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No me fío de la mitad de la cuadrilla

No me fío de la mitad de la cuadrilla

miércoles 13 de marzo de 2019, 14:32h
Contaban en mi pueblo que en cierta ocasión, caminaban por una solitaria y estrecha senda un padre y un hijo cuando de pronto, el hijo se puso serio y dijo: vaya usted delante, que no me fio de la mitad de la cuadrilla. No se contaba que motivos tenía el hijo para no fiarse de su progenitor, pero seguramente algo habría visto que no le cuadraba.

Lo que no pasaría de ser un vulgar chiste sin mucho ingenio y poca gracia, parece haber cobrado plena actualidad y como dicen que dijo Julio Verne, "todo lo que un hombre pueda imaginar, otros podrán hacerlo popular”, lo cual es lo mismo que decir que la realidad siempre supera la ficción. Eso es lo único que podemos pensar a tener de los movimientos que se están viviendo estos días en el seno del partido presidido por el regenerador Alberto Rivera, al cual sus hijos políticos (sus afiliados) como al padre del chiste, en Murcia, Madrid y Cantabria le están diciendo que vaya delante porque no se fían.

Claro, que en este caso tienen antecedentes como lo ocurrido en tierras castellanas, donde después de dar por vencedora de las elecciones internas a Silvia Clemente, la candidata auspiciada por el padre Rivera, han tenido que descabalgarla porque les han pillado con las manos en la masa, o lo que es lo mismo con más votos que votantes.

Y si a esto se le suma la expulsión hace un año de un afiliado de Málaga, Informático de profesión, que fue expulsado del partido por denunciar irregularidades en las primarias de dicha provincia, parece que diluvia sobre mojado y que el discurso de un partido que llegó a la escena presentándose como el gran regenerador de la vida política, parece hacer aguas por todas partes, no sólo por haber adquirido en muy poco tiempo todos los malos vicios de los viejos partidos sino que además por eso de las nuevas tecnologías, todo parece indicar que hasta han conseguido superarlos.

Y es que las nuevas tecnologías en manos de gentes poco escrupulosas pueden dar para mucho, mucho fraude, como ya denunció en su día Javier Carpio, el afiliado al que expulsaron de Ciudadanos por denunciar que la dirección manejaba a su antojo las claves de los afiliados. Eso tiene un nombre difícil de pronunciar, pero siendo generosos, para no hacer mucho daño, podríamos llamarlo lisa y llanamente pucherazo.

Con todos estos antecedentes por muchos apaños que se quieran hacer desde el entorno del líder, lo cierto es que con estas artimañas Ciudadanos se ha convertido en una organización poco fiable, no ya para los posibles votantes, sino y esto es lo mas grave, para sus propios afiliados.

Y si a todo esto le sumamos el discurso ñoño y cambiante de su fundador, mucho me temo que estamos asistiendo a la autodestrucción de una organización que puede pasar a la historia política de España, como uno de los partidos de más corta vida en la historia de la Democracia española.

Vamos, como dirían los viejos campesinos de mi pueblo, estamos ante una mata que no cuajó.

Gabriel Cabrera

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