“Que bien se está aquí”, diría más de uno sentado en su sillón; no solo de "la Moncloa" sino también el de "San Esteban". Y es que los toros desde la barrera se ven muy bien, como guaseaba mi padre. Pero hay que acercarse a la arena de la plaza donde hay riesgo, donde hay peligro donde se encuentra la más cruda realidad del sufrimiento.
Cuantas lucecitas en algunas calles más transitadas de la ciudad, en la que la miseria se esconde porque nos da vergüenza enseñarla. Cuantas estrellas para adornar el escaparate imaginario. Y eso está muy bien, al comercio hay que cuidarlo… pero no nos dejemos llevar demasiado de la jactancia, del espectáculo, de la performance.
Y es que la Región de Murcia se encuentra ante una encrucijada crítica en el ámbito de la Salud pública. Los datos revelan que, para el año 2024, se destinará la segunda cantidad más baja de dinero por habitante a la Sanidad pública, solo superada por la Comunidad de Madrid y los presupuestos para el próximo año, no parecen aliviar la situación en donde la mayoría de los fondos se destinan al pago de nóminas. Nuestro Gobierno regional destina 351 € menos por habitante que la media nacional para la salud, mientras que partidas cruciales, como la de farmacia, experimentan desviaciones significativas.
Por otro lado, la miseria y la pobreza llaman a la puerta de demasiada gente que no puede calentarse, que no puede comer carne o pescado, que tiene problemas con la vivienda. Esta realidad se recrudece aún más en esta región. Según dicta AROPE, la probabilidad de caer en ella es 26,3% de los residentes en Murcia, la carencia material severa es del 7,2%. Y Murcia lamentablemente, lidera la lista de autonomías con más pobreza energética severa. Recordemos también que en el año 2022 el 31,0 % de la población de esta Región, estaba en riesgo de pobreza y/o exclusión social, y aunque actualmente suponga un descenso de 2,8 puntos respecto al año pasado, la cosa sigue malamente.
Es verdad que hay una gran discrepancia entre los presupuestos asignados y el gasto real, hecho que subraya así, la necesidad urgente de abordar la infrafinanciación crónica murciana. Este dato objetivo me recuerda a la novela de García Márquez, donde durante 100 años la historia de la soledad se repite, al igual que la situación social de la Región de Murcia, da lo mismo el gobierno que duerma en la Moncloa.