Ahora, más de medio siglo después investigadores de la Universidad de Manchester han logrado reconstruir en un modelo 3D, y a partir del cráneo (que mide algo menos de un metro), como era la cabeza de este animal de tiempos remotos.
Gracias a la reconstrucción, los investigadores han podido obtener datos inexistentes hasta ahora. Por ejemplo, como eran los canales internos de los huesos, en los que se encontraban los vasos sanguíneos y los nervios.
Además, siempre se había creído que se trataba de un ejemplar de ictiosaurio común. Peor ahora, ya se sabe que pertenece a una variedad más rara conocida como Protoichthyosaurusprostaxalis.