OPINION

EL EQUILIBRIO ENTRE LA JUSTICIA Y LA INJUSTICIA, por Juan Saborido Gago extrabajador de VEIASA-ITV-METROLOGIA

“Nada cambiaría mientras el poder siga en manos de una minoría privilegiada” (George Orwell – 1974)

Miércoles 30 de octubre de 2024

Deseo comenzar este artículo, partiendo de una realidad que, para mi me resulta difícil darle un nombre concreto que la defina, en este sentido el sociólogo Zygmunt Bauman acuñó el término “modernidad líquida” o sociedad líquida, probablemente este sea, hoy por hoy, el modo más adecuado que la defina. Hasta no hace mucho tiempo, aquellas realidades que para nosotros eran “sólidas” como el trabajo, el matrimonio para siempre, la vivienda en propiedad, la justicia, la libertad, etc. se han desvanecido dando paso a un mundo mucho más incierto, precario y provisional, siempre con la ansiedad de lo novedoso y con la sensación de un cansancio agotador. Quiero esbozar la realidad de ciertas actuaciones que me entristecen, en concreto la de una empresa que era modelo de la Junta de Andalucía, VEIASA.



El equilibrio es uno de los sentidos que hace que nuestra vida sea posible, cuando lo perdemos, lo pasamos bastante mal. En física es referida como: el estado de un cuerpo en el que las fuerzas que actúan sobre él se anulan y su representación más familiar es la balanza. En cuanto al equilibrio, desde la física, existen como tres estados del mismo: el del equilibrio estable, cuando el cuerpo retorna a su posición de estabilidad una vez que las fuerzas dejan de actuar sobre él. El equilibrio inestable, cuando el objeto se mantiene en reposo mientras actúa sobre las fuerzas que lo compensan, de manera que cuando dejan de actuar se desequilibran. Y el equilibrio indiferente, que es cuando el objeto es capaz de perder su posición de reposo y alcanzar una posición nueva de manera espontánea, sin necesidad de que una fuerza actúe sobre él.

Si lo aplicamos a nuestra vida cotidiana podemos encontrar estos tres estados en muchas situaciones cotidianas, de hecho, existen fuerzas internas y externas que provocan situaciones donde la vida se tambalea. Me podrán decir que son figuraciones o ensoñaciones, pero la realidad es superior a la ficción, y lo podemos constatar a través de los hechos, que, aunque se quieran manipular resulta del todo imposible, ya que se encuentra expuesta a la luz pública de todos, otra cosa es que no se acepte, o se mire hacia otro lado, como suele ocurrir con más frecuencia de lo habitual.

Verán, cuando veo ciertas noticias, me resultan cada vez más difícil entenderlas, sobre todo cuando hacen referencia a la política y más aún cuando afecta al mundo laboral. Se supone que ante ciertas fuerzas que tiran hacía un lado, debe de haber otra que la contrarresten. Pongo por caso la actuación de las fuerzas sindicales, en la defensa de los trabajadores; dichos representantes, en las negociaciones, son fuerzas que deben contrarrestar los embates capciosos de los empresarios, para así poder mantener un equilibrio, si no se produce esta fuerza, el fracaso está asegurado.

Vengo a exponer el caso de la empresa en la que estuve trabajando, VEIASA en la que hubo tiempos en qué esas fuerzas se encontraban contrarrestadas. Pero con el paso del tiempo, aparecen en los medios de comunicación informaciones, en la que ciertos señores que representan a las siglas históricas de UGT y CCOO que se suman al CSIF y están defendiendo, al parecer de tapadillo o por ignorancia supina, los intereses del empresario, y por ende a la actual administración de la Junta de Andalucía, sin mirar el daño que puedan producir a sus representados. Puedo entender que en el transcurso del tiempo las relaciones se enturbien ya que somos seres humanos. Pero lo que no puedo entender es que sus representantes estén siendo manipulados por una dirección de empresa y una administración cuyo único fin sea la privatización, como está ocurriendo con Metrología, donde como único freno esta la CGT y verificadores individuales que logran victorias judiciales doblando el pulso a VEIASA y la Junta, como la Sentencia conocida del compañero de Almería donde se le ha de reponer en su horario de mañana. En este caso las fuerzas que deberían ser antagónicas se unen y producen un desequilibrio en detrimento de sus representados.

Para ello, es necesario tener los “redaños” suficientes para tratar a estos supuestos lideres sindicales y empresariales, de la nueva hornada, que inflaman sus egos y credenciales enarbolando la justicia por bandera. Entonces surge la pregunta ¿Dónde está la justicia?

Hoy es difícil responder con claridad a esta cuestión, incluso en la antigüedad esto era un tema de debate candente, pero cuando surgía, se realizaba con argumentos y no insultos; en el libro segundo de La República o El Estado se entabla un diálogo, entre Glaucón y Sócrates sobre el significado de la justicia y la injusticia, del que destaco este breve apartado “El gran mérito de la injusticia consiste en parecer justo sin serlo. Supongamos, como he dicho, que es capaz de una injusticia perfecta, y que cometiendo los más grandes crímenes sepa crearse una reputación de hombre de bien; que si llega a dar un paso en falso se rehaga inmediatamente; que sea tan elocuente que convenza de su inocencia a los mismos ante quienes sus crímenes habrán de acusarle; bastante atrevido y poderoso, ya por sí mismo, ya por sus amigos, para conseguir por la fuerza lo que no podría obtener de otra manera. He aquí el hombre injusto.” ¿Os suena esto de algo? Seguro que sí y si le poneis rostro aún os resultará más, aunque no sean tan refinados y mucho menos inteligentes.

Pero voy a la causa que origina tal contubernio. Cuando se llega a tal estado de inoperancia, esto no es debido a la casualidad, sino por determinados acontecimientos que se suceden en el tiempo, que producen una disfunción casi patológica. Para ello, emplearé tres términos significativos de la física, que pueden dar cierta luz, se trata de la entropía, la homeostasis y la decoherencia.

Todos sabemos que hemos entrado en un incipiente siglo XXI realmente confuso, yo diría que dando traspiés desde el siglo XX, donde todo parece enmarañado, donde el ciudadano de a pie, en el que me incluyo, no entiende nada, tanto a nivel internacional, como nacional, autonómico o local le voy a dar forma argumentaría.

El término entropía fue acuñado por el físico alemán Rudolf Clausius, al darse cuenta de que cualquier proceso irreversible, siempre se desprendía una cierta energía fuera del sistema. Este término se emplea en varias disciplinas, como la física, las matemáticas, la astrofísica, la lingüística; todas dentro del campo del saber y señala explícitamente el desorden al que tiende un sistema. En termodinámica postula “que, dado un periodo de tiempo suficiente, los sistemas tenderán al desorden, por tanto, ese potencial de desorden será mayor en la medida en que esté más próximo al equilibrio. Por tanto, a mayor equilibrio mayor entropía. Pero además este término es aplicable al sistema político, y a los diversos sistemas sociales, por ende, a las relaciones humanas, ya que estamos hablando de equilibrios de sistemas.

El segundo término en cuestión, es, la homeostasis, esta es una propiedad de los organismos y consiste en la capacidad de mantener unas condiciones estables, compensando los cambios externos mediante el intercambio de regulación de la materia, es decir la autorregulación, en otras palabras, la tendencia al equilibrio. Si aplicamos este término al mundo social veremos que existen factores que lo alteran, los cambios, las reglas, los roles, los patrones, los egocentrismos, y un largo etc. por panto su característica fundamental es la de estar en un continuo estado de vigilancia. Si vivimos distraídos o lo que es peor como ignorantes, ese equilibrio jamás se producirá por no estar atentos.

Por último, tenemos esa palabreja la decoherencia, que es un término que se emplea en la mecánica cuántica, y para ser sinceros es complicada para un neófito como yo, pero puedo decir, de una forma simple, que ésta describe el momento en que un sistema que estaba equilibrado pierde su coherencia debido a presiones externas. Aplicándolo al sistema social, la decoherencia ocurre cuando una comunidad o un grupo que estaba compartiendo ciertos valores, normas objetivas, comienza a fragmentarse debido a presiones externas. Cuando esto ocurre y se mantiene en el tiempo, lo siguiente que ocurre es la polarización y los conflictos, por lo que, se hace no ya difícil, sino, casi imposible solucionar situaciones comunes.

Estas tres acepciones hacen referencia de forma pormenorizada al equilibrio de un sistema y a las causas que lo sacan de dicho estado.

He querido que estas acepciones enmarquen el fondo de esta empresa llamada VEIASA, como las causas profundas del desequilibrio producido, por fuerzas, que en teoría tenían que ser contrapuestas para que se diese un cierto equilibrio, sobre todo por parte de la administración encabezada por el Sr. Jorge Paradela Gutiérrez, (Concejero de Industria) el Director General de VEIASA nombrado por ellos el Sr. Alfonso Lucio-Villegas Cámara y los representantes de las secciones sindicales del CSIF contrario a la huelga y siempre de acuerdo con los jefes, se suman ahora UGT y CCOO, que han unido las fuerzas en una sola dirección, produciendo un caos en la marcha de una empresa líder del sector. Y para colmo con un Presidente de la Junta, el Sr. Juanma Moreno Bonilla con claros deseos de convertir esta empresa en algo privado, como está haciendo con la sanidad, además, es curioso que este señor hacía alarde de “quitar los chiringuitos”, más bien parece, que los fomenta. Si buceamos o miramos “debajo de las alfombras” tal vez encontremos mucha suciedad y personajes con muchos egos disfrazados de banderas de justicia y de honor.

De hecho, lo más penoso de todo este fiasco, es la pésima labor sindical, que, en vez de mantener los beneficios obtenidos en años de lucha o incluso de mejorarlos con la muy importante movilización ultima, se dilapiden, para ello, nada más que tenemos que ver los “preacuerdos con la administración” publicado en este diario el 19 de octubre de 2024, gracias a la CGT, sin ni siquiera valorar sus consecuencias.

“El sindicalismo nace con el propósito noble de defender los derechos de los trabajadores y a los obreros del abuso patronal. Tristemente hay sindicalistas que esclavizan a personas con engaños y mentiras usándolos para su propios beneficios y logros personales.” (P. Sosa)


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