NACIONAL

Jesús Pradales declarado culpable de homicidio doloso por la muerte de Juana Canal tras 16 años de investigación

Viernes 27 de septiembre de 2024
Aunque la causa de muerte no se determinó, se concluyó que actuó con intención. La defensa pidió 10 años, mientras que la acusación solicitó 15 años de prisión.

Jesús Pradales ha sido declarado culpable por unanimidad por el jurado popular del homicidio doloso (intencionado) de Juana Canal, quien era su pareja y desapareció en 2003. No fue hasta 2019 que se hallaron sus huesos y se reabrió la investigación del caso.

La lectura del veredicto, dictado por los nueve miembros del jurado, ha tenido lugar en la Audiencia Provincial de Madrid. Estos han llegado a la conclusión de que el acusado actuó con intención al matar a la víctima o, al menos, era consciente de que podría causarle la muerte.

Se ha establecido, además, que la agravante de parentesco se aplica en este caso, tal como sostenían tanto la Fiscalía como la acusación particular. Esto se debe a que en ese momento ambos eran pareja y aún no se había legislado sobre la violencia de género, lo que impide considerar este tipo de agravante.

La defensa, que en un principio solicitó la absolución del acusado al argumentar que se trató de una muerte accidental, ha solicitado ahora una condena de 10 años de prisión. Por otro lado, tanto la acusación particular como la Fiscalía han reiterado su demanda de 15 años de cárcel por homicidio doloso para el imputado.

Por unanimidad, el jurado ha confirmado todos los hechos presentados en el objeto del veredicto. En otras palabras, se ha establecido que Juana Canal y Jesús Pradales eran pareja y que el 23 de febrero de 2003 vivían en un apartamento en el distrito madrileño de Ciudad Lineal, donde tuvieron una discusión.

La Policía Nacional recibió una llamada de ella informando que había sufrido una agresión, y aunque una patrulla se dirigió a su domicilio, "sin adoptar ninguna medida".

La mató, aunque se desconoce cómo, "con intención de quitarle la vida o siendo consciente de que con su acción este resultado podía llegar a producirse".

La causa exacta de su muerte no ha podido ser determinada, aunque el jurado ha llegado a la conclusión de que esta "no fue accidental". El propio acusado reconoció que la descuartizó, aunque los detalles sobre el lugar y el momento siguen sin esclarecerse. Los restos fueron desechados en un área cercana a una propiedad familiar en Navarredondilla, una localidad de Ávila. Con el veredicto de culpabilidad ya emitido, será responsabilidad del magistrado que presidió el tribunal del jurado dictar una sentencia condenatoria que refleje los hechos considerados como probados.

Pradales afirmó en el juicio que durante una discusión empujó a su pareja de aquel entonces, lo que provocó que ella se golpeara la cabeza contra una mesilla y falleciera. Posteriormente, en un estado de pánico, procedió a descuartizarla y deshacerse de sus restos. Sin embargo, los agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil que investigaron el caso tras el descubrimiento de los huesos sostuvieron la teoría de que la muerte no fue accidental, sino que tuvo intenciones deliberadas.

La fiscal, al presentar su informe final, también se alineó con esta postura, argumentando que aunque no se puede determinar cómo falleció la víctima, el hecho de que su muerte haya sido intencional puede ofrecer una explicación "de forma lógica" sobre lo sucedido.

No es casual que en el caso falten datos objetivos, señaló, sino que el acusado "fue ocultando y despistando para impedir que se pudiera saber si Juana estaba viva o muerta, cómo fue su muerte o dónde estaba enterrada".


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