De manera especial en este año 2021 tras la exitosa gestión que el Gobierno de Taiwán ha realizado de la pandemia de la covid-19, con poco más de 2.000 casos registrados y 12 fallecidos a mediados de mayo, la sanidad de Taiwán se ha ganado el reconocimiento de la comunidad internacional, evidenciando que su exclusión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) provoca una fisura de irreparables y perjudiciales consecuencias en el sistema sanitario internacional.
La actual administración estadounidense ha mostrado en 2021 un apoyo más fuerte que nunca a Taiwán. El Secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, ha manifestado al respecto que “no existe ninguna justificación razonable” para la exclusión de Taiwán, y ha instado a la OMS a que restaure el lugar apropiado de Taiwán y lo invite a participar como observador en la AMS.
El Parlamento Europeo dictó el pasado mes de enero tres resoluciones a favor de la presencia de Taiwán en la OMS, y el Senado francés ha adoptado más recientemente una resolución para apoyar la participación de Taiwán en las actividades de organizaciones internacionales, entre ellas la propia OMS.
Por su parte, los ministros de Relaciones Exteriores de las naciones del G7 han manifestado su apoyo a la "participación significativa" de Taiwán en los foros de la OMS y su Asamblea, subrayando al mismo tiempo la importancia de la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwán.
Los resultados de Taiwán en el manejo de la crisis de la covid-19 durante el último año han demostrado que excluir a Taiwán de las discusiones sobre salud pública y prevención de enfermedades no solo es perjudicial para los derechos de los 23,5 millones de taiwaneses, sino que también supone privar a la comunidad internacional del conocimiento y la experiencia que Taiwán podría aportar.
Porque a su sólida y eficaz gestión de la pandemia, Taiwán añade su ejemplo de solidaridad con la comunidad internacional mediante la implementación durante 2020 de sus lemas “Taiwán puede ayudar” y “Taiwán está ayudando”. Gracias a ello, Taiwán donó el año pasado un total de 54 millones de mascarillas quirúrgicas a más de 80 países, medio millón de los cuales fueron destinadas a España. Y más recientemente, Taiwán ha enviado a la India, uno de los países que más ferozmente está siendo ahora golpeado por la pandemia, un primer lote de suministros médicos que incluye 150 generadores de oxígeno y 500 cilindros de oxígeno.
El llamado “modelo de Taiwán” para el control de la pandemia se ha sustentado en cinco claves: experiencia, pues sufrió otra epidemia similar, la del SARS, en 2003; rapidez de respuesta, porque estableció de inmediato control de fronteras; aplicación de la tecnología moderna, porque creó un efectivo Big Data para detectar casos sospechosos y utilizó el GPS para controlar y proporcionar apoyo a las personas que necesitaban hacer cuarentenas; transparencia, porque mantuvo a la población bien informada, y colaboración ciudadana, porque la población respondió con aceptación y eficacia ante tales medidas necesarias.
Durante 2020, y gracias a la óptima gestión de la pandemia, la economía de Taiwán apenas se vio afectada. Desde el principio, no hubo necesidad de confinar a la población, ni de cerrar empresas, comercios o negocios. Su economía cerró 2020 con un crecimiento del 3,11 por ciento, convirtiéndose en la economía de mejor desempeño de Asia. Y para el año 2021, el pronóstico de crecimiento es del 4,64 por ciento.
Adhiriéndose al nuevo lema #LetTaiwanHelp (“deja que Taiwán ayude”), Taiwán ha hecho durante los últimos meses un llamamiento a la comunidad internacional reclamando su apoyo a la participación de Taiwán en calidad de observador en la Asamblea Mundial de la Salud que se va a celebrar del 24 de mayo al 1 de junio de 2021. Aun así, un año más China hasta el momento está impidiendo la participación de Taiwán.
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