El PSOE no quiere que el tema del máster de Cristina Cifuentes quede en agua de borrajas. Por tal motivo ayer registró una moción de censura en la Asamblea de Madrid para desalojar del poder a la presidenta regional. «Vamos a intentar que no acabe esta legislatura», aseguró ayer Pedro Sánchez. Las explicaciones que de la dirigente popular en la Cámara a lo largo de estos dos últimos días no han convencido en Ferraz, y su grupo parlamentario, cumpliendo con su palabra, moverá el árbol para ver si cae una fruta que, a sus ojos, está entre madura y podrida. Y en caso de que esa manzana resista, al menos meter a otra en problemas.
Pero Ciudadanos el grupo al que se le llena la boca diciendo estar en contra de la corrupción se ha convertido una vez más en el parapeto del PP.
Ni las dos últimas novedades, como la declaración de una profesora involucrada de que no ha formado parte de ningún tribunal, o que la Fiscalía se decidiese a entrar en el asunto, ha modificado su discurso. No quieren ni oír hablar de la moción. Ayer, su portavoz en la Asamblea, Ignacio Aguado, desempeñó un complicado papel. «Si se confirman las últimas noticias, tomaremos una decisión», aseguró. La prensa apretó. ¿Qué decisión? ¿Abstenerse o votar a favor de la moción? «Vamos a ver, y a partir de ahí, tomaremos una decisión», se enrocó.
Aguado realizó estas declaraciones a la conclusión de la sesión de control de Gobierno a la que se sometió el Ejecutivo de Cristina Cifuentes, que volvió a deparar más de lo mismo de la jornada anterior. La presidenta madrileña considera que sus explicaciones son más que suficientes, y endureció su órdago de que no ha cometido ninguna irregularidad alegrándose de que el asunto haya pasado a manos de la Fiscalía, garantizando que con sus querellas a los periodistas que publicaron el caso, fue ella la primera que trasladó el tema a la Justicia. «Deseo que se clarifique cuanto antes», dijo.
Así la patata caliente está en las manos de Rivera, que ahora deberá demostrar si es o no el delfín de Aznar y si su partido es o no la marca blanca del PP