Existen varios tipos de venta, el más habitual es la preventa mensual, que viene a ser como recibir una pensión todos los meses, lo que una persona puede ganar vendiendo su cuerpo a este restaurante puede llegar a los 30 mil euros.
Esta remuneración tan alta sólo se produce si el “donante” fallece joven y emplea la fórmula de pago con su familia, por la cuál el propio difunto no disfruta del dinero procedente de la venta de su carne, si no su familia.
Para poder cobrar, las personas que venden su carne deben comprometerse a seguir un tratamiento médico especial, que previene el deterioro de la carne cuando la muerte se produce de forma natural y no por sacrificio, ya que sacrificar humanos no es legal en Japón.