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DEDICADO A LA TARDE QUE JUAN VALDERRAMA HOMENAJEÓ A MUJERES DE CARNE Y VERSO, por Sonia Mª Saavedra de Santiago

DEDICADO A LA TARDE QUE JUAN VALDERRAMA HOMENAJEÓ A MUJERES DE CARNE Y VERSO, por Sonia Mª Saavedra de Santiago
viernes 27 de mayo de 2022, 08:55h
DEDICADO A LA TARDE QUE JUAN VALDERRAMA HOMENAJEÓ A MUJERES DE CARNE Y VERSO, por Sonia Mª Saavedra de Santiago

El pasado día 24, en el Salón de actos Isaac Peral del antiguo CIM de Cartagena (actual UPCT) el músico Juan Valderrama, acompañado por Mercedes Luján a la guitarra y por la chelista Cari Rosa Varona, ofreció un magnífico recital con poemas de Elvira Sastre, Gloria Fuertes, Josefina de la Torre, Concha Lagos, Pilar Pasamar, Delmira Agustini, Ángela Figuera, Rosalía de Castro, Gabriela Mistral y Joanna Raspall. Mientras escuchaba sus canciones no pude evitar tomar notas y hoy, a medio camino entra la mera anotación y la improvisación, rindo homenaje a todas esas mujeres que han escrito y a este encantador músico que vela por su recuerdo.

¿Dónde está ese puente por donde nada pasa? Lo que pasa es que una mujer de pelo corto y cuentos infantiles confesó que estaba enamorada. Lo que pasa es que te quiero, nos dijo Gloria y, mientras tanto, alguien vela los recuerdos de un café que ya es pasado.

Nadie de ti sabía, todo estaba cambiado, canta el poeta junto al mar,

y JOSEFINA se pierde como un pájaro ciego entre los sueños.

Ningún amanecer te trajo sobre la espuma porque sólo hubo silencio, y aún me duelen los silencios de cada despedida en que no dijimos nada.
CONCHA LAGO le cantó al mar y a los sueños que alcanzaron orillas, mientras Pilar Pasamar esperó en vano que su sueño regresara. Los versos de Rosalía de Castro tomaron el ritmo de una farruca cantada en gallego y, en una simbiosis perfecta entre Norte y Sur, se escucharon palabras dedicadas al lugar más hermoso que hubo en la tierra.

Delmira escribió los cálices vacíos y la memoria de esta tarde maldice las manos que mataron sus recuerdos. Angela Figuera no quiere porciones de tierra ni lágrimas secretas ni carteles que manden ni que nos tapen la boca al decirnos te quiero.

Gabriela Mistral nos habló de besos: de besos prohibidos, de besos que hieren y de algunos que parecen azucenas porque son blancos como la pureza.
Joanna, en su poema Podries, nos recuerda que hay tantas maneras de decir sí como lenguas hay en esta tierra y así, con este canto de empatía y solidaridad llega el fin de una velada con mujeres de carne y verso.

Valderrama, se despide, y, antes de decir adiós, rinde memoria al padre que cantó a los corazones que emigran, no sin antes recitarnos unas palabras que me descubren la primera canción que le escuché y que el tiempo no ha devorado todavía. ¡Quien me lo iba a decir, tan poca cosa...!

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