al reencuentro por el tiempo, de dos viejos enamorados.
Como árboles milenarios entrelazados
que nunca podrán ser quemados.
Como niños,
perdiendo la noción de los años
y jugando hasta la extenuacion para ser eternos amigos ,
de pactos sinceros,
de sonrisas y abrazos.
Así me siento yo con tu altanera nobleza
tras haberte conocido,
y al estar contigo,
cuando te huelo y miro,
notando tu verde presencia tras haberte mimado,
y recogido.