A nadie vinculado a la política hídrica se le escapa que una parte importante del socialismo murciano discrepa frontalmente con las decisiones adoptadas desde el Ministerio deTransición Ecológica sobre el futuro del Acueducto y aceptadas por Diego Conesa, del que aseguran “no querer jugarse su futuro político” cuando llegue la hora de abandonar la Secretaría Regional socialista, toda vez que –dicen-probablemente no vuelva a liderar encabezar el cartel electoral de su organización y enfocar su nueva tarea en listas nacionales o aspirar a otra dedicación gubernamental siempre que el PSOE siga gobernando España.
Por tanto, el movimiento de los regidores socialistas del Guadalentín podría tener un amplio espectro de futuro tanto interno como externo.
En lo interno suena a guiño “rebelde” en clave de desmarque de la línea oficial ante Conesa y la superioridad de Moncloa. Y a medio plazo, la posibilidad de conformar un ticket renovador en la cúpula del Psoe murciano encabezado por ambos alcaldes y quienes decidieran secundarles en este importante paso político.
Y en el externo, los dos mandatarios comarcales muestran su apoyo al siempre poderoso lobby agro-hídrico regional liderado por Lucas Jiménez al frente del Sindicato Central de Regantes y en Lorca con la también eficaz Comunidad de Regantes comandada por Juan Marín, además del extenso panel de pequeñas y medianas empresas agoralimentarias.
Lo urgente para desbloquear este insólito hecho pasa porque los “estados mayores” del PSOE e IU-Verdes o quienes puedan servir como interlocutores válidos, que los hay dispuestos por ambas partes, mantengan las reuniones necesarias para concluir este auténtico desaguisado en una ciudad de 100.000 habitantes que reclama poner fin al litigio político existente entre dos formaciones de izquierdas.
¡Ya está bien!