El barco oceanográfico con la ayuda de los investigadores siguen con la busqueda minuciosa en el punto donde se encontraron esas dos botellas, del cuerpo de Tomás Gimeno.
El Ángeles Alvariño, el buque oceanográfico encargado de las labores de rastreo lleva ya casi un mes en la zona en la que inició las labores de búsqueda de Anna, Olivia y Tomás.
La dificultad para localizar los cuerpos es grande ya que estos se supone que puedan estar a más de 1.000 metros de profundidad, como fue el caso de la mayor de las pequeñas.
El primer hallazgo fue una funda nórdica y una botella de buceo propiedad de Tomás Gimeno, el segundo, unas tres millas de la costa, el cuerpo sin vida de Olivia, de seis años y ahora las botellas de oxígeno.
En estos momebntos y mientras el 'Ángeles Alvariño' continúa desarrollando su trabajo, la Guardia Civil trata de encontrar otros medios tecnológicos que puedan sustituir al barco una vez retome las labores propias del Instituto Español de Oceanografía, como puede ser un submarino.