuya procedencia es “Dime con quien andas y te diré quién eres” Que viene como “anillo al dedo” para hacer esta reflexión sobre la actitud, la aptitud, las dudas y toda la incertidumbre que se plantea sobre la nueva “estrategia” de VEIASA.

Para terminar, dejo este escrito de Simone Weil sobre este gran desequilibrio que hacen imposible un reconocimiento de igualdad.

“Un idiota de pueblo, en el sentido literal de la palabra, que ama realmente la verdad, aun cuando tan solo emitiera balbuceos, es en cuanto al pensamiento infinitamente superior a Aristóteles. Está infinitamente más próximo a Platón de lo que Aristóteles ha estado nunca (…). Pero de todo eso no sabe nada. Nadie se lo ha dicho. Todo el mundo le dice lo contrario. Hay que decírselo.” (Simone Weil)

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