Tres meses después de poner pies en polvorosa, el viaje del emérito no tiene pinta de acabar. Dicen que cuando Juan Carlos se fue el billete era de ida pero no de vuelta, por el riesgo de que su regreso pusiera en peligro la continuidad de la Corona.
Ahora según algunas informaciones, El emérito estaría aburrido y buscando nuevo destino.
El exjefe de Estado vive a todo lujo, pero solo en el hotel ‘Emirates Places’ donde se aloja, exiliado sin serlo pero dando por hecho la dificultad de volver a España como había anunciado para el 14 de noviembre.
Será dificil su retiro en Sanxenxo como había previsto después de que los acontecimientos se hayan precipitado y los escándalos aumentando.
Entre los destinos en los que podría recalar está Florida o la República Dominicana donde gozaría de la hospitalidad de los reyes del Azucar, los hermanos Fangul
En Zarzuela hay miedo, miedo a que regrese vivo y coleando poniendo en peligro la continuidad de la Monarquía. Tal vez por ello prefieren callar, esperar a que la tormenta amaine y los medios dejen de hablar del que fue rey durante casi 40 años y utilizó España como una sociedad anónima.
Si Juan Carlos puede haberse cargado el futuro de la institución, el actual Rey ayuda a ello al no exigir a su padre explicaciones de cuanto su padre ha hecho siendo el Jefe del Estado y la devolución de lo defraudado. Algo que debería haberle pedido el pasado 15 de marzo cuando por carta Felipe VI renunciaba a la herencia de su padre y anunciaba la retirada de su asignación económica procedente de los Presupuestos de la Casa, adalantándose a la información que iba a aparecer en distintos medios y de la que él tenía conocimiento desde un año antes.
Ahora desde el gobierno algunas fuentes aseguran que : "Se está planteando la opción de que Juan Carlos renuncie de una vez por todas al título de rey" algo que no hace gracia ni al Padre ni al hijo.
Por el momento y mientras el emérito siga lejos, en Zarzuela creen posible manejar la situación siempre y cuando no aparezcan más escándalos. Así mientras Juan Carlos busca un nuevo exilio y muestra su nula predisposición a devolver lo que se ha llevado al bolsillo de forma ilícita, Felipe no se atreve a dar el paso y exigir su devolución a las arcas del Estado.
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