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Aunque eran todos los que estaban, no estaban todos. Faltaban cuatro millones de votantes.

Aunque eran todos los que estaban, no estaban todos. Faltaban cuatro millones de votantes.
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martes 12 de septiembre de 2017, 09:49h
El independentismo toma las calles haciendo suya la Diada, una fiesta que si antes era de todos los catalanes, ahora ya no. Los separatistas se han adueñado de la fiesta grande, donde los que entienden que Cataluña es España no asistieron.

Los separatistas han hecho del acto de la Diada un acto independentista, repudiando en el mismo a quienes no piensan que España y Cataluña tienen que separarse. Si de los cinco millones de votantes que tiene Cataluña , ayer un millón fue a la manifestación, faltaron cuatro millones. Si de los siete millones de habitantes que tiene Cataluña, ayer fue uno a las manifestación faltan seis. Resulta obvio que por grande que la manifestación fuese, los asistentes no representaban a la mayoría de la ciudadanía catalana.

Pero ayer la fiesta catalana en plaza Catalunya se convirtió en una manifestación política en la que reivindicar el 1-O. A diferencia de otros años, no estuvieron todos, faltaron los partidos calificados como unionistas que representan al 53% del electorado, estos fueron marginados. Solo estuvieron los presidentes de las tres entidades soberanistas, ANC, Òmnium y AMI, haciendo valer su fuerza en las calles, mostrando su apoyo al Govern, mandando un aviso al gobierno central y echándole un pulso al Constitucional con su slogan “votarem” como consigna más usada, convencidos y dispuestos a que el primer domingo de Octubre, se abran los colegios electorales y se pongan las urnas.

El presidente de la ANC, Jordi Sánchez, ha sido claro: “Nos declaramos insumisos a los Tribunales y Gobiernos que sólo quieren preservar la indivisible unidad de la patria” , un mensaje directo al gobierno . “La única legalidad que reconocemos es la que emana del Parlament Catalán” en apoyo al Govern y “Las decisiones del Tribunal Constitucional ya no vinculan” en evidente desacato al TC, máximo órgano judicial, aunque en su discurso ha tenido para todos, incluidos los líderes catalanes que representan el 53% del electorado catalán. “La democracia siempre ha estado del lado de las urnas”, ha dicho en referencia a Miquel Iceta, Inés Arrimadas, Joan Coscubiela y Xavier García Albiol a los que ha pedido "no esconderse tras el ruido parlamentario y ponerse del lado de la democracia”. “Si la legalidad se debe proteger de las urnas, ¿qué tipo de legalidad es?”, ha preguntado a los congregados vistiendo de democracia la decisión unilitareal de la mayoría parlamentaria que representa a la minoría de votantes de cataluña. Pero en su incendiario discurso ha tenido también palabras para aquellos que no son catalanes a los que se ha dirigido como “demócratas de España” para decirles "que si ahora no protegen el derecho a la autodeterminación de Catalunya como un derecho fundamental, mañana la Guardia Civil entrara en las imprentas y periódicos de Sevilla, Zaragoza o Madrid” y por si fuera poco para calentar más el ambiente a la propía Guardia Civil, a la que con gran ironía ha dicho " sabíais donde estaban las urnas y las papeletas. Las encontrareis el 1 de Octubre en cualquier colegio electoral, pero llenas de votos”

Jordi Sanchez no ha sido él único, durante su intervenciónNeus LLoveras, presidenta de la AMI, ha acusado al Estado "de hacer una regresión hacia el franquismo” y se ha preguntado “¿Podremos votar con normalidad en Tarragona, Barcelona o Lleida?" para añadir dirigiéndose a los alcaldes que se han colocado del lado de la ley "Ahora es el momento de implicarse con la democracia, escuchen sus ciudadanos que quieren votar”.

Llegado el turno del presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, éste ha asegurado en su discurso que el pueblo catalán “ya se ha autodeterminado y no reconocemos los tribunales españoles porque ya hace tiempo que han dejado de defender los intereses de los ciudadanos de Catalunya”. “Estamos en un cruce histórico o urnas o depresión; o acabar con el régimen del 78, o ser un autonomía intervenida por las cloacas del Estado”. " Esta será la revolución de las urnas”.

Sin embargo quién más ha sorprendido ha sido la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, tan ambigua como insegura, nadando en dos mares distintos, el del sí al referendum y el del no al referendum acatando la sentencia del Constitucional. Por un lado le ha reprochado a Junts pel Sí que el referéndum convocado para el 1 de octubre deja fuera y atrás a la mitad del pueblo de Cataluña "y eso no lo podemos permitir" dijo mientras que en un acto en Can Zam, en Santa Coloma de Gramenet, organizado por Catalunya en Comú ha asegurado "que hará todo lo posible para que los ciudadanos de Barcelona puedan votar.

Ada Colau ha estado arropada por Pablo Iglesias y la plana mayor de la ejecutiva estatal de Podemos que han insistido en su estrategia de arremeter y culpar a Rajoy de la situación que vive Cataluña así como al PDeCAT, por acusarles estos, de cobardes al no respaldar abiertamente la consulta. Así Xavier Domenech ha dicho lanzando una puya a los antiguos convergentes que "No aceptamos lecciones de nadie, y menos de convergentes que hasta hace dos días no tenían ni idea lo que era la desobediencia civil" " ¿Dónde estaban cuando defendíamos los derechos sociales los señoritos de Convergència? Firmando leyes con el PP". Por su parte Colau ha criticado al Gobierno de Mariano Rajoy al que ha acusado de "esconderse detrás de jueces y fiscales para no escuchar a la ciudadanía de Cataluña".

Podemos ha preferido nadar y guardar la ropa dividiendose en dos para estar en todos lados y en ninguno claramente, acudiendo, por un lado, a Santa Coloma, y, por otro, al mitin de Podem en el que ha participado frente al edifico de la Bolsa donde un Iglesias desubicado aunque en tono conciliador ha defendido la necesidad de seguir construyendo En Comú Podem para crear una nueva mayoría en Cataluña que sirva también para desplazar a Rajoy del Gobierno, tras acusarle " de haber encendido a la ciudadanía catalana tras el debate del Estatut", aunque evitando eso sí entrar a analizar el referéndum convocado por Puigdemont. Durante su intervención ha invitado al PSOE y a Esquerra a sellar un nuevo compromiso para expulsar a Rajoy de La Moncloa. "Tarde o temprano el PSOE tendrán que aceptar que en Cataluña tendrá que haber una consulta", ha dicho recordando que ganó las primarias con mensajes en favor de la plurinacionalidad. "No es imposible imaginar un gobierno progresista en Cataluña y otro progresista en España para que haya un referéndum. Trabajaremos en esa dirección. Aceptaremos siempre lo que decida el pueblo de Cataluña", ha dicho posicionándose en una ambiguedad tan poco creible como peligrosa. Si se trata de una extrategia o no ya lo veremos. Lo que está claro es que Podemos está jugando con fuego para defender a su socia Ada Colau que ayer mañana en la ofrenda frente al monumento de Rafael Casanova, insistió en buscar una fórmula legal que le permita facilitar la participación de los catalanes en el referendum sin poner en riesgo a los funcionarios. Posición por la que le siguen lloviendo las críticas. Así Marta Pascal, coordinadora general del PDeCAT, la ha acusado de “ponerse del lado el Tribunal Constitucional” y los partidos llamados unionistas de no definirse claramente de si está del lado de la legalidad.

“Creo que una persona que siempre ha dicho que estaba a favor de las movilizaciones populares, sería un poco extraño que ahora se ponga de perfil. No cabe la equidistancia. O estás con los demócratas o no estás con los demócratas y las urnas, y supongo que no querrá quedar al lado del PP”, ha atacado Marta Pascal, ante lo que la alcaldesa de Barcelona le ha respondido que "mientras muchos de los integrantes de mi partido estaban en la calle denunciando las políticas laborales del Partido Popular, vosotros estabaís apoyándolas en el Congreso de los Diputados".

La situación de los Comun y de Ada Colau, no es fácil. Es ella la que puede volcar la balanza a favor de unos o de otros, permitiendo o no abrir los colegios electorales en la capital catalana. Las presiones de un lado y otro no se han hecho esperar, muestra de ello es el ataque de Miquel Buch, alcalde de Premià de Mar y presidente de la Asociación Catalana de Municipios que ha calificado de “fatalidad y error político” la decisión de muchos alcaldes como la alcaldesa de Barcelona de no colaborar con la logística del 1 de octubre. “Ya hay una fórmula para poner las urnas con amparo legal, no caben excusas”.

En este ambiente y frente al monumento de Rafael Casanova con un público entregado al independentismo, Colau e Iglesias han escuchado como la gente les silbaba y gritaba unas veces “Votaremos” y otras “fuera”. Gritos y abucheos de los que no ha escapado Miguel Iceta que ha dicho: tras depositar la ofrenda: "Es un día para criticar a los que quieren dividir nuestro país entre buenos y malos, entre traidores y buenos patriotas, entre súbditos y ciudadanos, entre los que están a favor de una posición u otra. El país lo es de todos y lo debe seguir siendo”, mientras Núria Marín, alcaldesa de Hospitalet le ha reprochado al presidente Carles Puigdemont : "A ver si dejáis tranquilos a los alcaldes".

Con este ambiente de fondo y retrasando su incio, a las cinco y cuartoha dado comienzo la manifestación independentista de la Diada, en su sexta edición consecutiva con tintes más que de fiesta de todos, político-reivindicativa. Las grandes pancartas situadas una en cada extremo han comenzado a avanzar hasta unirse en el cruce de las calles Aragó y el paseo de Gràcia. Junto a ellas se ha unido una estelada gigante, momento en el que han estallado los gritos de ‘independencia’ y de ‘queremos votar’ y los asistentes se han ido poniendo la camiseta con el mensaje del sí con la que han inundado las calles de esta Barcelona distinta de aquella otra que recibiera a Tarradellas presidente de la Generalitat en el exilio desde 1954 a 1977, año en el que volvió a Cataluña para ejercer el cargo de forma provisional hasta la celebración de elecciones en 1980.

Josep Tarradellas miembro de ERC defendió una postura republicana y catalanista, pero contraria a la independencia, argumentando en este sentido que no se debía culpar al Estado de los problemas que padecía la región. "Yo no creo en lo que llaman países catalanes. No, eso no existe", afirmó el 18 de octubre de 1978 en un encuentro con periodistas, aunque su frase más recordada y a cuento con lo que se vive hoy en Cataluña pueda ser: "En política se puede hacer todo, menos el ridículo". Frase de la que deberían tomar nota muchos de los políticos como Rajoy que por incompetencia y dejación es culpable de la situación que vivimos, o Mas, Puigdemont, Junqueras o Rufian entre tantos más por anteponer sus deseos de poder e intereses a los del resto de ciudadanos, mostrándose incapaces de sentarse a dialogar en busca de una solución política y pacífica.

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