El 13 de octubre de 1988 la síndone fue sometida a la prueba del carbono 14, cuyos resultados apuntaron a que se trataba de una falsificación medieval. Sin embargo, a la luz de numerosos estudios posteriores a dicha prueba, hoy estamos en condiciones de demostrar que el c-14 erró a causa de numerosas deficiencias y ausencia de controles rigurosos, y también –y todavía más importante– que nuevos análisis científicos muestran que la sábana santa efectivamente envolvió el cuerpo de Jesús de Nazaret, que misteriosamente irradió la tela, quedando impresionado en la misma.
La supuesta falsedad de la Síndone dictaminada por la prueba del Carbono 14 nunca ha sido aceptada por la Iglesia. En el comunicado del cardenal Anastasio Ballestrero, arzobispo de Turín y custodio de la Síndone, se dejaba a la ciencia la evaluación de los resultados del examen que la habían señalado como de origen medieval. Este no fue el último pronunciamiento oficial por parte del Vaticano. Así, en el Boletín de la Oficina de Prensa de la Santa Sede del 18 de agosto de 1990 se indicaba lo siguiente: «El resultado de la datación medieval no dejaba de ser un tanto sorprendente, porque contradecía resultados anteriores, que apuntaban a una datación de 2.000 años de antigüedad. Se trata de un dato experimental, entre otros, con la validez y también los límites de las pruebas sectoriales que tienen que ser integradas dentro de un marco multidisciplinar».
Los que han seguido de cerca las vicisitudes de la Síndone saben que los procedimientos seguidos para la realización de dicho análisis no fueron demasiado estrictos. Además, en el curso de su devenir, la Síndone ha sufrido alteraciones que, inevitablemente, han tenido que influir en la datación por radiocarbono. La falta del necesario contexto multidisciplinar para el análisis de un tejido y los posibles tratamientos con sustancias conservantes que la tela haya podido sufrir, invalidan por completo el resultado. Exactamente eso apunta un comunicado de la empresa Beta Analytic, de Miami (Florida), líder mundial en la datación por radiocarbono: «Beta Analytic no efectúa la datación de los tejidos a menos que ésta forme parte de un proceso de investigación multidisciplinar. Las muestras tomadas de un tejido tratado con aditivos o conservantes dan lugar a una datación falsa por radiocarbono».
DEMOSTRADO: DATA DEL SIGLO I
El experto textil John Tyrer, de los Laboratorios AMTAC, en Altrincham (Gran Bretaña), ha expresado sus dudas debido a los contaminantes, especialmente los causados por el incendio que afectó a la reliquia en Chambéry, Francia, en 1532. Además, la zona elegida para tomar la muestra está especialmente contaminada, porque ha sido tocada un sinnúmero de veces para exponer la Síndone. Leoncio Garza-Valdés y Stephen Mattingly, dos microbiólogos del Health Science Center de la Universidad de Texas, en San Antonio (EE UU), se dieron cuenta de que algunas de las fibras de la Síndone, justo en la zona de la muestra tomada para la datación, están recubiertas con una pátina de bacterias y hongos que no se puede quitar con los métodos de limpieza convencionales. Esta pátina también puede alterar la datación en 500-600 años.
Una investigación espectroscópica realizada por el bioquímico Alan Adler, de la Universidad Western Connecticut State en Danbury (EE UU), se ha revelado particularmente interesante: al parecer, las muestras del Santo Sudario utilizadas para el análisis de radiocarbono no son representativas del resto de la tela. Adler considera que se trata de una restauración y, a tal efecto, ha señalado: «Esta es sin duda una zona que ha sido reparada». Los sindonólogos Joseph Marino diferencias en el color, el grosor y la disposición de los hilos. Sus investigaciones han sido confirmadas por el químico Raymond Rogers, del Laboratorio Nacional de Los Álamos (EE UU). Asimismo, se han efectuado numerosas críticas respecto al análisis estadístico de los resultados. En consecuencia, no se puede situar la confección de la Sábana Santa hacia la mitad del siglo XIV, según la datación por radiocarbono realizada en 1988y Sue Benford han proporcionado una serie de pruebas sobre la existencia de un remiendo «invisible» del siglo XVI en la zona donde se tomó la muestra.
Si (
No(
