Con las manos y los pies esposados, más de 250 venezolanos fueron deportados a El Salvador por Donald Trump. Según el presidente de Estados Unidos, esta acción se justifica por una supuesta vinculación con una banda criminal. Todo esto ha sido posible gracias a una ley del siglo XVIII que el magnate ha utilizado, la cual ha permitido que ni siquiera la prohibición temporal emitida por un juez haya logrado detenerlo.
Una legislación permite a Trump utilizar antiguos poderes bélicos para agilizar las deportaciones. Este es uno de los recursos que ha empleado, resultando en el envío de migrantes a El Salvador, donde serán encarcelados por un Nayib Bukele que los mantendrá en sus controvertidas prisiones a cambio de dinero.
Bukele, en colaboración con Marco Rubio, el secretario de Estado de EEUU, ha señalado que alrededor de 273 migrantes serán afectados por la deportación. Rubio afirma que "El Salvador se ha comprometido a mantenerlos en sus excelentes cárceles a un precio justo, algo que ahorrará dinero a nuestros contribuyentes". Además, describe a los deportados como "extranjeros enemigos" y expresa su agradecimiento hacia Bukele, a quien califica como "el líder más fuerte en el tema de seguridad y un gran amigo de Estados Unidos".
El concepto utilizado por Rubio es el mismo que el de la ley de Enemigos Extranjeros, promulgada en 1798, la cual ha sido empleada por Trump para obtener amplias facultades en la expulsión de personas del país. En términos generales, este dictamen fue creado para ser invocado en caso de que Estados Unidos se vea involucrado en un conflicto bélico o si una nación amenaza con invadirlo. Durante las dos Guerras Mundiales, sirvió como justificación para la detención y expulsión de inmigrantes alemanes, austrohúngaros, italianos y japoneses.
Las deportaciones se producen tras la decisión del juez federal James E. Boasberg de suspender, por un periodo de 14 días, la ejecución de cualquier deportación fundamentada en esa ley, horas antes. Para llevar a cabo esta medida, el magistrado convocó dos sesiones: una destinada a anular cinco deportaciones iniciales y otra para ampliar la suspensión a todas las deportaciones futuras.
Durante una pausa en las audiencias judiciales, dos aviones partieron desde Texas, según lo reporta el portal 'Político'. En esos vuelos viajaban migrantes venezolanos que habían sido deportados. De acuerdo con la base de datos de seguimiento de vuelos, uno de los aviones se dirigía a El Salvador y el otro a Honduras. Cuando el juez emitió la orden, ambos ya estaban en ruta hacia sus respectivos destinos.
A solicitud de una demanda interpuesta por las ONG especializadas en Derechos Humanos 'Democracy Forward' y la Unión Americana por las Libertades Civiles, actuó el magistrado en ese sentido.
Por su parte, Donald Trump ha calificado de "monstruos" a los deportados, quienes supuestamente forman parte del 'Tren de Aragua' y han sido enviados a El Salvador para ser encarcelados bajo el mandato de Bukele. Además, ha utilizado esta situación para criticar a Biden y a la izquierda.