Los ataques aéreos israelíes sobre Gaza continúan sin tregua, acosando a una población ya agotada.
La duración de estos bombardeos indiscriminados está minando la esperanza de quienes viven aterrorizados, desprotegidos y sin nada que comer.
Tras más de un año de conflicto el número de muertos ha superado los 44.000, mientras que los heridos son más de 104.000.
Los gazatíes están obligados a constantes desplazamientos y a vivir siempre aterrorizados en condiciones precarias en campos de refugiados en los que tampoco estan seguros.
La sed y el hambre son su realidad diaria. A ello se suma la grave escasez de combustible.
Los suministros médicos son prácticamente inexistentes.
Las organizaciones humanitarias presentes en la zona alertan sobre las dificultades que enfrentan para brindar asistencia a las víctimas del conflicto, haciendo que cada día sea una lucha titánica por la supervivencia.
Miles de personas han tenido que huir hacia el sur en medio de un asedio caracterizado por bombardeos aéreos y una ofensiva terrestre.
Como resultado de estos desplazamientos masivos, el norte se ha transformado en un desierto desolado.