La política hídrica central que tiene como vértice regional el Trasvase Tajo-Segura lleva de cabeza a los regantes, agricultores, empresarios agroalimentarios y cómo no, a la clase política regional representada por PSOE y PP. Empresarios y dirigentes del PSOE no acaban de ver cuando concluirá el culebrón oficiado desde las alturas socialistas madrileñas para desesperación de los correligionarios murcianos y alegría de los dirigentes populares que se frotan las manos con la errática estrategia monclovita, cuya correa de transmisión es la Vicepresidencia de Transición Ecológica y como ariete delegado de la misma, el Secretario de Estado Hugo Morán, que a su vez cuenta con un nutrido grupo de ecologistas militantes murcianos del PSOE, incrustados en la sede de Princesa. Todo ello, para enojo supino de quienes defienden otras tesis menos extremas. Y en medio de toda esta vorágine queda el líder regional Diego Conesa, trabajador incansable donde los haya pero posiblemente cansado de los contínuos vaivenes capitalinos que, lejos de ayudar, solo sirven para aumentar el desencanto de la militancia con este tipo de decisiones. No es la primera vez que los sufridos socialistas relacionados con el agua le han hecho ver a Conesa la imperiosa necesidad de plantarse ante Madrid, señalando que el PSOE se está desplazando muy a la izquierda, abandonando el siempre necesario centro político. Para ejemplo, las recientes encuestas que le sitúan a la baja en dos diputados frente a la subida del PP.