Quienes piensen que han firmado la paz, se equivocan. Lo de Pedro Sánchez y Susana Díaz es una tregua temporal y visceral, la procesión va por dentro, entre las tripas.
El presidente del Gobierno, ha abierto la precampaña electoral este sábado en Sevilla, donde ha participado junto a Susana Díaz en la presentación de Juan Espadas como candidato a repetir alcaldía en la capital andaluza.
“Quiero que sepa todo el mundo que estamos juntos y estamos unidos, lo estamos”, ha lanzado el líder socialista para cerrar filas ante la carrera hacia el 28 de abril. Juntos pero no unidos, juntos pero sin compartir la autoproclamación de Susana Díaz como próxima candidata a dirigir el PSOE andaluz y presidir la Junta. Ese puesto ya tiene titular y es Maria Jesús Montero.
Pedro Sánchez ha hecho de tripas corazón y se ha tragado la humillación de compartir escenario con aquella que exigía verlo muerto ( Susana Díaz) y la que se proclamó máxma autoridad socialista ( Verónica Pérez) ocupando su despacho en Ferraz.
Susana tan cínica como de costumbre se ha erigido como lider indiscutible del socialismo andaluz, a pesar saber que la militancia no está dispuesta a que siga. Muestra de ello ha sido la interrupción constante de los convocados al grito de “presidente, presidente”, gritos dirigidos a Sánchez.
Sánchez busca en esta alianza que los que votaron a Susana no le castiguen con la abstención. Tiempo habrá tras las Generales de decirle a la baronesa andaluza, se te pasó el arroz.
“Si nosotros no vamos, ellos volverán”. “Tres derechas, dos gobiernos y un guirigay”. "España en blanco y negro, aborto, cunetas, de “la verdad” , lo típico de Susana y nada que no hayamos oído. Añadió además palabras envenenadas a pesar de parecer una muestra de cariño, “compañero” y “amigo”.
No hay pacto, solo hay tregua, Susana nada y guarda la ropa, quiere seguir dirigiendo Andalucía. Así si Sánchez gana las generales debe parecer que las guerras de atrás han quedado en el olvido y que está entregada a su lider. Si Pedro pierde volverá a lanzarse a su yugular. Pedro lo sabe y sabe que ahora toca esperar, tragar sapos y culebras.
Lo que pase después dependerá del resultado de las Generales, aunque no habrá ningún movimiento hasta después del 26 de mayo, una vez que en Andalucía se hayan celebrado europeas y municipales. Ese es el timpo de liderazgo de Susana que no ha leido, Manual de resistencia.
Pedro Sánchez ha aceptado la tregua, pero el mensaje de unidad es puro paripé. “Quiero que sepa todo el mundo que estamos juntos y estamos unidos, lo estamos”. No puede haber paz con traidores en las filas y Sánchez lo sabe.
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